Una forma distinta de amar

CAPÍTULO 1

Un nuevo día comienza. Puedo sentir la agradable luz del Sol infiltrandose a través de mi ventana, el hermoso canto de las aves, pero sobre todo el maravilloso sonido de mi despertador indicando que ya es hora de levantarme. Por cierto, casi olvido presentarme, me llamo Hannah Cooper, tengo 16 años, estoy estudiando en el instituto Mert's Lee. Tengo ojos cafés oscuros, mi tono de piel es bronceado, mi cabello es ondeado,de color castaño y me llega a la cintura. Vivo en una humilde pero hermosa casa con mi mamá Alanna Cooper, ella tiene un tono de piel pálido ojos verde esmeralda, un cabello rubio por encima de los hombros. Y mi hermano David Cooper, tiene 18 años, el tiene las mismas características que mi madre, cabello rubio ondeado, ojos verde oscuro, tono de piel pálida. Es igual a mi mamá, en cambio yo soy muy parecida a mi padre. Ese es otro tema muy doloroso para mí, mi padre, la mejor persona que conocí en mi vida, murió hace 2 año en un trágico accidente de tráfico, junto a mi hermana gemela.

Recuerdo:
- Donde están las mujeres más hermosas de mi vida- Dice mi papá al llegar del trabajo.
- Hola amor- le dijo mi mamá.
- Hola papá- dijimos yo y mi hermana Anna al unísono, y corrimos para unirnos al abrazo.
- Amor, ¿Por qué saliste tan temprano hoy del trabajo ocurrió algo?- le pregunto mamá.
- Pues, les hice una promesa a mis dos hermosas hijas de ir hoy a adoptar un cachorro, ya que tienen 14 años y ya tienen responsabilidad como para tener una mascota a su cargo.- le respondió papá con una gran sonrisa en su rostro.
- ¿Oíste lo mismo que yo manita?- Le pregunté a mi hermana, y si nosotras dos nos decíamos manita (her-manita).
-Siiiii, podremos tener un cachorro y se llamará Peludo- Dijo mi Anna con emoción.
- No Anna ya hemos hablado esto y te dije que se va a llamar Patitas- le contradije.
-Peludo- insistió ella.
-Patitas- le respondí yo.
-Hey niñas, paren ya, adoptaremos 2 cachorros uno se llamará Peludo, y el otro Patitas ¿Entendido?- dijo mi papá, y nosotras asentimos.
-Bueno en 15 minutos vamos a buscar a los cachorros, así que vamos rápido alistense- ordenó papá y corrimos escalera arriba como dos locas hacia nuestras habitaciones. Nos cambiamos y cuando salimos vimos a David.
- ¿A donde se dirigen estás preciosas?- preguntó mi hermano.
- Papá nos va a llevar a adoptar cachorros, ¿Quieres venir?- propuse yo.
-No puedo tengo entrenamiento de Fútbol, Alan pasa por mi en 10 minutos- responde él.
- Ok, le das saludos de mi parte a Alan.-Le respondí yo.- Adiós.
-Hanna quiero que mi cachorro sea muy peludito- me dice Anna.
-Y yo quiero que el mío tenga lindas patitas- le comenté.

Nos subimos al auto y le dije a papá que pusiera música, y el lo hizo. Llegamos al lugar donde se adoptaban las mascotas y conseguimos exactamente los cachorros que habíamos querido, el de Anna era muy peludito y el mío tenía adorables y hermosas patitas. Nos dieron una canasta en la que llevar a los perritos ya que están muy pequeños. Nos subimos al auto y nos dirigimos a casa pero algo ocurrió, y no pudimos llegar. Un autobús venía sin frenos y impactó con el carro en la parte en la parte donde se encontraba mi papá y mi hermana, provocando que el auto se volteara por los aires. Mi papá se dió un golpe fuerte en la cabeza y tuvo muerte rápida, y mi hermana quedó atascada entre los asientos y y tenía un golpe igual en la cabeza pero no murió al instante, antes de morir me dijo:
-Hanna, te quiero mucho manita, no importa lo que pase siempre te voy a querer, porfavor cuida mucho a Peludo, y se feliz, nunca permitas que se borre esa hermosa sonrisa que tienes. Dile a David que lo quiero y a mamá que es la mejor del mundo. Te amo tata- fueron sus últimas palabras.
-Anna, Anna no cierres los ojos, manita, no no no, mirame, no te vallas, eres aun muy joven no porfavor...- dije con la voz entrecortada. Al momento escuché el sonido de las ambulancias lejos, pero no pude más, tenía un dolor muy fuerte en mi pierna izquierda y en mi espalda y cabeza. Poco a poco todo se volvió negro.

Siento algo a alguien llorando a mi lado, a lo cuál abro los ojos poco a poco y me doy cuenta que estoy en el hospital.

-M-ma-mamá- deje tartamudeando,y con la boca seca.
- Hija Gracias a Dios- dijo abrazandome 
- ¿Mamá que pasó, donde están Anna y papá?- pregunté con preocupación.
-Hanna tienes que ser fuerte... Tu hermana y papá murieron, tu hermana llegó inconciente al hospital, y a los minutos la dieron por muerta, y tú papá murió en el momento del accidente.- dijo mamá entre llantos y yo me uní a ella.
- Mamá, ¿cuántos días estuve inconciente?.- pregunté.
- Carro días y medio- respondió.
- Mamá, te quiero y podremos salir adelante- le dije y nos abrazamos.
Fin del recuerdo. . .

Desde ese día, mi vida no volvió a ser la misma. Con el paso del tiempo me enserré en mi mundo. No me relacionaba con nadie pasaba por desapercibida por todos los lugares, nadie notaba mi presencia. Hablaba lo necesario con mi mamá, y perdí todo tipo de relación con mi hermano, el ha intentado hablarme, pero yo me rehuso a hablarle. 
Me la paso, de la casa a la escuela y de la escuela a la casa.

Bueno decido entrar al baño a bañarme. Al salir del baño me empiezo a vestir, me pongo el uniforme, el cuál consiste en una falda con pliegues una camisa blanca con una chaqueta encima. Salgo de mi habitación y me encuentro con mi madre haciendo desayuno. 
-Hola princesita- me dijo mi mamá. 
- Hola mamá - fue mi respuesta, para después coger un sándwich y tomar un vaso de jugo de naranja.
-Adios ma- dije, después salí de la cocina encontrándome con David mi hermano, y Alan, su mejor amigo. Alan, pelo negro ondulado, pestañas largas, ojos azules piel blanca, Alan era sinónimo de perfección. Estoy enamorada de él desde los 13 años, de locos pero cierto. Un día antes del accidente me dijo que le gustaba, y yo le dije que el me gustaba a mi igual, pero luego ocurrió el accidente, y perdí comunicación con todos.
-Buenos días- me dijo mi hermano. 
-Hola- dije yo y salí, sentí unos pasos detrás míos, a lo que mire detrás de mí y lo vi a él, a Alan.
-Hannah, ¿quieres que te lleve a la escuela?- me dijo Alan.
- Alan ya sabes que le tengo fobia a los autos, gracias pero no.- le respondí.
- ¿Y quien dice que íbamos en auto?, Le tienes fobia a los autos pero no a las motos- me dijo el con una sonrisa traviesa.
- Bueno, está bien, solo porque voy tarde.- le dije - solo te pido que vallas despacio.
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