Kno se levantó y me dejó aquí. Estoy aún nerviosa por la gente que empieza a llegar. Algunos con sus padres y otros solos, me hace recordar la vez en la que mi hermano ganó su primera medalla; estuvimos todos con él.
El lugar está muy iluminado, algunas telas blancas y azules cuelgan de las paredes y caen al suelo. Ni qué decir de este que es brillante.
La pantalla que vi al principio se enciende y me acomodo; tratando de olvidar mi angustia y nervios del momento.
Volteo un rato y Kno llega sonriendo. Trae unos papeles o algo parecido y detrás de él una chica muy hermosa, pero seguro con defectos; nadie puede ser perfecto. Saludo muy cordial y me escanea con su mirada; ahí es, nada es perfecto.
Kno se sienta a mi izquierda y a su izquierda de él la chica. Kno está muy sonriente y me agrada ser parte de su alegría. En cuanto empieza las luces se apagan y se llega a apreciar con más claridad la pantalla. Imágenes de los presentes, algunos videos de ellos saludando, entre otras imágenes.
_Ellos son mis amigos. - susurra Kno, casi como si nadie más estuviese hablando.
Me siento un poco incómoda, pues ahora empiezan a reír y hablar cada vez más fuerte, hay música y todo es muy pronto. En cuanto terminó esa presentación, Kno se fue con la señorita al frente. Ellos sonríen y otros más se unen, todos parecen divertirse mucho. Sin que pueda mirarme, me levanto y con la mano derecha voy separando a las personas, mis valores no son útiles, porque hay personas que no respetan nada, me empujan o simplemente no me dejan pasar. Ya a esa hora había mucha más personas que llegaron por la bulla del lugar; los que registraban la entrada están mal y otros con sus amigos.
Por fin en la salida, respiro y puedo sentir cómo el aire fresco ingresa a mis pulmones. Lo único que puedo hacer ahora es sentarme aquí afuera y esperar; no conozco los lugares ni pienso regresar sola. Así como si nada empiezo a ver cómo ingresan más al local y otros cuantos salen. Me empiezo a sentir un poco mareada y miro el suelo; arena de esa clara. Juego un poco con ella, pero no logra quitarme el mareo. Así que me levanto y camino un momento; cinco pasos al frente, luego los mismos pasos atrás.
Las horas pasan y Kno por fin llega a ver por mí. Sale un poco preocupado, con la camisa suelta, el pelo despeinado; como si hubiese buscado por mí en un bosque o algo así. Me da un poco de risa verlo de esa manera y no puedo disimular.
_Te estuve buscando, no me dejes así y perdón si no estuve todo el rato contigo, ¿estás bien? - se apoya en mi hombro. Su aroma a bebidas muy fuertes se hace notar y no lo soporto.
_Hueles mal.
_Ah, disculpa. ¿Quieres volver? - extiende la mano.
Afirmo con la cabeza y cruzo mis dedos con los suyos; hoy se llama tomarse de la mano. No estoy tan incómoda haciendo esto con él, es muy amable conmigo y logró enseñarme este exterior. Miro de ratos en ratos su rostro y él cuenta sobre el premio y mención que hicieron de su nombre en esa fiesta. Está muy feliz por que pude estar ahí; no por mucho tiempo me dice y se ríe.
_Estoy muy feliz por este día. - mira el cielo.
Sonrío y miro el suelo, un grito de mujer hace que me detenga seco y busque a mi alrededor. Y puedo ver de dónde proviene; una pareja quizás discutiendo, la mujer lleva en brazos un bebé; probablemente su hijo. Kno me mira extraño y trata de ponerse delante de mí. Lo miro y unas lágrimas bajan por mi mejilla, trata de negar la escena que mis propios ojos presenciaron. Entonces me abraza jalando mi cabeza a su pecho y diciendo que lo lamenta mucho. Por un instante siento que no puedo seguir de pie y que la impresión que tuve al principio del exterior, se desvanece lentamente; demostrando que este puede ser tan perverso. Me lleva entre sus brazos sin mencionar una palabra más de lo que mis ojos hicieron.
Llegamos a casa y trato de llegar lo más rápido posible a mi habitación, Kno no me deja avanzar. En cada momento se disculpa y la verdad no lo culpo, el exterior puede ser muy... ya mejor no quiero pensar en eso.
Llegamos a mi habitación y busco mis llaves para ingresar, con los nervios no puedo abrir la puerta de inmediato y Kno lo hace por mí. Ingreso y me tumbo en la cama, muchos pensamientos que llegan a mi cabeza, preguntas y algunas inseguridades aparecen. Kno cierra la puerta y me mira sin poder hacer algo a cambio; no lo culpo, porque seguro cree que exagero, pero también creo que sabe sobre mi enfermedad.