Una comedia romántica con una niña fantasma

CAPÍTULO 19- Las reglas de la escuela. Parte 1.

(Extra- El paraíso.)

Sí, al igual que el infierno, el paraíso es real.

¿Cuáles son los requisitos para entrar? Simple: Haber hecho más acciones buenas que malas, solo eso. No importa si fuiste un violador, pedófilo, asesino, etcétera. Nada de eso importa, mientras hayas hecho más cosas buenas que malas. ¿Y por qué? Porque a los Dioses no les importa lo que los humanos se hagan entre ellos, y la única razón por la que castigan a los que hicieron más cosas malas que buenas, es para mantener el equilibrio entre el bien y el mal.

Los Dioses ven a los humanos como simples herramientas para mantener con vida su hogar, y solo eso. Han existido y siguen existiendo algunos Dioses que genuinamente se preocupan por los humanos, pero son escasos y marginados por otros Dioses.

Y los humanos que están en el paraíso y que intentan cambiar las reglas de admisión para expulsar a los criminales, son expulsados al infierno, pues los Dioses mandan, no ellos.

Dejando de lado el hecho de que aceptan personas con pecados horribles, el paraíso es... Bueno... Un planeta Tierra 2.

Hay ciudades, naturaleza verde, montañas, mares, playas, lugares con nieve, etcétera. Es como seguir vivo en la Tierra, pero mucho mejor. ¿Por qué? Porque no solo te reúnes con tus familiares muertos, sino que también tienes vida eterna, todo es gratis y puedes viajar al instante a cualquier lugar que quieras. Un lugar con vacaciones gratis eternas, o al menos hasta que decidas reencarnar.

Suena muy bonito, pero tiene su lado oscuro. Los humanos pueden hacer lo que quieran, y eso no tiene límites. En cierta zona del paraíso, llamada simplemente "Pecado", puedes hacer realidad cualquiera de tus fantasías más oscuras, y no se limita solo a las fantasías sexuales.

El paraíso es el paraíso de cualquier persona en todo sentido de la palabra, tanto para bien, como para mal, moralmente hablando.

CAPÍTULO 19- Las reglas de la escuela. Parte 1.

Hoy es viernes. Para muchos, es el día perfecto para salir con sus amigos y divertirse. ¿Y para mí? Es solo un día normal, como cualquier otro. Sylphie me considera su amigo, pero eso no significa que saldré con ella a divertirme o algo por el estilo. Saldré de la escuela, estudiaré, cenaré, volveré a estudiar, haré mis ejercicios nocturnos y me dormiré. No me bañaré para ahorrar tiempo. No saldré el fin de semana, así que no importa. El aseo personal es muy importante, pero no me afectará no bañarme uno o dos días. Mi récord son tres semanas, hasta que mi madre me obligó. Ah, ella era un ángel, pero cuando se enojaba, era el mismísimo Rey del infierno... Bueno, considerando lo decepcionante que fue el Rey Demonio, creo que esa comparación es un poco aburrida.

Pero, bueno, tendré más tiempo para ejercitarme y estudiar si no me baño.

—B-bueno... T-terminamos el proyecto... Tenemos una semana libre... Lo hicimos en poco tiempo, así que tenemos mucho tiempo libre... Así que... ¿Q-quieres hacer algo?

—Sí.

—¡¿E-en serio?!

—Sí. Quiero comer un dulce.

Saqué dos paletas de mi bolsillo y le ofrecí una a Sylphie.

—¿Quieres una?

—S-sí, gracias.

Ella tomó la paleta y entramos a nuestro salón de clases.

Que raro, por un segundo sentí decepción en Sylphie. Supongo que fue mi imaginación... O tal vez... ¿no le gustan las paletas de fresa?

Creo que tengo de piña en mi mochila, después le doy una.

—En serio te gustan mucho los dulces.

—Es mi sabor favorito.

Sí... Mi favorito.

Ah... Es nostálgico, pero al mismo tiempo, una tortura.

Nos sentamos en nuestros asientos correspondientes y Yuki, por alguna extraña razón, se paró frente a mí, cruzando los brazos y mirándome bastante seria, ¿o enojada? No, creo que sí es una expresión seria, porque no he hecho nada malo... ¿O sí? Las mujeres se enojan por cualquier cosa, o eso escuché que mis antiguos compañeros de clases decían cuando discutían con las chicas de la clase, con Rossy específicamente. Y teniendo a Rossy como ejemplo, la chica que, desgraciadamente, más conozco, sí, lo confirmo, las chicas se enojan por cualquier cosa. ¿Qué hice para que Yuki se enoje? Sea lo que sea, debo disculparme, no quiero que ella esté enojada conmigo.

Moví los labios, diciendo en voz muy, pero muy baja: "¿Ahora qué hice?"

Sí, planeo disculparme, pero no sin antes saber por qué lo estoy haciendo.

—No estoy enojada, simplemente estoy decepcionada. ¡Acabas de recibir una indirecta y no la entendiste!

—¿Indirecta?

Mmm... Mmm... Ah, ya entendí.

Saqué una paleta de mi bolsillo y me levanté de mi asiento.

Comencé a caminar y Yuki me siguió.

—¿Eh? ¿A dónde vas?

Salí del salón de clases y me dirigí al baño de hombres.

Entré y Yuki entró conmigo.

Mmm... Hay dos personas en el baño, pero están a punto de salir.

Esperé unos segundos y se fueron. Bien.

—¿Qué pasa, Saik?

Le ofrecí la paleta.

—Ya entendí la indirecta. Perdón por no ofrecerte una paleta, Yuki. Comete la paleta aquí, no hay cámaras de seguridad.

—¡Ahhhhhhhhh! ¡Sigues sin entender!

¿Eh? ¿Por qué se enojó más? Ella quería una paleta, ¿no?

—¿Esa no fue la indirecta?

—¡Por supuesto que no!

—¿Y cuál era?

—¡Debes aprender por tu cuenta! ¡Sé un hombre!

Me sacó la lengua y salió del baño.

... ¿Qué?

—Ah, no entiendo a las mujeres.

Sentí un escalofrío y unas manos comenzaron a acariciarme el pecho y... el trasero.

Ah...

—Fufu. ¿Hiciste enojar a Yuki, chico malo?

Un estudiante entró al baño y me lavo las manos, para no levantar sospechas.

Número 31 está detrás de mí, como siempre, acosándome sexualmente.

—¿Y bien?

—Está sufriendo mucho, cariño.- Dijo, mordiendo mi lóbulo.

Perfecto, pero no la mordida, eso me dio asco.




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