Una esposa para el alfa

11. Mi luna.

Horas más tarde, Alexander llevaba a una agotada humana sobre su espalda, llamando la atención de todas las personas a su alrededor, porque Dahiana se veía devastada y con deseos de únicamente dormir.

— Ustedes dos pasaron horas y horas lejos de todos y regresan después de la cena —dijo Bahir, apareciendo de repente—. Aparte de eso, ambos tienen un olor que…

— ¿No tienes que ir a molestar a alguien más? ¿Por qué estás aquí?

— Eres un aguafiestas —bufó Bahir, con una enorme sonrisa en el rostro—. Tus padres andan en tu búsqueda. 

Asintió hacia él y fue a dejar a Dahiana en la habitación, para que descansara. Se dio un baño, se puso ropa cómoda, no sin antes verificar que ella estuviera con vida, puesto que no se había movido de su lugar desde que la dejó en la cama.

— Padre —dijo Alexander, llamando la atención de Marco—. Bahir me dijo que estabas buscándome.

— Sí, digamos que quiero saber algo —señaló una área más alejada de las personas—. Vi que Kang, estuvo aquí…

— Todo tiene una explicación…

— Déjame terminar, luego puedes seguir mostrándote de ese modo más adelante, querido hijo —Marco le dio unas palmadas en el hombro—. Ya eres un adulto, lo que hagas de ahora en adelante me tiene sin cuidado, pero ten por seguro de que siempre te estaré vigilando. Si te dejé esa empresa es porque confío en ti y sé que harás cosas bien.

— Gracias, papá…

— Sin embargo, me he dado cuenta de que has dejado que tu primo Bahir juegue con tu mente y energía —Alexander sintió que un nudo en la garganta le daba el mal sabor—. Ponle un alto, no dejes que sea igual que tu tío, porque después de un tiempo, las cosas se van a poner tensas.

— ¿Por qué lo dices?

— Porque hace años dejé que mi hermano Mark tomara cuerda de más y terminó haciendo algo que en un principio fue malo, pero luego fue la mejor decisión de todas —Marco sonrió—. Contigo puede ser diferente.

— Bahir lo hizo porque alguno de los socios me siguen viendo como un alfa débil que no merezco tener tu apellido.

— Eres mi hijo, tu hermana también lo es y lo que digan esas personas me tiene sin cuidado —el alfa mayor se acercó un poco hacia él—. Veo que ya tienes a tu luna, interesante.

— ¿A mi luna?

— Alex —el mencionado se quedó en silencio—. La chica que marcaste, es la persona que se volvió tu luna. 

🌷🌷🌷🌷🌷

ESTE CAPÍTULO NO ES ASÍ DE CORTO, repito, la otra parte, está en mi perfil: Extra: Amores eternos. Como saben, este libro es para todo público, por lo que no puedo colocar escenas para mayores de 18 aquí. 

Besos. 




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