Una gordita llena de amor

Capítulo 17

Atenas Ivanov

Trabajar para Steve Tomlinson nos nada fácil, más si él hace las cosas solo para joder a uno, llevo trabajando para él desde ocho semanas, desde el minuto uno que comencé a trabajar con es:

¡Señorita Ivanov tráigame café, sabe cómo me gusta!

¡Señorita Ivanov traiga un vaso de agua mineral con burbuja y mucho hielo!

¡Señorita Ivanov saca cincuenta copias de estos documentos, ni uno arrugado!

¡Señorita Ivanov tira a la trituradora estos documentos y pégale fuego!

¡Señorita Ivanov envía estas flores a esta dirección, resérvame un restaurante, busca mi ropa en la tintorería!

¡Señorita por aquí! ¡Señorita por allá!

¡Ya me tiene harta! Tengo pesadillas por culpa de ese idiota

Estoy cansada de lo que conlleva trabajar con Steve, parece que a él se le olvida que tiene dos personas para sus mandados estúpidos, pero solo me manda a mí, Olivia trata de ayudarme, pero Steve nunca se lo permite.

El muy cabrón se cree que soy su mandadera personal, me tiene hastiada hasta los cojones que no tengo, él no es profesional ni ético, como un hombre que trae a la oficina todos los días una mujer diferente para follarse las como si no estuviera en su lugar de trabajo.

Mas bien como si Olivia y yo no los escucháramos que somos las que estamos al frente de su oficina, había escuchado el rumor de que Steve tiene novia, pero con ese entra y sale de mujeres en su oficina todos los días, se veía muy difícil creer que un hombre como él pudiera sentar cabeza.

¡Solo piensa con lo que tiene entremedio de sus piernas!

Es un insensible, arrogante, imbécil, malnacido, cabrón, un hijo de puta entre muchas cosas más es detestable y se lo dejo saber cada vez que puedo, me gusta ver como su rostro se desfigura del enojo.

No lo soporto al igual que a su amigo, socio o lo que sea de él, ambos me caen como una pata en el culo, aquí no se sabe cuál es peor, la pobre de Olivia babea por Salvatore este ni la hora le da a la pobre mujer, Olivia es una mujer muy bonita, tiene carisma, es trabajadora, humilde, pero a los hombres eso no le interesa, siempre se inclinan por lo más fácil.

Durante estas últimas semanas, he estado por explotar varias veces, pero antes de que eso suceda, tomo algunas respiraciones, mis amigos y el Sr. Nigel necesitan seguir con el restaurante, no puedo permitir que Steve los quiera joder por su maldito capricho de fastidiarme, ellos no se lo merecen, por eso estoy tratando de aguantar lo que sea, para que él no tenga una excusa para demandar y joder al Sr. Nigel.

Todos los días me tiene que mandar a algo, para mi pensar son cosas absolutamente estúpidas que puede hacer el mismo, las cosas pueden estar al frente de su cara él me manda a buscarlas y ponerlas en su mano, es un completo idiota, en vez de ser un hombre de treinta y tantos años parece un adolescente de catorce imbécil y promiscuo.

Agradezco que ya estoy en mis días libres cuales son los fines de semana.

Le prometí a mis niñas preciosas que hoy sábado las llevaría al parque temático MagicLand, hoy sería un día divertido con mis pequeñas, sus tíos Zachary y Calex se nos unirán porque quieren hablar conmigo, esto último me tiene con mucha curiosidad, me tienen pensando en varias teorías de lo que me quieren decir, pero no llego a una idea certera.

Salgo de mis pensamientos cuando dos pequeños terremotos entran a mi habitación corriendo mientras sueltan pequeñas carcajadas que son melodías para mis oídos, cuando llegan a mí las tomo a ambas entre mis brazos, comienzo a llenarlas de besos, escuchando sus risas y quejidos.

- Mami basta somos niñas glandes -me dice Hope.

- Se dice grandes, niñas grandes cariño mío

Corrijo a mi pequeña, ella ríe tapando su boquita con sus manitas, Hailey se queda intentado decir la palabra correctamente pero no le sale, no puedo evitar reír al escucharla.

- Vayan a ducharse y a prepararse para ir al parque, mientras mama hace el desayuno– aviso a mis niñas.

Tanto Hope como Hailey comienzan a gritar eufóricas, salen de entre mis brazos, Hope toma la manita de su hermana salen de mi habitación para irse a la suya, me levanto de mi cama, salgo de mi habitación detrás de mis pequeñas, mis niñas entran a la suya, las escucho hablar entre ellas mientras buscan lo que se van a poner como si fueras unas adolescentes, reí negando, las dejo porque a pesar de que tienen cuatro años a ellas les gustan ser independientes, mi corazón de mama gallina se arruga porque amo que estén bien pegaditas de mí, pero también me gusta esa independencia que van creando ellas.

Me aparto de su habitación, camino de vuelta por el pequeño pasillo a escaleras abajo, paso por la gran sala de estar, llego a la cocina donde me pongo manos a la obra rápidamente, pongo hacer el café para mí, ya que Zachary se está quedando en casa de su novio, comienzo hacer el desayuno favorito de mis niñas que consiste en unos mini hot cakes en forma de Mickey mouse, servido con algunas fresas y frambuesas cortadas en la mitad con un poco de sirop de chocolate por encima de las frutas, por ultimo un vaso de leche tibia, al terminar pongo sus platos sobre la mesa, me dispongo a prepararme mi taza de café.

Por el rabillo de mi ojo derecho, veo las pequeñas siluetas de mis hijas entrar a la cocina, escucho sus pasos hasta la mesa comedor, las sillas de esta ser arrastradas con algo de dificultad, rio bajo para luego girarme con la taza en mano, le doy un sorbo a mi café mientras miro como mis niñas comenzaban a desayunar.

- Gracias mami – agradecen a la vez a mitad del desayuno.

Sonreí con ternura mirándolas en forma de respuestas.

Hailey y Hope son mi vida entera.

Cuando mis niñas y yo terminamos nuestros desayunos, dejo a mis bebes en la sala con el televisor prendido en sus muñecos animados favoritos, ellas saben que no se pueden mover de ese lugar hasta que yo aparezca delante de ellas, sin perder tiempo subo a mi habitación busco ropa en mi armario, la más cómoda y fresca posible para estar en un parque.




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