Resople molesta mientras llevaba la tasa de café a mis labios, mi tia me observaba sobre el borde de su tasa pero no decia nada.
Ambas estabamos en silencio, ella respetando mi silencio mientras yo masticaba mi molestia.
Después de un largo suspiró se atrevió a hablar
—No te molestes Salomé, es lo más lógico que te quedes en casa
—Me molesta que Luka se haya tomado la atribución de ir por mis cosas al hotel sin decirlo tía —dejó con fuerza la tasa en el platito, mi tia la mira con preocupación y yo cierro los ojos —lo siento, pero no soportó que tomen decisiones por mi. Yo lo hago sola
—Debes entender que Luka sólo busca a protegernos, el pueblo ya no es el mismo de antes, asi que él fue por tus cosas para que estuvieras segura en casa
—¿Cómo que el pueblo ya no es el mismo?
—De repente hay robos, ataques a turistas pero eso pasa cuando jovenes sin oficio de otro pueblo vienen a molestar acá y tu mi niña eres una extraña para ellos. Yo no soportaria que algo te pasará —coloca la mano en su pecho.
—Entiendo tia —tomó su mano entre las mias —Sólo debió hablar conmigo antes
Mi tia sonríe y lleva un pastelito a su boca, sonrió un poco y lo pruebo. Siempre dije que mi tia hacia el mejor pastel del mundo.
Seguimos conversando en la cocina, la verdad me sentia a gusto haber regresado al pueblo, hermosos recuerdos de mi abuela venian a mi.
Mi tia me contaba anécdotas de los chicos, rei mucho y sobre todo me relaje.
—Voy a preparar la cena —me pongo de pie
—Te ayudo —ella asintio con una gran sonrisa, la conversación fue amena, mientras preparaba la ensalada y mi tia revisaba la carne en el horno.
Ella de vez en cuando me miraba con nostalgia, yo me hacía que no me enteraba
—Hace un par de años —mi tia se quedó en silencio un momento
—¿Si? —la miré meditar por un momento
—Vino tu padre Salomé —frunci el ceño ante sus palabras, no entendia de lo que hablaba, mi padre estaba muerto
—No entiendo tia —la miré con el ceño fruncido, ella suspira y veo que gira su silla de rueda para mirar por la ventana —mi padre murió cuando nací
—No es asi Salomé —siento como si una mano fría tomará mi corazón para apretarlo con fuerza —tú madre te mintió
—Mamá no haría tal cosa —ella me mira muy seria
—Lo hizo, nunca estuve de acuerdo pero debia respetar su decisión — siento que el aire me falta, busco a sentarme, recordaba las veces que lloraba el dia del padre por que era la única niña del salón que no tenia, en las navidades lloraba por él pero había aprendido a convivir con ello y ahora me dicen que tengo un padre —hace muchos años este pueblo estuvo en la mira de una familia muy caudalosa, el padre un hombre muy orgulloso estaba interesado en comprar el pueblo para convertirlo en un lugar de retiro para la gente de dinero —asiento —trajo a su hijo un joven muy guapo y muy seguro de si mismo, tu madre era una de las chicas más bellas del pueblo, recuerdo que yo me sentaba a mirarla como cepillaba su cabello por horas, disfrutaba escucharla cantar y por capricho del destino el joven conoció a tu madre, ella era timida por naturaleza, asi que ella se mantenia al margen pero el joven lo tomó como un reto, insistió tanto hasta que la conquistó —mi tia suspira —Mamá y papá estaban ajenos a todo esto ya que estaban luchando junto con el pueblo para no perder sus hogares ya que el alcalde de esa época estaba dispuesto a vender.
Todos estaban sumergidos en la lucha que ese joven envolvio a Mia, ella quedó embarazada de ti, creyendo las palabras que él había depositado en su oído, con alegria le dijo que su amor habia dado fruto. Tu padre se volvió loco de rabia, le exigió que abortará —abro más los ojos —tú madre se negó, ella habló con mamá, fue un golpe duro para ellos, Mia hizo su maleta y se marcho a la ciudad, tu naciste y ella te trajo para que te conociéramos, mis padres enloquecieron de amor cuándo te conocieron —recordaba a mis abuelos y lo especial que fueron conmigo siempre
—¿Qué pasó con esa gente?
—Se marcharon por que todo el pueblo se negó a vender sobre todo por que se enteraron lo que le pasó a tu mamá —desvió la mirada hacia mis manos, no sabia que pensar —luego que tu madre murió, él apareció Salomé, queria conocerte.
—¿Qué le dijiste?
—La verdad, que tu madre habia muerto, le di la dirección de ustedes y...
—No dio conmigo, me mude del apartamento cuándo mamá se marchó la extrañaba mucho —me pongo de pie y reviso la comida
—Tu madre no quiso que supieras la triste historia
—No se que pensar —declaró—toda la vida quise tener un papá —una lágrima rueda por mi mejilla —pero... yo... ya me habia hecho a la idea que no tenia uno
—Salomé —murmura mi tia —puedo darte los datos de él para que lo bus... —niego
—No —pasó una mano por mi cabello —él quizo deshacerse de mi
—Pero te ha buscado, él me dijo que estaba arrepentido, que estaba muy joven y no pensó bien las cosas
—Ya está lista la cena, pondré la mesa —cambié la conversación, estaba en shock.
Para la cena sólo estuvo presente mi prima Berenice y mis primos, Lukas no estuvo.
Traté de comer pero fue difícil, mi mente era un caos, mi conciencia había desaparecido e igual mi otro yo.
—Los chicos lavaran los platos —declaró mi tia —Salomé y yo preparamos la cena
—Esta bien mamá —declaro Dante y Vicenzo.
Me puse de pie y caminé hacia la terraza de mi tia. Me senté en la mecedora, tenia muchos pensamientos. Tenia un padre, uno que se había acordado que tenia una hija, una hija que no queria que naciera.
Cerré los ojos mientras me mecia, recordaba a mamá, el esfuerzo que hizo dia a dia para criarme. Mamá fue la mejor.
—¿Estás bien preciosa? —abro los ojos y ante mi estaba Luka, él me miraba con preocupación.
—Lo estoy —él se acerco y pasó un dedo por mi mejilla
—Estás llorando —muerdo mi labio por que no me habia dado cuenta que había dado riendo suelta a mis lágrimas
Editado: 16.12.2021