Dos Años después
Aurora.
—Pensé que no volverías—Dice August al verme en la entrada del salón,yo solo lo miro sin ningún tipo de emoción ni comunicación alguna.
—Fui obligada,no volví por gusto alguno.
Mentira.
No fui del todo obligada,solo vengo a cumplir una promesa y esforzarme al máximo,es lo único bueno que puedo hacer en estos momentos,no tengo la suficiente fuerza para hacerlo todo y en esto es lo único que me considero buena.
—Bien pero estás aquí y eso es bueno,te estuve esperando todos estos años,ahora que volviste espero que estes lista para hacer el doble—Dice mirándome directamente a los ojos,se que el arriesgo mucho por mi,al considerarme una prodigio en la danza-cosa que no es verdad-me senti mal por todo lo que dejo por mi,por eso volví—.Ahora dejemos de parlotear,es hora de estirar.
Dejo mis cosas a un lado sin decir nada,hago un precalentamiento antes de acercarme a la barra y ponerme en primera posición,seria sin nada brotando de mi,se que August lo nota ya que me mira atentamente,esperando algo,una risa,un destello de felicidad.
El esperaba ver mi fantasma,esto es lo poco que quedaba de mi,alguien vacía y sin alma.
Escucho un fuerte suspiro pero no me giro ni nada,solo me miro al espejo,miro como mi cuerpo está más delgado,noto mis ojeras,mis hombros caídos y mi mala rotación,pero veo algo también…algo que deseo olvidar.
Esperanza
—Respiro y…comenzamos—El pone la música y yo me dejo guiar por los pocos recuerdos que me quedan de esta secuencia,siento como alguno de mis musculos estan duros por la poca atención que les di hace un par de años.
Aquella secuencia que la hacía con los ojos cerrados me cuesta hacerla,mis piernas no son iguales de flexibles que antes,mis hombros están tensos y mis dedos no sienten el aire al estar tan ligeros,me veo en el espejo y es tan deplorable lo que veo,que siento ganas de llorar.
—Deja de mirarte al espejo—Dice August mientras se acerca a mi para acomodar mi postura,toca mi estómago y lo golpea—Estas rígida,no eres una niña de cinco años,no debo explicarte que no debes estar así de rígida,respira,siente la danza fluyendo por tu cuerpo así como hace unos años atrás,siente el aire,la emoción,la adrenalina subiendo desde la punta de tus pies hasta el tu último cabello—Siento como golpea un poco mis piernas y estas se ablandan de apoco.
Sentir,respirar,fluir…
Yo puedo.
—Así,de apoco vuelve a ser tu misma,quiero verte brillar como una vez te vi—Dice alejandose de mi,giro mi rostro para mirarme al espejo y lo veo.
Veo como estaba en la posición perfecta,mis piernas no temblaban,mis dedos estaban menos tensos y mi cuello igual.
Respiro manteniendo la posición mientras todavía me miro al espejo.
—Bien ahora al centro,puliremos todos tus errores—Dice mientras se acerca a la puerta del salón haciéndome un gesto de que espere—Espera aquí ire a buscar algún pianista,tú sigue estirando y calentando un poco,ponte las puntas de una vez.
—¿Un pianista? eso es demasiado rápido.
Me tiene demasiada fe.
Ponerme de nuevo las puntas,se siente como caminar de nuevo,sentir ese dolor tan agudo en los dedos,como se adormecen hasta mis uñas,hago un gesto de dolor y me bajo de las puntas,dios esto es mala idea.
Respiro y vuelvo a subirme,hago pequeñas secuencias,saltos,unos pequeños giros,una caminata sencilla,sobre ellas.
Me veo sobre las puntas y me siento imponente,luego de disociar un poco mirándome en el espejo,me doy cuenta que August todavía no regresa.
Me acerco a la puerta a paso lento esperando encontrarlo cerca pero no es así,miro a los lados y veo el pasillo totalmente vacío.
Es Domingo obviamente que no iba a haber nadie en la academia,se supone que solo estamos August y yo,o algún pianista raro que le guste estar aquí un domingo,hasta que a lo lejos escucho una melodía.
Un triste y dolorosa,me acerco hacia aquel sonido,viene de un salón,uno alejado de todos,me acerco de a poco sintiendo un palpitar en mis músculos,mis dedos tiemblan y mi respiración se agita.
Cuando llego a la puerta lo noto,aquella chica,sabía que era ella.
Hace tanto que no escuchaba su música,sigue siendo igual de triste,impotente algo,como si algo en ella no estuviera completo.
Lo siento en su melodía,en su forma de tocar el piano de manera tan delicada como si tocara su propio corazón,como si aquellas notas que ella toca fueran todos sus pensamientos,todas esas palabras que no dice en voz alta,me gustaría abrazarla,decirle que yo la escucho.Escucho su dolor a tra través de su música,siento su pena,sus lágrimas no derramadas,sus propios prejuicios.
Te oigo,veo sus dedos temblar como si dudara,¿por qué duda?,sus ojos moverse como si no viera realmente las teclas,como si viera otra cosa,algo más que no quiere que nadie más vea.
Quiero verlo.
Quiero saber qué es lo que ella necesita.
¿Por qué después de tanto tiempo?,su melodía sigue provocando algo en mi,supe que era ella quien estaba tocando,porque dejo algo en mi,algo que jamas podre borrar,su música toca mi corazon,mi alma,mi ser.Me quiero acercar,verla mas de cerca,no puedo…no debo,pero lo necesito.
Tomo la perilla de la puerta y la giro de manera lenta,para que no me escuche y no me vea,así yo puedo hacerlo.
Pero de repente se detiene y gira su rostro,una mirada apagada,con el ceño fruncido y sus ojos llenos de preguntas me mira.
—¿Quién eres?