CAPÍTULO 1
El destino es el que baraja las cartas; pero nosotros somos los que jugamos. (William Shakespeare)
El rico aroma de un delicioso chocolate caliente y unas deliciosas crepes me tienen a punto de salivar.
<< uhmm, simplemente delicioso.>>
Pero lo que realmente me tiene al borde del colapso es el maravilloso espécimen que se encuentra frente a mi.
Alto, pelinegro, piel clara, ojos color avellana, mentón cuadrado, nariz recta.
Él - mi maravilloso hombre- me mira inquirioso, luego vuelve a recostarse del espaldar de la silla y me sonrie picaro.
Me deshago de mis elucubraciones y me yergo en mi lugar para poder ser una mujer madura y estar a la altura de este magnífico lugar y mi acompañante.
La brisa fría de la mañana me hace abrazarme a mi propio cuerpo. siento a mi amado pararse en frente y tomar mi cara entre sus manos y comenzar a repartir sendos besos por todo mi rostro. Cierro mis ojos para apreciar mejor las sensaciones que me embargan, pero
siento que sustituye sus dulces osculos por unos un poco más húmedos y ….. calientes…
Soy Marina, tengo 28 años y un par de pillos de 5 años. Soy madre soltera; el donador de esperma de los gemelos bajó del minúsculo apartamento donde vivíamos a la tienda a comprar leche y nunca volvió. Me mandó un escueto mensaje por wassap pidiendo que le perdonara, pero que él no estaba listo para ser padre.
<<yo sí lo estaba para ser madre con veintidós años y a termino de la carrera de administración de empresas. >>
Pues la probeta humana se fue y me ha tocado sacar hacia adelante a mis hijos completamente sola. Ahh porque otro pequeño detallito que no les he dicho es que mis padres murieron hace unos 7 años en un accidente mientras se dirigían a visitarme a la universidad.
Tuve que cambiar mis tacones, por zapatos bajos; mis vestidos de fiesta, por jeans y camisas de trabajo.
De mi tengo que añadir que en estos años de olvidarme de mi, he ganado unas muy buenas libras. y aunque sigo teniendo mi mas que hermoso rostro - modestia aparte- mi cuerpo ha ganado unas curvas poco inusuales para los cánones de belleza.
Mientras preparo su desayuno, Kevin Y Kelan me cuentan todo lo que harán en el día de hoy. Quisiera darles más tiempo, pero es que solo puedo llegar a revisar sus tareas y prepara las cosas de la casa.
Luego de desayunar, nos alistamos y salimos hacia nuestras respectivas obligaciones.
Llego a mi trabajo y siento que el ambiente está muy caldeado, pero es tanto lo que tengo que entregar que no me preocupo por eso. No me interesan los chismes de oficina y además si contamos que soy la esclava personal de la asistente administrativa de la empresa de insumos deportivos más grande de la región.
Ya cerca de la hora de irme, me llaman a la oficina de la gerencia de RRHH. Ese llamado nunca son buenas noticias.
Sin mucha dilación dirigo mis pasos y ya frente a la puerta del gerente toco para que se me permita la entrada.
Un escueto << Adelante>> me indica mi próxima acción.