La emoción y ansiedad eran palpables en cada una de sus acciones, mientras mordía la uña de su dedo índice sus oscuros ojos viajaban con inquietos en el tablero de anuncios buscando su nombre en aquellas papeletas blancas y movía la pierna derecha con impaciencia,esto último era un tic nervioso que nunca se pudo quitar pesé a la insistencia de su madre por controlar sus nervios.
Pero en esos momentos no podía contenerlos, era una gira por Latinoamérica multidisciplinaria, habría de todo, baile, música, teatro y las muestras de artes plásticas. Sólo necesitaba su pasaporte... Claro sí es que aceptaban a su grupo de teatro, todo había sucedido de una forma que no se había visto venir, después de todo sólo había asistido a esa escuela de arte por curiosidad. No tenía ni idea de que se convertiría en una de sus pasiones y menos aún que le regalarían el placer de viajar para presentar su trabajo.
La idea la hacía volar y al mismo tiempo provocaba una sensación de pesadez en su estomago, quería que más personas vieran su trabajo y que no sólo sus padres la felicitaran por su actuación o las criticas amables y generales que hacían de las presentaciones de su escuela que leía en el periódico, lo que en su momento le supo a gloria y a satisfacción por su trabajo, pero ahora quería probarse más allá de eso, en un ámbito laboral. Y eso era lo que le daba miedo no poder ser suficientemente talentosa para prevalecer en el escenario, no poder llenar ningún papel en el teatro dónde te ganabas tu papel con una audición.
—Olivia, ¿sigues ahí? Encontré tu nombre.-
De su pequeña ensoñación la saco Alicia, una chica de cabellos rizados y castaña, tenía esa mirada almendrada llena de diversión después de ver a Olivia divagar en sus pensamientos, la cual ni siquiera había reparado en que ahora mordía su labio inferior mientras su mano ahora jugaba con el collar que recibió en San Valentín por parte de una de sus mejores amigas, una pieza hecha a mano de su saga favorita.
En lo que no tenía que pensar era en la cara que había puesto, era natural para de cabellos azabaches mirarse confundida después de que alguien la sacara de su trance, tardó unos segundos en procesar lo que le había dicho su mejor amiga y en un rápido movimiento volteo a ver de nuevo la pizarra dónde una uña decorada en gelish rosa con brillos dorados señalaba el nombre de "Olivia Torres Vega".
Una sonrisa temblorosa apareció en su rostro y sus manos fueron a cubrirla, los colores de su piel aceitunada se vinieron abajo y sentía algo removiéndose de forma positiva en su vientre, era frío y hasta le daba risa.
—Lo logré, Alicia entré, no… es que... de tantos yo lo logré-. Hablaba mirando intercaladamente a la más baja y al tablero dónde ahora podía ver casi reluciendo su nombre, la emoción que sentía era discreta, pero sin duda cualquiera que la conociera sabría cómo interpretar su sonrisa amplia y la falta de movimiento general de su cuerpo.
En un arranque se lanzó directa para abrazar a su mejor amiga, Olivia no podía estar más agradecida con ella, le ayudo en sus ensayos más de una vez para que pudiera aprenderse los diálogos y siempre la ayudaba con sus personajes, a darles matiz y personalidad, siempre le decía cuándo algo le hacía falta al personaje que interpretaba.
—Yo, de verdad no lo puedo creer, lo logré, lo logramos. Vamos a estar con profesionales, vamos a poder aprender más, conoceremos más teatros... Alicia esto es increíble...
—Sí, bastante increíble, sensacional y todo eso, pero creo que sería prudente dejar el tablero visible para los demás Olive.
Divertida su amiga la miro halándola hacia atrás, para que la delgada chica dejará que quién fuera que llegará viera el tablero, no le sorprendía que estuvieran prácticamente solas, apenas había abierto su casa de cultura y no era la más conocida de la ciudad, muy pocos irían ahí a revisar si habían sido aceptados.
Pero eso no iba a detener a la chica de rizos para mover a Olivia del lugar y alejarla del tablón de anuncios, no pudo evitar rodar los ojos con diversión, los cuales Olivia aún no decidía si eran redondos como de pequeña o rasgados gracias a las apretadas coletas con las que fue arreglada por su madre durante toda la época de primaria.
Entre ellas dos la más consciente de su entorno era Alicia y siempre había cuidado que no se metiera en problemas gracias a su distracción, aunque eso sólo había sido una agradable consecuencia de su amistad nacida gracias a que un día Olivia recibió una llamada con el timbre de la canción inicial de una de sus animaciones preferidas.
—Visible para el fantasma de la niña asesinada del baño ¿verdad?
Bromeó antes de recibir un golpe en el hombro y que ambas empezaran a reír por ello, risa que se vio interrumpida con la llegada de dos chicos, uno tenía el cabello lacio y castaño con ojos de un intenso verde, la misma piel aceitunada que Olivia con una vestimenta casual en tonos azul y negro que le daban más impacto a sus ojos. El otro de piel más clara era dueño de un cabello ondulado y sedoso tan negro como el petróleo, unos ojos cafés oscuro que se veían casi negros en contraste con su piel y una playera negra que citaba "Keep Calm and I Love Gore" en letras blancas con manchones rojos que pretendían imitar salpicaduras de sangre.