Una Familia para navidad

¿ Descubiertos?

Doctor Andrew Garfield

Los niños se la curraron con la investigación y debo decir que estoy encantado con ellos. Nunca había tenido semejantes Celestinas. Toda la información que me brindaron acerca de Dallas fue maná caído del cielo. Y ahora, no me queda duda que Dallas y yo somos muy compatibles. Nos gustan las mismas cosas y es la mujer más tierna y maravillosa que he conocido en mi vida.

Así, que esta vez voy por todo. Y echaré la carne en el asador.

El dieciséis le envío una colección de bombones con una nota cursi. El diecisiete le hago llegar un libro con los más bellos poemas y para rematar. El dieciocho un ramo de lirios envueltos en seda. El diecinueve una canasta de desayuno. Y el veinte una camita para sus gatos Pelusa y Emperador, junto una lata de la mejor comida gourmet para mascotas. A todas estas Dallas se haya muy sorprendida de este especie de cortejo anónimo. Y no para de preguntarle a los niños quien es su admirador secreto, pero yo aún no estoy dispuesto a develarlo doy el siguiente paso.

En la sala de mi casa junto a la chimenea los niños y yo hacemos una asamblea para concertar la manera de que Dallas pase mayor tiempo conmigo pero ¿cómo hacerlo? La respuesta viene en forma de Jack, el joven espigado dice que sabe cómo hacerlo. Y promete ayudarnos si le regalo una de mis valiosas tarjetas de béisbol.

—Por cada vez que me ayudes con Dallas te daré una tarjeta—prometo.
—Entonces le saldrá caro porque quiero la colección.
—Dallas lo vale.

Me agacho y me pongo a la altura de los niños para confesarles algo.

—Dallas significa mucho para mí, hasta ahora lo entiendo y es gracias a ustedes. Y a tu maravilloso deseo Jesse. Y quiero que sepan que los quiero a todos.

Los niños se lanzan sobre mí, haciéndome caer. Rufus ladra y brinca mientras todos nos reímos.

El veintiuno me aparezco con un enorme árbol de navidad y una caja de decoraciones navideñas y los niños brincan de gusto. La hermana Edith prepara chocolate y después que terminamos de decorarlo como si fueramos una gran familia nos sentamos alrededor de él a admirarlo. Los niños están ilusionados.

—Es muy generoso Doc, es la primera vez que los niños tienen un árbol de navidad.  Gracias— dice Dallas conmovida.
—Haría lo que fuera por ellos, son muy especiales para mí. Así como lo eres tú, Dallas pecosa.

Nos quedamos viendo, creo por primera vez Dallas se fija en mí como mujer, me lo dice el rubor de sus mejillas.

Entonces Jack entra con rostro alarmado.

—¡Señorita Dallas alguien le rajó una yanta a su coche!

Dallas sale escopeta de la sala y Jack me guiña un ojo ¡lo hizo él!

                                 ***
Dallas

Gracias a Dios el doctor Andrew estaba allí. Un bandido desalmado había rajado la yanta de mi coche y se había llevado la otra. Fuimos caminando a su casa para buscar una yanta de repuesto y el gato hidráulico. Me enamoré de Rufus no más entrar y cargué y mimé a su gato Rayas.

—Oye, tengo un par de hamburguesas en el refrigerador ¿qué tal si te invito la cena?

Esa invitación salida de la nada, me sorprende un poco. Pero acepto. Las preparamos entre los dos ¿quien diría que Andrew se le daba la cocina? Compartimos una charla agradable y en un momento inesperado, Andrew me roba un beso. Justo en ese momento me distrae el flash de una cámara y un alboroto detrás de la puerta de la cocina.

Cuando abro la puerta los niños caen como naipes a mis pies.

—Oops!




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