Llevamos apenas dos minutos arriba del juego y ya perdí la cuenta de cuantas veces Emiliano grita como si fuera el último momento de su vida. Sostiene mi mano y parece que me va a romper los huesos no le digo nada, pero si duele.
Vamos por la última subida y espero que esto termine pronto o terminare sin mano el resto de mi vida.
Demonios siempre interrumpen los momentos en los que una persona me quiere decir algo importante, siento como todo mi estómago se sube hasta la cabeza y siento unas cosquillas en mi vientre. La bajada de este juego se siente peor que la subida.
Después de una bajada muy fuerte Emiliano tiene una expresión muy rara y no habla, sus ojos azules están en un tono que no se puede describir.
Permanece quieto unos minutos y como no veo sus intenciones de bajarse lo jalo y no bajo yo.
Nos dirigimos al puesto de comida, todo se me antoja, pero prefiero una pizza por el momento, tenemos toda una noche para poder probar estos platillos. Pero Emiliano como siempre pide para los dos.
Me sorprende al saber como es que no se le olvido el sabor que me gusta a mí.
Pongo mis ojos en blanco y mejor me pongo a comer calladita me veo más bonita.
Emiliano parece que nunca ha comido, con tres mordidas da fin a la rebanada y solo me volteo un segundo y ya tiene un pedazo de la mía.
Cambio de tema porque eso es cierto y no quiero sentirme incomoda.
Nos dirigimos al carrusel y a diferencia del otro juego hay poca gente pasaremos rápido, así es amigos, esos somos nosotros unos universitarios de veinte años queriendo subir a un juego para niños de cinco años. Es estupendo.
Yo sonrió, se ve muy gracioso. El juego se siente normal, pero está muy divertido al menos mi mano disfruta la comodidad de no estar aplastada.
A diferencia del anterior, Emiliano está gritando como loco:
Sera una noche grandiosa.
Terminaron los minutos que teníamos que estar en el juego, Emiliano parece niño chiquito cuando no le compras su juguete. Pero logre bajarlo o de lo contrario enserio pasaríamos toda la noche en ese juego.
Me pregunto si puedo llegar a sentir algo por él, es cierto no hay muchos Emilianos solo hay una Emiliano que se emocione por subir a un carrusel.