Una esposa para la bestia

Capítulo 6: Esta noche va a ser mi esposa

—Alexa—pronuncié acercándome y agachándome frente a ella. Tenía que tener calma pues solo era una niña, una pequeña que solo estaba dolida por la muerte de su madre y de su hermano y que no entendía la complejidad de la situación—soy tu papá y te quiero mucho. Puedes querer a tus tíos y pasar tiempo con ellos, pero yo soy tu papá.

—Pero quiero que ellos sean mis padres —dijo sujetando con más fuerza la mano de su tía y de su esposo—. Quiero vivir con ellos.

—Papá, te quiere mucho y quiere que vivas con él...—pronuncié con un nudo en la garganta. 

—Pero yo no te quiero—dijo— y mi vista se nubló. Mi mente viajó tiempo atrás cuando tenía una familia y era completamente feliz, cuando jugaba con mis hijos a la pelota cerca de la playa mientras su madre nos grababa. A un no te quiero de mi hija, ya no tenía respuestas.

—Alexa—dijo mi cuñado agachándose frente a la niña—. Tu tía y yo te queremos mucho, pero debes ir con tu papá, él es tu papá.

—No quiero irme—dijo abrazándose de la cintura de su tía.

—Déjala que duerma aquí hoy—pronunció mi hermana.

—Irà a la casa ahora conmigo, quiera o no es mi hija—dije tomando la mano de la pequeña.

—Solo piensas en ti mismo —reclamó mi hermana—. No ves que ya le has quitado bastante a la pobre niña, le quitaste a su madre y a su hermano, le quitaste la felicidad, deja de pensar solo en ti.Sebastiàn eres un egoísta. 

—Fue un accidente—me defendí—. ¿Crees que quería que muriera mi esposa y mi hijo?

—Pero estás vivo y ellos no—dijo y un nudo horrible se hizo en mi garganta.

—Lleva a Alexa a casa hoy. —dije con la voz algo temblorosa.

—Está bien—respondió cargando a la pequeña y salí de allí.

—No quiero irme—dijo la niña cuando ya no estaba.

—Te prometo que muy pronto vivirás con nosotros —respondió Anne abrazando a la pequeña—. Mamá, nunca te dejará sola. —Agregó abrazándola—. Ahora nosotros tres somos una familia, somos tus padres y nunca te dejaremos. No dejaré que Sebastián te haga daño a ti también. Ya te ha hecho mucho daño, ya te quitó a tu madre y a tu hermanito. Yo voy a cuidarte, ya has sido demasiado fuerte —pronunció besando la frente de Alexa y Julián acarició su cabello.

Subí a mi auto y comencé a manejar descontroladamente. Había perdido a mi hija, me odiaba, y ella al parecer era feliz con mi hermana y mi cuñado, ya no había nada que pudiera hacer, unas lágrimas empezaron a rodar por mi rostro, era de los que decían que los hombres no lloran hasta que me tocó a mí, simplemente quería acabar con tanto sufrimiento de una vez por todas, de tan solo saber que mi mujer y mi hijo murieron en aquel accidente y yo no era una tortura para mí y ver que mi hija ya no me quería y que mi familia me culpaba de lo ocurrido aunque no tuve culpa en el accidente era la gota que derramó el vaso, manejé hasta el acantilado que estaba saliendo de la parte céntrica de la ciudad y salí del auto, me paré en el borde y ya no quería seguir así, con tanto dolor, miré hacia abajo y habían más de 50 m de alto, no sobreviviría a esa altura, trague en seco e iba a saltar cuando mi teléfono comenzó a sonar insistentemente, suspiré y tuve miedo de que algo le hubiese ocurrido a mi hija por eso saqué el teléfono de mi bolsillo y cuando vi la pantalla me di cuenta de que se trataba del investigador que había contratado.

—Abi—pronuncié y tras pensarlo un momento tomé la llamada sintiendo miedo de que algo le hubiera ocurrido.

—Señor la chica que me mandó a vigilar está siendo subastada como una mujer virgen —pronunció y apreté mi puño con odio. Cómo era posible que aun en el siglo XXI hicieran esta clase de cosas. Una chica tan ingenua e inocente, comenzaba a entenderlo todo, ahora entendía porque su padre no permitía que nadie se acercara a ella, ni que tuviera un teléfono. Ese hombre era un desgraciado, solo quería vender a su hija y no iba a permitir que nadie le hiciera daño y quizás quizás había una esperanza para mí si ella venía a mi casa tal vez podría enseñarle a mi hija a quererme o tal vez podía encontrar a alguien que no me viera como un monstruo solo por mi apariencia.

—Ofrece lo que sea, pero esta noche esa mujer va a ser mi esposa...




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