Después de comer un poco y reír con Kno, estoy sentada mirando cómo dice que se come una pera. Me explica que tienes que comer con una cuchara y río; porque no es que perdí la memoria, solo estoy enferma.
_Ellie, ¿extrañas algo? - sin mirarme, una pregunta que detiene mi sonrisa y me hace pensar.
Lo miro, la ventana y la puerta. Quizás me vaya afuera...
_Extrañar es algo que todos tenemos. Extrañamos familiares, amigos, lugares... quizás hasta ese amor.
Kno me mira y deja la pera. Luego de pensar en quién sabe qué, ríe un poco y roza mi pierna; no es algo malo, pero eso me llena de nervios que suben y bajan por mi cuerpo. Se levanta y ya muy diferente menciona que, los amores no se pueden extrañar, sino que extrañamos el trato como tuvo esa persona con nosotros... solo es eso.
_Tú preguntaste y yo respondí. - me subo a la cama y me echo.
_Comer y luego acostarse te va a hacer mal. - cruza sus brazos y su expresión vuelve a ser la misma y sonrío un poco.
Estar de esta manera me hace pensar mucho, él me llena de dudas, inseguridades, pero también encuentro respuestas a mis miedos.
_Deja de pensar ya, Eli. - se acerca.
Me mira y se sienta en la cama, agarra una almohada y seguro quiere seguir preguntando. Lo miro y miro la ventana, quizás a punto de anochecer y otro día más en mi lista.
_Quiero que salgamos.
_¿Qué?
_No de esa manera. - se sonroja._ Solo que quiero que me acompañes a la universidad, se va a dar una ceremonia; algo simple la verdad.
_Sabes que no quiero salir. - me siento.
_No tengo a nadie acá y Rosita está cansada hasta más tarde.
Lo pienso un poco y recuerdo cuando acompañaba a mi hermano a sus eventos. Su expresión, un poco de tristeza y angustia. Sonrío un poco y afirmo con mi cabeza, mencionando que lo voy a intentar y no quiero que luego se ponga mal si no voy. Él, con solo escuchar que sí, sonríe y se levanta.
_Voy a cambiarme, en dos o tres horas vuelvo para ir; ustedes las mujeres se demoran mucho.
_No. No deberías reunir a todas en una sola bolsa o en un solo cuarto y decir que todas somos una sola. Las actitudes y acciones las construye cada uno, lo que dices tú, es algo que seguro escuchaste a tus amigos decir. - me acerco._ No digas lo mismo que otros, no seas parte del millón.
Queda un poco confundido y abro la puerta para que se retire. En cuanto eso pasa, me encuentro con las dudas de saber cómo se debe uno vestir para ir a esos lugares. En el cajón solo tengo algunas blusas y tres pantalones; dos que no me alcanzan.
Decido ponerme una blusa corta con un diseño de líneas horizontales de color azul y un pantalón pegado con bolsillos en la parte trasera. Una zapatilla con plataforma y mi casaca. Tocan la puerta y es Kno que me mira un poco extraña y sonríe.
_Estás muy hermosa, solo que no vamos muy combinados que digamos. - se agarra la barriga y aguanta sus ganas de reír.
_No es necesario combinar ni nada de eso. Quiero que salgamos despacio, supongo que estamos saliendo con tiempo.
Él asiente y me pide mi mano y no me niego. Caminamos y miro de ratos en ratos mi habitación. Estoy con miedo, y con cosquilleos en mi estómago que no entiendo.
Vemos a Rosita arreglar los platos y nos despedimos. Ella me mira muy extraña y sorprendida; hasta yo me sorprendería de ver a alguien que no sale de su habitación.
La luz que dan esas ventanas es muy leve y suave, pues entiendo que son las siete horas. Un paso más y ya estamos afuera, me cubro los ojos y cuando mis ojos se acostumbran sonrío. El exterior no es tan feo. Kno me mira y sonríe por mi acción del momento. Nos vamos por la derecha y puedo mirar los mismos postes; quizás, que miré desde la ventana. Por fin veo a los niños que juegan y al señor que pasa vendiendo esos productos. Todo es muy bonito y me gusta mucho.
Caminamos mucho y llegamos a la universidad, Kno está un poco nervioso y se nota mucho. Entramos de la mano y veo tanta gente en un solo lugar, con trajes muy coloridos y algunos como yo; lo simple por delante.
Caminamos un poco más y nos sentamos. Frente a nosotros una pantalla muy grande y mi curiosidad aumenta.