Una De Muchas (+16) (terminado)

*CAPÍTULO 7*

Eva

Un mes después...

- Basta por favor- le ruego derramando lágrimas tras lágrimas.

-No cariño, te escapaste de mi, te dije que no lo hicieras, no eres más que una perra - grita Jonh mientras me desata las manos y me hace caminar hasta el centro de la habitación. -Y como toda perra, necesitas ser domesticada como es debido.- Agrega expulsando el humo de su cigarrillo en mi cara, para luego apagarlo en uno de mis hombros.

-Por favor, ¿Qué es lo que quieres? Sabes que no te puedo dar nada Jonh, por favor...

-Cariño- me habla en voz baja, levanto mi mirada hacia él- Tú eres todo lo que yo quiero-dice y sonríe de una manera que me da ganas de vomitar.

Me encojo en mi sitio y suelto más lágrimas, él se levanta y se pone detrás mía, empieza a tocar mi cintura y contengo la respiración, lo siguiente que hace es pasar su navaja por mi estómago. Lleva sus manos a mi espalda y agarra fuertemente mi blusa con una mano mientras que con la otra maniobra con la navaja para hacerle un corte a la prenda y quitármela bruscamente, se vuelve a poner frente a mi y se inclina hacia mi oído.

-Yo te quiero Eva- me susurra, mientras me desabrocha los pantalones y se pone de rodillas frente a mi - Yo realmente te quiero y quiero cuidarte- me va quitando lentamente los pantalones y besa mis muslos.

Yo  lloro y no puedo parar de pensar en lo asquerosa que me siento.

***
 


Tres meses después.

-Eva...Evita....- escucho la sucia y ronca voz de Jonh- ¿Dónde estás cariño?

Me levanto del suelo e intento caminar pero mi pierna encadenada a la pared me lo impide.

-¡¿Dónde estás?!- grita esta vez.

Intento que mi voz no salga tan rasposa, pero no puedo más que dar un susurro.

-¡Maldita! ¿Dónde estás?-

-¡Estoy aquí!- grito lo más fuerte que puedo y creo que estoy apunto de desgarrarme la garganta.

Escucho movimiento en la planta baja y como sube las escaleras. Los pasos se hacen cada vez más pesados y puedo escuchar las maldiciones que suelta Jonh. Creo que está borracho, y eso es algo que realmente asusta, porque si bien, cuando no ha bebido me maltrata, cuando bebe es capaz de matarme.

La puerta se abre y entra el hombre que ha hecho de mi vida un infierno.

-Aquí estás querida- dice y muestra esa asquerosa sonrisa que tantas ganas de vomitar me dan. Mientras se acerca puedo notar esa irritante fragancia a alcohol y mis ganas de vomitar aumentaban.- Te eché de menos hoy querida.- dice  suavemente.

-¿De verdad?- le pregunto con cautela para no enfadarlo, pero también puedo notar cómo mi voz suena con algo de sarcasmo, a lo que él sonríe cínicamente.

-Si cariño, te eché mucho de menos - dice y saca su cartera y su navaja de su bolsillo, para depositar ambas cosas en la mesilla de noche.
Se acerca a mi y me coge por el brazo, acercándome a él, sin embargo no me puede acercar tanto como el quiere, porque la cadena se lo impide.
-¿Por qué coño no caminas?- pregunta bruscamente.
-Tengo el pie encadenado-susurro.
-Joder - susurra y va en busca de la llave que está encima de una estantería de la habitación. Se acerca de nuevo y se agacha para desatarme el pie.
Cuando se levanta, me coge por ambos brazos y me lanza a la cama mientras él se quita la blusa y se desabrocha los pantalones.

-¿Qué vas a hacer?- pregunto con cautela.

-Querida, ¿Te he dicho que hables?- pregunta sacándose el cinturón.

-No- susurro apartando la mirada de él.

-Pues no lo hagas- dice y escucho cómo la hebilla del cinturón retumba en el suelo- Últimamente te has tomado demasiadas libertades ¿No crees?

No respondo, tengo miedo.

Escucho que enciende su mechero y vuelvo a mirarlo. Él expulsa el humo de su boca mientras me mira.

-Te siguen buscando ¿Sabes?- me dice a la vez que camina por la habitación - Y eso es un maldito problema para mi, incluso sacándote del país, te siguen buscando maldita sea.

Desde el principio estaba segura que tanto mi hermano cómo Lucas estarían buscándome, aunque Jonh se ha asegurado de no dejar ninguna pista nuestra.

Miré al suelo para disimular mi pequeño ápice de esperanza, , pero no duro mucho porque el hombre que me tiene bajo su control dejó salir un gran resoplido.

-Que te sigan buscando, no quiere decir que te encuentren, y si lo hacen...-habla mientras se acerca a mi con decisión y me toma de la mandíbula, haciendo que lo mire fijamente-...si lo hacen, solo encontraran tus restos querida.- sentencia y apaga su cigarro en mi piel, sin embargo, ya no siento dolor, de tantas veces que lo ha hecho.

Me armo de valor, posiblemente en un acto demasiado arriesgado e idiota, y abro la boca para soltar la pregunta que ha estado en mi mente desde hace seis años.

-¿Por qué lo haces Jonh?- le pregunto en un susurro.

Él me mira por un momento y luego se aleja de mi, para sentarse de cualquier forma en el sillón de la habitación.- ¿Por que me maltratas? Me violaste y pegaste durante cuatro años seguidos, ¿Por qué empezó todo esto?- le pregunto y espero por su respuesta, sin embargo ésta nunca llega.

Él está ahí, mirándome intensamente, no hay ninguna expresión en su cara, y tampoco hace los constantes ruidos que hace cada noche al jugar con su navaja.

-Sinceramente - empezó a hablar mientras se inclina hacia delante- Lo hago por pura diversión, esto me pone, querida. El saber, que me temes, el saber que haces cualquier cosa con tal de que no te dañe, aunque en el fondo sabes que de nada te servirá.- termina de hablar y se recuesta en el sillón mientras sonríe burlonamente. Yo por mi parte no lloro, ya no puedo, ya no tengo más lágrimas que derramar.

-Y si te estás preguntando ¿por qué a ti?- empieza a hablar de nuevo- La respuesta es fácil: eras la típica niña perfecta, que se creía inferior por tener problemas familiares, eras perfecta y tú te menospreciabas, y yo, yo simplemente sentía la necesidad de destruirte.




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