Después de Keihder terminar de lavar los trastes salieron a casa de Dylan a dejar a Samantha, no perdiendo la oportunidad de disculparse por lo que su novia le había hecho con el batido. Pero Samantha en cambió se rió, aquel día nadie hizo nada dejando que las burlas alrededor tomarán la acción como graciosa, pero después de que ella actuó todos le pedían perdón como si aquello cambiaría algo, hasta el mismo director que sería ilógico que no se diera cuenta de lo que había pasado por las cámaras que había en toda la preparatoria, los mismos alumnos que expandieron lo que pasó y los maestros que habían rondando por allí aquél día, era decepcionante que en una secundaria tan prestigiosa pasaran cosas como aquellas y nadie dijera nada, pero al parecer ahora todos temían que de la nada les cayera pintura del cielo.
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—Puedes ir sin cuidado, según me dijo Dylan; Aarón y su esposa no están ahí. —dijo mientras mantenía la mirada en su celular, con el vehículo parado.
Samantha sin medir palabras abrió la puerta y se bajó del carro, cuando fue nuevamente detenida por la voz de Keihder llamándola a la distancia.
—Quería saber si nos podemos juntar mañana para hacer el proyecto, ya que es este martes.
Samantha asintió con la cabeza sin decir una palabra, y se fue de allí ya harta de escucharlo hablar, realmente todo el mundo la llena de rabia cuando trataban de aparentar siempre agradables y honestos cuando todo el mundo era hipócrita, siempre aparentando algo para que las personas lo vieran como una buena persona, realmente no sabía como Lauren se había enamorado de alguien tan superficial como él, porque Jordan al menos tenía actitud y físico a pesar de ser un desgraciado y aprovechado, pero Keihder sólo tenía un poco de físico, amistoso, aburrido con sus temas, serio, dinero y buenas notas, aunque tal vez fuera eso lo que quería Lauren de él, tal vez le sacaba todo el dinero posible y lo ponía hacerle las clases... "Exactamente como yo hacía con el ridículo aquel. Esa hija de perra es inteligente" Se dijo cayendo en cuenta de lo que pasaba, riendo al darse cuenta que Lauren y ella no eran tan diferentes como creía.
Cuando entró a la casa Dylan la esperaba desesperado, y nervioso, cuando la vió entrar por aquellas puertas se le lanzó encima a darle un abrazo.
—Que bueno que no te pasó nada. —murmuró mientras la envolvía con sus brazos.
Samantha de repente reaccionó alejándose de él y con sus labios arrugados, su mirada firme y fría tomó fuerza moviendo su mano rápidamente hasta estrellarla contra la mejilla izquierda de Dylan.
—¡Eres un maldito imbécil! Me dejaste ahí y te fuiste, sólo tenías un maldito trabajo, era llevarme y traerme, no irte a mitad de la asquerosa fiesta. Apuesto lo que sea a que fue para seguir viendo esa ridiculez que ves. —gritaba enojada.
Samantha se agarró la frente con una mano y cerró los ojos tratando de calmarse, parada aún frente a la puerta de la entrada.
—Samantha, lo siento, perdón, pero es que me sentía mareado, perdido, no sabía qué hacía en aquel lugar y sólo me fui, no me acordaba que estabas ahí, me sentía dormido, ¡Casi atropello a alguien en la calle! —decía mientras se movía de un lado a otro, con una mano en su mejilla.
—¡Estabas borracho, estúpido! —Explotó Samantha como si fuera lo más obvio.
—¡Pues eso es, que yo ni siquiera bebí alcohol!
—¿Y qué estás insinuando, que yo le eché algo a tu juguito?
—No, que Jordan lo hizo para quitarme de la jugada así poder hacer lo que quisiera contigo.
Eso para Samantha tenía lógica ya que lo que le había contado Keihder encontró a Jordan tratando de entrar forzada en su carro, y pues era verdad que Dylan no bebía alcohol. Así que maldiciendo por alguna razón se acordó de su padre, Madison y de lo que había dicho anteriormente Keihder. Le preguntó a Dylan que en dónde estaban ellos, ya que era sábado y de su padre no le sorprendía que estaba trabajando, pero le daba curiosidad el paradero de Madison.
—Ella está lavando en el Laundry.
Esta frunció el ceño. —A veces no sé si es la señora de esta casa o la sirvienta.
—No, ella solo es una mujer que quiere aprovechar su tiempo de madre y esposa nuevamente. Y dicho eso te dejo saber que voy a salir y te quedarás con Zoey hasta que mamá llegue. —dijo dirigiéndose hacia la puerta.
Samantha se quedó unos segundo pensando para luego sobresaltarse confundida.
—¿Quién es Zoey? —preguntó.
—Está en la habitación antes de la tuya. Cualquier duda me llamas a mí ó a Madison, adiós. —se despidió ignorando su pregunta y cerrando la puerta detrás de él.
Samantha se quedó mirando un rato hacia la nada cuando de repente la bebé Zoey empezó a llorar como si la hubieran dejado caer, entonces Samantha suspiró ya que sabía que había escuchado aquel nombre y ya estaba pensando que tenían un gato o un perro, a ella no le gustaban los bebés, pero prefería un bebé mil veces primero que un animal.