Una decisión, un gran error.

Capitulo 12

Mi parte favorita del día es despertar en las mañanas, me encanta como puedes tener el recuerdo de tu ultimo sueño deseando que se vuelva realidad o no suceda jamás. Es un momento más del día para preguntarse “¿Qué demonios está pasando?”. Desorientado y confundido con la mitad de mi cerebro perdido por el sueño que estaba teniendo.

Pero esta mañana es algo distinto. La temperatura de mi cuerpo parece más alta que lo normal y me doy cuenta del dulce olor que me rodea, ¿jazmines?, ¿chocolate? No chocolate, sin duda es chocolate y algo me hace cosquilla en mi barbilla, algo suave y duro al mismo tiempo, ¿una cabeza? Sin duda hay una cabeza en mi cuello. Y un brazo extendido en mi estómago. Una pierna muy suave enganchada con la mía y un pecho descansando en mis pectorales.

Mis ojos se abren poco a poco y veo como Ashley esta abrazándome. Y yo estoy boca arriba envolviéndola con mis dos brazos sujetándola fuerte contra mi pecho. Ahora ya sé por qué mis muslos están tan tensos y por qué estoy tan caliente.  ¿Hemos dormido así toda la noche?, recuerdo estar en lados opuestos de la cama cuando me quede dormido. Tan separados que esperaba que Ashley estuviera en el piso esta mañana.

Pero estamos enredados el uno en el otro. Esta genial.

No momento ajito la cabeza para que se eliminen esos pensamientos de mi mente debo de estar alerta. Lo suficiente aleta para darme cuenta de ese último pensamiento “esta genial”, ¿Qué carajos me sucede?, ¿En qué diablos estoy pensando?, los brazos están reservados para las novias únicamente.

Y las novias no son lo mío.

Pero no la suelto. Ahora estoy totalmente despierto, oliendo el delicioso aroma que tiene y sintiendo la calidez de su cuerpo.

Miro el despertador, va a sonar en diez minutos. Siempre me levanto antes de que suene es como si mi cuerpo supiese que me tengo que despertar, pero lo programo por si acaso. Son las siete, tengo entrenamiento a las siete cuarenta y cinco, se me olvido decirle a Ashley, pero supongo que no le molesta por que la puedo dejar en su residencia a que se dé un baño y después vernos en tres horas aquí para terminar el trabajo. Momento son las siete lo que significa que mis compañeros de casa no van a tardar en subir y entrar a mi habitación.  

Mi temperatura está más alta de lo normal y sigo más tenso que antes bueno y ahora porque ya se quien está encima de mí y me abraza como si fuera su oso de peluche. Solo he dormido cuatro horas y me siento totalmente descansado. Aun no estoy preparado para soltar esa sensación así que me quedo tumbado con Ashley en mis brazos escuchando su respiración.

Momento…

¡¿Estoy excitado?! 

La voz horrorizada de Ashley rompe el silencio y responde a mi pregunta. Salta hasta que cae sentada, y cae hacia atrás. Y si sin duda alguna hay una tienda de campaña montada en mi zona sur.

  • Tranquilo cariño, no es más que una erección mañanera- digo con mi voz de recién despertado
  • ¿Una erección mañanera? - vuelve a preguntar- dios era tan…
  • ¿Chico? - digo mirándola a los ojos- si lo soy. Y por si no lo sabes eso es lo que nos pasa a los chicos todas las mañanas. Es la naturaleza Ashley. Nos despertamos firmes. Si te hace sentir mejor no estoy ni un poco cachondo ahora mismo.
  • Bueno está bien, acepto tu excusa biológica. Ahora, ¿puedes explicarme como decidiste abrazarme por la noche?
  • Yo no “decidí” una mierda- pongo mis dedos entre comillas-Estaba dormido y por lo que se fuiste la que amaneció trepada en mí.
  • Jamás haría eso, ni siquiera dormida, mi subconsciente jamás me lo permitiría.

Me empuja con su dedo índice en mi pecho y a continuación se baja de la cama tan rápido que solo la veo como una imagen borrosa.

Cuando se va, experimento una sensación de pérdida inmediatamente. Ya no es cálido y acogedor si no frio y solitario. Cuando me siento subo los brazos para estirarme. Sus ojos grises me miran fijamente a mi pecho desnudo y su nariz la arruga con una expresión de “qué asco”.

  • No puedo creer que mi cabeza haya estado encima de esa cosa toda la noche.
  • Mi pecho no es “una cosa”- la miro a los ojos con una expresión de molestia- A otras mujeres parece gustarles bastante.
  • Yo no soy otras mujeres

No, no lo es. Por qué otras mujeres no hacen pasármela tan bien como ella. De repente me pregunto cómo he podido vivir sin sus chistes sarcásticos de Ashley o sin sus quejas.

  • Deja de sonreír- suelta

¿Estoy sonriendo? Ni me había dado cuenta.

Va a buscar su ropa y se dirige al baño.

  • No le digas esto a nadie- me ordena.
  • ¿Por qué no?, solo mejoraría tu reputación.
  • No quiero ser una de tus “conquistas” y no quiero que la gente piense que lo soy. ¿está claro?

Oír ese término saliendo de la boca de ella me hace sonreír a un más.

  • Bueno si de verdad no quieres que nadie piense eso, te sugiero que ya te vistas- arqueo una ceja- A no ser que quieras que mis compañeros de equipo te vean haciendo el paseo de la vergüenza. Que lo harán porque tenemos entrenamiento en media hora.




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