Una de Muchas.

Epílogo

“Hey, hola de nuevo.

Te debes de estar preguntando ‘¿qué mierda está pasando?’ y si no era así, lo más seguro es que ahora sí sea así.

Bien, no sé cómo explicar pero he oído que te has casado con Jade, sí, creo que fue una noticia impactante, no me mal intérpretes, no quiero decir que deseaba que rompieran o algo, solo que aún es difícil de creer, pero quería decirles felicidades y que en serio espero que ustedes estén bien, me alegro tanto.

Bueno, ahora, quiero decirte la verdad, sé que pensaste que Jade era quien te escribía las cartas, pero no fue así, yo deje que pensaras eso, yo le dije a Jade que actuara como si ella fuera la que las hacía, siempre apareciendo al momento exacto o diciendo frases que yo había puesto… Me di cuenta de lo mucho que le gustabas a Jade y me sacrifique, y mira ahora, ¡están casadas! No quiero que pienses que digo esto para que ustedes peleen o algo, simplemente quería que supieras la verdad.

Todas las cartas fueron mías, menos la última, la última me la dicto Jade y ahí ella tenía pensando poner que no era tu admiradora, yo le dije que no lo hiciera, que no dijera nada, yo quería decirte  la verdad, tal vez es un poco tarde, pero al fin he podido contactar con tu dirección. Nueva York suena muy glamuroso, yo en cambio sigo viviendo en Londres, pero no me quejó, en absoluto.

Vale, Perrie Edwards, es algo raro que después de tanto tiempo vuelva hacer esto, perdí la práctica, pero aquí va, yo era compañera de cuarto de Jade, era la chica bajita y popular de la que todos envidiaban el cabello y siempre estaba yendo por ahí con sus mejores amigas, ¿aún no sabes? Yo te vi a ti y a Jade besarse en nuestro dormitorio. Yo soy Camila Cabello.

¿Alguna vez pensaste que yo era la de las cartas? Tal vez no, y es que Jade y yo nos parecíamos, nuestra actitud ante los demás era casi igual, nuestras madres trabajan en la escuela y ambas fuimos enviadas aquí para alejarnos de esos gustos que no eran adecuados, yo simplemente deje que pensarás que Jade era la chica misteriosa porque algo me dijo que probablemente lo nuestro solo sería una linda anécdota, pero te juró que lloré.

Ahora no importa, ¿sabes? La razón por la que sigo aquí es que encontré a esta chica, se llama Lauren y tiene unos ojos hermosos, casi tanto como los tuyos (no me acuses a Jade, yo solo digo la verdad) pero definitivamente los de ella son mis favoritos. Llevamos ya tiempo juntas y puedo decir que ella es la dueña de mi corazón, ella fue la que me convenció de hacer esto, tal vez ya era tiempo de cerrar esta etapa.

Quiero decirte, Perrie, que amarte fue la cosa más linda que me pasó, a pesar de que jamás fui correspondida, el saber que leías todas mis cartas me hacía sentir bien, hoy solo espero que seas muy feliz junto con Jade y que no la odies por mentirte, yo fui quien le dijo que lo haga.

Perrie, eres una persona fuerte y siempre te voy admirar por eso.

Lo único que me queda por decir es que fue un gusto haberte conocido, fue un gusto el saber que por mis decisiones ahora estas felizmente casada y que yo conocí a Lauren y no sé, tal vez ella y yo pronto nos casemos, intentaré invitarlas a la boda, aunque tal vez sea incómodo, mejor no lo hago.

Gracias por leerme, Perrie.

Hasta aquí mi última carta. Y probablemente esta sea una de muchas tantas que te envíe o quise enviar (sabemos que lo es).

Adiós.

Atte.: A la que le robaste (ya no más) el corazón”



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En el texto hay: lgbt, jade thirlwall, perrie edwards

Editado: 28.07.2018

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