Steve Tomlinson
La fiesta en la casa blanca fue ayer, hoy me siento mas molesto de lo que me sentía ayer, estoy muy encabronado con Atenas verla hablar, coquetear y bailar con el imbécil de la fiesta de ayer hace que me hierva la sangre por decima vez en la mañana de hoy, me tenia y me tiene loco a tal punto de la esquizofrenia. Luego de que el presidente Lennox terminara de hablar en su fiesta de cumpleaños, simplemente me levante de la mesa llevándome a Paige conmigo hacía unos de los baños, quería bajar mi enojo contra Paige fallándomela duramente, pero ni eso pude hacer, primero porque Paige recibió una llamada de categoría ¨emergencia¨ de parte de sus padres, se largo del baño dejándome más frustrado y encabronado que antes, quería que cayera un misil sobre la casa blanca y todos voláramos en canto para el carajo. Que especialmente el ese bastardo que estaba con Atenas desapareciera del fas de la tierra.
- Flashback -
Paige se había despedido con un beso sobre mis labios, literalmente se fue corriendo por la llamada que acaba de tener con sus padres, no me dijo absolutamente nada, mejor porque realmente no tenia cabeza para lidiar con ella, tampoco sabia como carajos se iba a ir de la fiesta ya que ella llego conmigo, tampoco me importaba ya que tenía a cierta mujer con unas libritas de más, pero hermosa metida en mi cabeza. Sali del baño caminando por el largo pasillo, la música esta tan alta que hace eco por el pasillo, estoy seguro que las paredes están vibrando por el bajo de la música, al llegar de vuelta pase la mirada por la que es nuestra esa, no veo ni a Salvatore, ni a Atenas como tampoco al bastardo que la tiene hipnotizada, suelto un jodido suspiro cargado de frustración, camino hacia el área donde están sirviendo el vino, es una pequeña barra al costado de la pista de bailar, hay una que otra persona, unos están conversando y otros por supuesto bebiendo. Cuando llego a la pequeña barra me tomo dos copas una detrás de otra, dirigí mi vista a la pista de baile y como si la vida me estuviera jodiendo, veo Atenas bailar con aquel bastardo ambos encerrados en su mundo como si nadie los estuviera viendo, ella se encontraba de espaldas a el mientras movía su cuerpo al ritmo de la música, mis ojos se perdieron por su cuerpo, ella suelta una sensualidad única, se ve sexy, pero es una mierda porque no está bailando conmigo, no puedo apartar la mirada de su hipnotizante cuerpo. Me cabreo aun mas cuando veo las manos de ese bastardo tomarla por la cintura pegándola ms a su cuerpo.
¡Ahora si lo mato al cabrón ese! ¡Ella es mía!
No...no cálmate, Steve tienes novia, se supone que Atenas no te interesa.
¡Atenas no es tuya, Atenas no te interesa!
Jodida mierda no puedo apartar la mirada de ellos, cada vez se acercaban más, yo desde la pequeña barra quemándolos con la mirada, se que no soy santo de devoción de nadie, que soy un hijo de puta, un cabrón mujeriego de mierda, que solo se la pasa haciéndole la vida imposible, tratando de la mierda a mi asistente, pero no puedo evitar encabronarme al verla así con ese idiota, me dan ganas de caminar hasta ellos, arrancarla de sus brazos, llevármela a mi casa y follarla tan duramente que se la pase gritando solo mi nombre, que al día siguiente no pueda caminar gracias a mí, de tan solo pensar en eso siento una pequeña presión en mi pene llevo mi mano con algo de disimulo hasta mi entre pierna, me acomodo el paquete aunque me duela, me giro tomando dos copas mas cuales me bebo de una vez nuevamente, se que ella siente mi mirada sobre ella y simplemente me esta ignorando, eso me prende más. Ninguna mujer me ha ignorado en mi vida, solamente ella, yo chasqueo los dedos y las tengo a todas arrodilladas ante mí, soy un hombre guapo, de buena clase, puedo costear lo que sea que me pidan, puedo darles el mejor sexo de sus vidas, que ella me ignore está jodiendo mi ego.
Salgo de mis pensamientos cuando Salvatore llega a mi encuentro, me le quedo mirando todo serio con una ceja alzada, mi amigo me mira todo confundido, alza sus manos como en señal de inocencia.
- ¿Que hice?, ya me andas matando con la mirada -grita un poco por lo fuerte que se escucha la música, luego se acerca un poco más para hablar mejor.
- ¡Dejaste sola Atenas con ese bastardo! -paso mi mano por mi cabello con frustración.
- ¡No soy niñera de nadie Tomlinson!, si tanto odias verla en brazos de otro, llega hasta ellos, sepárala de aquel hombre, aunque viéndola se ve muy a gusto con el -Salvatore está bastante relajado mirándolos bailar.
- Cállate -dije con fastidio- Ella no me importa, puede hacer lo que quiera con su vida
Escucho a mi amigo reír, por mi parte solo puedo enfocarme en Atenas.
- Sigue repitiéndotelo hasta que te lo creas hermano
No le doy importancia a las palabras de Salvatore, solo me quedo al pendiente de Atenas como un maldito acosador.
No se cuanto tiempo exacto paso, Salvatore ya se había ido con alguna mujer que se le haya cercado hablar, aproveche la oportunidad cuando por fin la vi despegarse de aquel hombre tomando la dirección a los baños del salón de fiesta, entonces no perdí el tiempo me encamino detrás de ella pasando atreves de los invitados, se me hace algo difícil porque hay muchas personas, cuando logro llegar ella ya había entrado al baño, así que decidí esperar fuera del baño.
En estos momentos no me importaba nada, no estaba razonando, desde que ella llego a mi vida nada sale como quiero, esta vez tampoco fue la excepción, solo quería hablar con Atenas decirle lo hermosa que se ve en ese vestido. Pero de mi boca salió pura mierda, reclamos por la manera que se estaba comportando con aquel hombre, estaba siendo un cabrón narcisista, pero era lo que ella sacaba de mí no sé cómo diablos terminamos forcejeando con su celular. Me había llamado la atención una imagen cuando su celular cayó al suelo cuando estábamos lo bastante cerca, eran de unas niñas de cabello negro largo, por lo que pude ver eran gemelas, estaban vestidas con un conjunto de pijamas de colores estaban acostadas en alguna cama.
Editado: 15.01.2025