Una consumación en la Taberna

Capítulo 4

El ambiente en la Taberna es cálido. Óscar, Resolución y Rectitud hablan con un Tylerskar abatido, intentando que recupere la energía que tantas batallas le han consumido. Ilusión, Tyla y Esperanza bailan, divertidas, al ritmo de Malson, del grupo Vintage, que envuelve el local con su música. Satisfecha doy un sorbo a mí chocolate caliente. Sonrío pensando que Experiencia hace el mejor chocolate del mundo. Al menos que yo haya probado.

 

Veo a Rebeldía acercarse a Rick y me fijo en los cuadros que decoran la Taberna. El primero, un óleo en tonos oscuros, representa una calle en penumbra y en el centro, un portón acristalado iluminado por un farolillo rojo, que parece invitarte a entrar para descansar. Es La Taberna, nuestra taberna. Aquí Joel escribió, en su cuaderno, su lucha durante el periodo EBSA.

 

El siguiente cuadro está pintado en acrílicos, con colores más vivos. Un edificio de piedra, de arquitectura gótica y al más puro estilo de colegio inglés, a orillas de un lago y cuatro jóvenes sobre escobas voladoras. Un escalofrío recorre mi columna al recordar la primera misión de Rebeldía, Rectitud, Resolución y Experiencia a través del portal. Doy otro sorbo a mí chocolate buscando el calor que he perdido.

 

Miro hacia la barra donde Rick y Rebeldía hablan con complicidad a una Conciencia que asiente con una sonrisa. Experiencia me mira a través del espejo y al fijar mis ojos en los suyos el reflejo de La Taberna desaparece. Siento un tirón en el estómago y me encuentro rodeada de montañas nevadas y en mitad de un claro, La Cabaña, acogedora y solitaria, rodeada de altos árboles blanquinosos. Allí está Joel ahora, con Anciano y Alma. Al acercarme me doy cuenta de que no dejo huellas en la nieve. Es normal, yo no pertenezco a esta realidad. Soy una simple observadora. Abro la puerta y veo un salón al calor del fuego de una chimenea. Niño y Alma dibujan y ríen, tumbados en el suelo junto al hogar. Adolescente y Hombre, en la mesa, discuten sobre La Ciudad Blanca. Hablan de la traición de Saidek. La transformación de Tylerskar en un ángel de alas blancas. La lucha cíclica entre la luz y las sombras... En una esquina del salón, junto a la ventana, Anciano y Joel revisan y comparten sus relatos. Cada uno con su visión, cada uno con sus vivencias.

 

Vuelvo a sentir el tirón y Malson inunda mis oídos. He vuelto a La Taberna. Experiencia me mira con la cabeza ladeada y la mirada interrogante. Levanto los hombros. Tampoco yo sé lo que ha pasado y sigo mirando los cuadros.

En el siguiente cuadro que observo, una enorme Anaconda se enrosca a un Monstruo intentando ahogarlo en el lago. Los Valores cogidos de la mano de Ilusión caminan hacia el campamento.

—¿Cómo lo llevas con Tylerskar? — pregunto a Óscar. Se que le he dejado solo, pero estoy segura de que puede gestionarlo.

—Poco a poco, creo que con tiempo y nuestro apoyo puede superarlo. — me contesta.

 

Sigo mirando cuadros. Uno me llama la atención. Es un escenario en el que un único foco ilumina una figura sentada en un taburete y delante, un micrófono. Su cara, pintada de blanco, con una enorme sonrisa roja. Una melena sucia y mal cuidada con mechones rojos y verdes y una vestimenta que es un caos de colores.

 

Tras la barra, el espejo parece agua y vuelvo a sentir el tirón en el estómago. Mis ojos se abren como platos y pierdo la respiración al verme rodeada de lobos. Me quedo inmóvil, ni pestañeo. Ellos pasan a mi lado sin percatarse de mi presencia. Suelto el aire lentamente y me alegro de no estar en este plano físico. Me gustan los lobos, pero Cobardía parece acompañarme en esta ocasión. La manada mira hacia la casa de Kuwo y saludan a un Samurái. Juntos emprenden la marcha hacia el norte. Lejos de todo lo que conocen, lejos de su pasado, de sus heridas, del monstruo que quieren dejar atrás.

 

Cuando regreso a la taberna todos están enfrascados en una amena discusión sobre los monstruos que cada uno tenemos dentro. Doy mi último sorbo al chocolate. Me acerco al oído de Experiencia y le susurro:

—¿Has añadido algún ingrediente nuevo al chocolate?

—No, está hecho igual que siempre. Justo como a ti te gusta — me contesta con una sonrisa y guiñándome un ojo.

Sonrío y muevo la cabeza, no lo tengo claro, pero de cualquier manera ha sido increíble y me siento a gusto con esta gente. Con los amigos que he encontrado en esta aventura.



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En el texto hay: bipolar, drama, identidad

Editado: 29.07.2023

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