Una Era Extraordinaria: Elizabeth Artemis

CAPÍTULO 3

CAPÍTULO 2.5 “RAKSHASA”

Año: 921 día:331  - - - h

15 días antes de la batalla de Firecastle y de conocer a nuestra querida Artemis… en unas lejanas tierras en el país más grande, se forma una asamblea con muchas razas y seres, entre ellos, elfos, dríadas, humanos, enanos, semihumanos, hadas, brujas, hechiceros, entre muchas más, pero la que más destacaba entre ellos era un ser parecido a un tigre pero su forma era humanoide, a simple vista se le notaba su fuerza e inteligencia y tal vez algo oscuro, sin mencionar que es respetado por resolver todo tipo de problema, lo llamaban “El gran Demontel”, quien pertenecía a la raza de los Rakshasa.

“Las asambleas” o “las reuniones” que realizan, tienen como objetivo propio el tratar problemas de todos los reinos incluidos el oscuro. Que afecten el equilibrio o la paz del mundo. Para ello se reúnen los líderes o representantes de varias razas que optaron por esto, antes que pelear entre ellas. Pero a pesar que había muchas razas, también había otras razas o de las mismas que se negaron a hacer esto y había conflictos.

Esta asamblea en la que estaban reunidos, era para dialogar sobre qué deberían hacer por las acciones que están tomando los demonios, al parecer. Si bien es cierto los demonios hace mucho tiempo que no han hecho nada, y algunos viven y conviven con otros seres, hasta algunos son familiares, pero llegaron informes que un arma mística o arcana ha surgido de las cenizas y es tan poderosa que puede desaparecer a un dios o convertirse en uno, y esto puede que el equilibrio de la paz en el mundo se pierda para siempre, por ello, es esta extraoficial reunión para saber cómo actuar ante esta problemática y que razas están dispuestas a apoyar ante esta gran calamidad que pueda aproximarse.

–         ¡Escuchen compañeros!, tenemos reglas y hay que sujetarnos a ellas.

–         Oigan el jefe está ¡¡hablandooo!!

Se escuchaban muchos murmullos por todo el pleno, lo cual el jefe exclamó...

–         ¡Atención! ¡Solus ka buit emper zo! sohiperús!

Gritaba fuertemente el gran jefe Demontel. Al escucharlo todos quedaron inertes y quietos… Tras eso comenzó la reunión.

–         ¡Tiene razón gran Demontel! –Respondía el Liche llamado Marius, el segundo al mando.

–         Las atrocidades que están pasando es culpa del descuido al no percatarse de ello –Gritaba el líder de los elfos “Sertller”.

–         ¡Si es verdad!

–         ¡Es su culpa!

–         ¡No debimos confiar en un demonio!, ni mucho menos en una raza como la de ustedes.

–         ¡Hay que buscar a otro que esté a la cabeza!

–         ¡Si, sigan gritándome!, solo me hace más fuerte –expresaba Demontel.

Los presentes estaban abochornando y gritando muy molestos y furiosos, pues lo que pasó puede afectar a todos los reinos. 

–         ¡Ya basta!, ¡o los obligo a callarse! –Gritaba el Liche Marius, muy molesto por el comportamiento de todos.

–         ¡Ya! ¡calma!, ¡no juzguen a nuestro jefe!, les recuerdo que hace mucho tiempo él nos ayudó mucho, y además todos votamos para que el fuera nuestra cabeza en las calamidades que surgieron a lo largo de la historia –Argumentaba la líder de las dríadas Sildre, tratando de calmar a los presentes.

–         ¡Disculpen compañeros!, ¡la vida da muchas vueltas! ¡verdad!, algunos aquí lo entienden ¡no!, pero no todo va a salir bien por siempre, ¡verdad!, hay que apoyarnos mutuamente para solucionarlo – expresa dulcemente la líder de las ninfas, p´iha.

–         ¡Tú qué sabes! –Respondía un hada–. ¡Si más no recuerdo, al principio tú te oponías a convivir con otros seres que no fueran los fastidiosos sátiros!, ¡verdad!, solo por su fealdad, ¿qué es ese comportamiento raro tuyo? –Se burlaba el hada Marilina

–         ¡Y también por las cosas malas que hacían que no eran tan malas! –Gritaba a lo lejos un enano.

–         ¡Exacto! –Respondía el hada Marilina–. Tu repugnancia hacia nuestro jefe solo por ser una clase de demonio. Si sabes que todos cambian ¡verdad!, ¡todos son hermosos por dentro y más por fuera verdad, Marius!

–         ¿y por qué me miras así Marilina? –Respondía temeroso el Liche.

La amistad de Marius y Marilina era algo rara y confusa, pero a pesar de ello siempre se apoyaban el uno al otro.

–         ¡Ya dejen de molestar a P´iha!, ella es muy buena con todos ustedes, ¡además!, gracias a ella, fue más fácil solucionar problemas muy peligrosos en los bosques, ¡verdad hermosa! –Volteaba sonriente hacia la ninfa P´iha.

P´iha es una de las ninfas más importantes y fuertes que hayan existido, su carácter amable y gentil la hace alguien increíble, pero años atrás era una ninfa más del mundo… y este cambio que tuvo fue gracias a su osadía y persistencia.

–         ¡Sí jefe! –Respondía agradablemente–. Además, como dije la vida cambia y si, no me gusta la fealdad ni el mal, ¡pero aprendo a llevarme bien con ustedes, por el bien de mi hogar.

–         ¡Muy bien!, ¡así se habla p´iha!, ¡siguiendo con esta asamblea!, quiero opciones para solucionar esto y que no haya otra guerra de la perdición, entre todos –señalaba el jefe Demontel.

–         ¡Hay que buscar al culpable y matarlo a como dé lugar! –Gritaba el líder de los enanos, Tuunich.

–         ¡Les señalo!, en algunos rumores se dice que el artefacto no sirve de nada si no es activado por alguien digno –explicaba el jefe–. Según mis investigaciones el artefacto es muy poderoso, también fue la primera arma arcana en posición de un mortal, como quien dice es una reliquia invaluable y peligrosa.

–         ¡Y entonces qué esperamos para ir a arrebatarle al que lo tiene! –Gritaba el capitán de todos los caballeros imperiales, el señor Félix Colotl.




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