Una esposa para el alfa

36. Descubrimiento.

Alexander jugó con el anillo en su dedo mientras miraba al agua de la piscina, la cual tenía el reflejo de la luna adornándola. Él no era esa clase de persona que no podía resolver los problemas, simplemente…

— ¿No puedes dormir pensando en cómo me subirás el sueldo? —le preguntó Kang, entrando al jardín y sentándose a su lado—. Es tarde, toda la familia se encuentra dormida.

— ¿Y tú porque no estás durmiendo con tu mujer?

— Porque descubrí que tú y ella son destinados —bromeó—. Es un tanto divertido ver como esta familia está tan arruinada con eso de las almas gemelas —suspiró—. Me imagino que a partir de ahora esta familia debe estar loca.

— Esta familia lo que tiene son problemas —Alexander suspiró—. Dahiana cree que la dejaré por Naisha, cuando los dos sabemos que no es así.

— Owen puso todo como va —le recordó—. No me iré de aquí hasta lograr mi objetivo, matarlo e irme del país otra vez.

— ¿Y tus padres? ¿No los irás a ver? ¿Ellos saben que estás aquí?

— Lo más seguro es que el abuelo Misha lo sepa y también la abuela Kate —Kang chasqueó la lengua—. Mis padres deben estar con muchos dolores de cabeza por mi culpa.

— ¿Sigues matando a todo aquel que descubre tu pasado?

— Puede que sí, puede que no —el ángel caído se encogió de hombros—. En este mundo de la mafia, no es fácil ser adoptado y que las personas que te hayan dado todo sean homosexuales.

— Nadie te obligó a venir —le dio un golpe en el brazo—. Cambiando de tema, sería bueno que fuéramos a investigar en alguna de las casas de ese hombre por si tienes fotos…

— Hay una casa, es pequeña y está justamente en el vecindario en el que vivía Dahiana anteriormente —Kang se puso de pie—. Vamos, estaba esperando que me dijeras eso. Me gusta cuando mis queridos primos sacan su vena criminal.

Alexander no tuvo impedimento para ir al auto de su primo, tampoco le importó tener únicamente una franela y un pantalón de chándal o el no despedirse de su esposa e hijo.

— Hay algo más que tienes que saber —Kang encendió el auto—. Owen no es el único hijo que tuvo ese sujeto.

— ¿Qué?

— Lo mismo que le hizo a Dahiana, se lo hizo a Naisha —su primo comenzó a conducir—. Cuando nos conocimos, fui a cobrarle las deudas que ese hombre tenía… todo estaba a su nombre —apretó el volante—. Había un niño, no era su hijo, pero ella lo estaba protegiendo.

— ¿Y de quién era el niño?

— Según lo que investigué, ese niño fue secuestrado, luego la pareja no pudo pagar el rescate y Jonathan terminó por llevarlo con Naisha —chasqueó la lengua, enojado—. Ahora, ese niño está a salvo con el tío Matteo y Licy, mejor dicho…

— En el refugio —completó Alexander—. Ese Jonathan es toda una joyita, no sé cómo es que sigue con vida con todas esas mierdas que ha estado haciendo durante los últimos años.

— Es un apostador, los jefes que tenía no soportaron tenerlo más, por lo que él recurría a sus parejas y cómo se casó con esa mujer millonaria, necesita un hijo legítimo para cobrar una herencia y seguir con su mala vida —bufó Kang—. Escuché que tienes una orden de citación para la custodia de Owen.

— Sí, el desgraciado se atrevió a espiarnos teniendo sexo, de mandarles esas fotos a mi esposa y de paso, un video sexual —se pasó una mano por el rostro—. No sé cómo puede ser tan ruin en esta vida. No le importa siquiera su propio hijo, sino el dinero que puede conseguir a través de él.

— Tienes un punto —salieron de la propiedad—. Naisha no hará nada para quitarte a Owen, tampoco tiene algo en contra de ustedes dos. Ella se hará a un lado y cuando Owen se sienta bien puede buscarla.

— ¿Razón por la que ella hará algo como eso? —preguntó incrédulo—. Al fin y al cabo es su hijo…

— Naisha es tan pura e inocente, que no tiene corazón para quitarle esa felicidad a Owen —Kang sonrió con mucho pesar—. Me sigo preguntando todos los días cómo es posible que alguien como ella pueda estar con alguien tan dañado.

— ¿Cuáles fueron tus motivos para llegar a esa conclusión?

— Que la obligué a estar conmigo.

Alexander no le hizo más preguntas, porque vio que era un tema fuerte para él, pero eso no quitaba que no lo haría más adelante o que investigaría a través de sus padres un poco.

Llegaron al antiguo vecindario en dónde anteriormente vivía Dahiana con su madre y Owen.

No pudo evitar apretar los puños cuando vio a ese sujeto salir de la casa con un sobre y hablando por teléfono. Su primo no lo dejó ir a golpearlo, simplemente se quedaron ahí durante unos segundos antes de bajar del auto e ir hacia la pequeña casa que no tenía nada que ver con la decoración del vecindario.

Fue fácil entrar a la casa, mejor dicho, su primo se lo hizo ver de ese modo, puesto que encontró una llave de repuesto como si nada y el pobre Alexander únicamente podía ver desde la distancia, por el hecho de que en sus años de juventud se dijo a sí mismo que no haría nada ilegal otra vez. Todo el lugar estaba infestado con el olor de ese sujeto, pero al ser la casa de dos pisos, en cuanto subieron al segundo, solo había una habitación y lo que esta tenía adentro casi que se caiga de culo.

— Es un enfermo —dijo Alexander, metiéndose un poco más en la habitación—. ¿Por qué alguien tendría todo esto?

— Para su propio beneficio —Kang chasqueó la lengua—. Tiene fotos de muchas mujeres, hasta de su actual esposa.

— Entonces es algo más grande lo que tiene en mente y ella solo es un peón en su juego —suspiró Alexander—. Esto debe ser una broma, hay muchos CD.

— Hay uno de Naisha —vio que su primo apretaba los puños—. Él sigue teniendo esas cosas de la mala vida, hay vídeos recientes, hasta de hombres. 

— Con esto puedo ganar tiempo de meterlo en la cárcel y que se olvide por completo de querer quitarme a mi hijo —fue viendo las fotos—. Tú te harás cargo de él, después de que pase una temporada en la cárcel.




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