PARTE 14

Kno no regresa a la habitación, probablemente en la universidad o tal vez se quedó en casa de un amigo; lo más acertado sería esa última opción. Me preparo para salir, reuniendo las cosas que podría necesitar, incluida la agenda que me regaló mi hermano. En ella está la dirección del café donde visitamos aquella vez; cómo olvidar ese día.Después de un relajante baño, cambio mi ropa por una blusa de manga larga y unos pantalones cómodos. Un toque de humor hacia mi propio cuerpo no está mal. Alisto la llave y dejo una nota para Kno, informándole que ya desayuné con Rosita. Salgo del cuarto, atravesando pasillos y bajando escaleras. Siento un cierto nervio al hacerlo, pero también estoy ansiosa por la salida de hoy.

Finalmente, estamos afuera. El sol está fuerte, pero el aire no es molesto. Veo a un vendedor ambulante ofreciendo sus productos. Nuestra primera parada será el parque. En el camino, analizo e imagino el mundo exterior de una manera diferente. No quiero que sea una mala experiencia, por favor...Llegamos al parque y busco un buen lugar con sombras. Encuentro uno y extiendo una manta que había traído. Dejo la mochila a un lado y me acuesto. Mi respiración está acelerada; no puedo creer que me canse tan rápido. Un chico alto se acerca misteriosamente, y me levanto de golpe. Se da cuenta de que lo estoy mirando y se acerca más rápido. Lo miro y juro que estoy asustada...

_¿Qué haces? ¿Eh? ¿Y eso? ¿Nos conocemos? ¿En qué parte me perdí?.- Es un tipo extraño, pero tiene buen estilo, un corte de pelo de ocho sobre diez. Pero igual, no lo conozco._Perdón, pero esto es un parque... no puedes estar así de esa manera.- extiende su mano. Mi mirada va a sus manos y regreso a la realidad._Es un parque._ cruzo los brazos._Pero no es un parque cualquiera, este tiene sus propias reglas. Ven, te ayudo._Gracias, pero puedo sola._Típico de ustedes, las mujeres._No, te equivocas. Me confundes con muchas y yo soy única.- estoy por fin de pie._Interesante. ¿Te invito un café?.- sonríe. ¿Cómo supo lo del café? Pero es soleado, no podemos tomar café a estas horas._No, gracias, es temprano._Nadie dijo que sería para ahora.- ríe. Con que así estamos. Pero se picó, qué mal perdedor._Disculpa, mi nombre es Arián Harper. ¿Y tú eres?.- Entre cierra sus ojos, que por cierto son cafés y muy lindos._Ellie. Te diría un gusto, pero no puedo.- arreglo mi cabello que el viento no deja en paz._Eres muy interesante. ¿Qué pasa?.- Recuerdo la conversación del principio y comparando con mi yo de antes, no estoy nerviosa. Punto para ti, exterior, ganaste un punto.

_Vamos a comer algo, tengo un puesto muy cerca, hoy te invito. No creo que quieras saber de la gran multa que te salvé.- Al principio desconfío, es un tipo extraño y probablemente tenga mi edad o sea mayor que yo._No, gracias. Debo ir a otro lado.- Freno lo que estaba a punto de hacer. No es bueno ir por la calle y hacer caso a la primera persona que encuentras; esto es la realidad._Está bien, placer conocerte.- Se retira, ¿con dirección a dónde? Solo se va. Bueno, camino por el parque hasta que pueda tener la valentía de ir a otro lado._No es justo que me sigas, señorita.- Casi al frente mío, de nuevo, el tipo.No digo nada y sigo caminando. El mundo es tan pequeño que te vuelvo a encontrar. Harper es un chico muy extraño, un tipo del mundo exterior que seguro busca algo y ese algo no voy a ser yo; claro que no.Finalmente, decido ir a la cafetería. Con la agenda en mano, busco la dirección y me encamino. Las personas pasan apresuradas con sus maletines de trabajo, y las señoras también. Por fin llego al lugar, mi cafetería; me encanta. Se ve distinta, algo extraña. Pero los tiempos no pasan en vano.Entro al lugar y voy a mi lugar, hay poca gente; solo cuatro en el fondo. La chica que atiende se acerca y toma nota de mi pedido: un café combinado, con hielo aparte. Respiro profundo, el aire de este lugar, lugar que aún me recuerda a mamá.