Sin darme cuenta en lo que estoy cayendo, mi miedo vuelve hacerse presente. Las manos me tiemblan y no puedo dejar de pensar en mi familia.
Estoy en un cuarto más pequeño que el que tenía. Me asfixio hay un olor fuerte a perfume; pero es desagradable.
Harper está quizás ya durmiendo y yo sigo pensando en lo podría haber hecho. Seguro Kno se está enterando de mi partida, no puedo regresar, tengo que saber la verdad.
Quizás dormí un par de horas o probablemente este sea un sueño, mirar a mi alrededor y enterarme de lo que pasa es absurdo, porque hasta mi madre está conmigo y vivo en una casa que no recuerdo, mi padre llega y sí. El beso que me da en la frente me hace saber que en verdad, esto sí es un sueño.
_¿Despertando nuevamente de ese sueño?.- susurran.
El sonido de la puerta hace que despierte. De mis ojos, lágrimas que acompañan mi miedo, unos propios brazos para mi consuelo y unas rodillas para llorar.
Con la poca fuerza que tengo, me niego a quedarme donde estoy ahora.
_¿Todo bien?.- se escucha en la puerta.
_Todo está bien.- mi respuesta favorita.
_Entraré por unas cosas. - se trata del amigo de Harper. Es su casa, su cuarto, sus reglas.
Me levanto del suelo y me siento en la cama con una almohada delante mío. Me mira de rato en rato y lo siento extraño.
_¿Pasó algo?.- insiste.
_No pasa nada.- repito.
Va detrás de la puerta a buscar algunas cosas más, en eso me mira nuevamente.
_¿Qué buscas?.- pero no hay respuesta. Ya no me contesta.
Escucho el seguro de la puerta, me pide que me calle, tiene unas cintas y dos cuerdas en la mano.
_Todo va estar bien. Tranquila, vamos a jugar el dulce juego del placer. Estás bien linda y buena corazón.
Mi mente no está tranquila, bajo una pierna de la cama, pero su cuerpo pesado, estaba encima mío.
¿Qué pasó? ¿en qué momento todo esto? Trato de que no me agarre las piernas y lloriqueo, no puedo gritar. En un instante ya no tengo la blusa y en aún con forcejeos, logra tapar mi boca. Juro que estoy llorando, siento el amargo beso recorrer mi cuello, sus manos empiezan a introducirse debajo de mi pantalón. Mis brazos no pueden quitar su rostro, ni sus manos de mi cuerpo. El sudor de su cuerpo en mi pecho, sus manos siguen bajando y me saca en pantalón, en su descuido le araño la cara y me da una cachetada.
_La muy zorra no se deja tocar, pero bien que le encanta provocar.- agarra mis manos y las amarra con la cuerda, del mismo modo que mis piernas.
Un cuerpo descubierto para él. Se aleja un poco y me mira varias veces, muerde sus labios y hace muecas que molestan y causan miedo. ¿en qué momento? Nadie siquiera puede darse cuenta de su acción, empieza a sacarse su ropa y manosea su miembro. Nuevamente se lanza en mi encima, mis lágrimas caen mojando mi mejilla y mis orejas.
Baja a mi entrepierna y el veneno me invade, unos labios que carcomen cada parte de mi, algo que no puedo sacar.
_Va ser rápido y delicioso.- introduce su miembro y me duele. Me duele mucho y forcejeó, ¿por qué?. Sus brazos han rasguñando mi pierna su lengua como como serpiente recorren mi pecho. Nuevamente ese dolor y no me callo...
Despierto nuevamente y él está encima de mí. Disfrutando de lo que llamamos placer, su incómodo miembro, sus labios y su lengua, manchando mi cuerpo, ¿en qué momento? Se sienta encima mío y me pasa por la cara su miembro, empieza a gemir reiteradas veces, el placer que siente. Parece que termina, se baja y se agarra la cabeza.
El terror que siento, el miedo que tengo. El mal momento para recordar a mis padres, recuerdos que pasan así de inmediato.
Me mira y quiere soltarme, sabe que puedo gritar y que puedo salir corriendo, pero si tan solo supiera el cansancio que siento ahora, la fuerza que no tengo y la valentía que falta.
Una cachetada más y ya es de día, sin ropa, acostado en la cama de los hechos, con marcas que duelen.
Mi única compañía, la almohada la abrazo y mis lágrimas brotan de inmediato, cómo si se los dijera. Grito en ella, golpeo la cama y no sé qué hacer. Me duele todo, ¿cómo me quito de la cabeza?
_Ellie, nos tenemos que ir.- un golpe en la puerta. _Mi amigo se fue a ver a una tía, le llamaron hoy. Te espero a fuera con las cosas.
Un pie debajo, el otro igual, al levantarme un dolor que no entendía. Un dolor por el cuál no fue de placer, busco mi ropa y me alisto. Me encuentro con las medias del amigo, las agarro y guardo en mi barriga.
Salgo de la habitación, había olvidado lo hermoso de la luz, lo hermoso de estar y sentir que eres libre. Volteo a ver el cuarto y un oscuro monstro está en él, sentado en la cama con muchas prendas interiores sobre él.
_No puedo creer que esto también lo hiciste con otras chicas.- susurro.
_¿Pasa algo?.- Harper se levanta de donde estaba y me ayuda a bajar las escaleras.
_Me duele un poco las piernas.- miento.
No quiero que sepa la verdad, después de todo es un problema mío. Aunque me cueste caminar, prefiero retirarme de este lugar lo más antes posible.