El verano ya término y eso solo significa una cosa, empieza la escuela. Es nuestro último año, último año de tortura, por fin.
Me repaso el labial rosa en mis labios y me miro en el espejo. Tengo mi pelo rubio amarrado en una coleta perfecta y unos shorts de jeans combinados con una remera blanca, algo básico, pero lindo.
Salgo de la casa con la mochila colgando de mi hombro y entro en el auto de Aye, quien ya me esta esperando junto a Chloé.
—Hola—las saludo al entrar al auto y ella empieza a conducir.
—Daph, dile a Chloé que el chico perfecto no existe—se queja Aye y Chloé pone mala cara.
—Chloé, la perfección no existe—le digo divertida.
Algo que nos encantaba hacer con Aye, era pelear a Chloé, se que es malo, pero en mi defensa, la cara de Chloé era divertida.
Ella pone más mala cara y nos ignora el resto del viaje. Llegamos a la escuela y Ayellen pone mala cara.
—¡Ahg, odio la escuela! —se queja mientras entramos y todos se nos quedan mirando.
—Estamos en el último año, ya no hay nada de que preocuparse—le explicó y ella asiente.
Como en cualquier película adolescente, en la escuela había populares, frikis y todas esas cosas, y se podía decir, que nosotras éramos las populares, estábamos en el grupo de porristas.
Mi primera clase es de Biología y me toca con Aye, así que nos sentamos juntas. Nadie presta atención en la clase y mi amiga esta con su celular, mientras que yo fingo escuchar.
—¿Por que no crees en la perfección? —me pregunta mi mejor amiga mientras peina su pelo negro con los dedos—. Tu familia es perfecta.
—Mii familia no es perfecta Aye, mi padre engaña a mi madre, mi madre se gasta el dinero en joyas y alcohol y mi hermana menor esta en Londres para huir de la mierda de familia que tienen—tengo un nudo en la garganta—. Mi familia no es perfecta.
Abre la boca para responder pero el profesor se para frente nuestro.
—¿Algo que quieran compartir con la clase?
Oh no, pongo mi mano sobre el hombro de mi mejor amiga, pero ella lo hace igual, se para sobre la mesa y dice:
—De hecho sí, profesor.
El profesor se cruza de brazos y la mira atentamente.
—Señorita Rousseau, baje de la mesa ahora mismo si no quieres pasar el sábado en detención.
—Pues me lo ganaré, porque todo estudiante tiene derecho a hablar y expresarse.
Me tocó la sien, se que a mi mejor amiga le encanta molestar a los profesores y gracias a eso, siempre pasamos los sábados encerradas aquí.
Somos salvadas por el timbre.
—Señoritas, —habla profesor mirandonos—el director las esperará el sábado en detención.
Yo me quejó y Aye se baja de la mesa. Pongo los ojos en blanco mientras vamos al comedor, agarramos nuestra bandeja y nos sentamos en la mesa de los populares, donde están algunas porristas, jugadores y Chloé.
—Adivina qué—le digo apoyando la bandeja en la mesa y una sonrisa demasiado falsa.
—¿Que paso? —pregunta ajustándose sus gafas.
—Ayellen hizo que tengamos que ganarnos un sábado en detencion—le digo con mi sonrisa falsa y Aye pone mala cara, al igual que Chloé.
Regla número 2 de nuestro pequeño grupo: Si a una de las tres la castigaban el sábado, las otras dos la tenían que acompañar.
—En mi defensa, el profesor me provocó—se defiende mientras se mete una papa frita en la boca, pero la boca le queda abierta—. Chicas, miren la puerta disimuladamente.
Chloé y yo nos giramos a ver con la cabeza, sin un poco de disimulacion y miramos la puerta donde están entrando tres chicos, cuyos nombres son: Kevin, Alejandro y Liam. ¡No lo puedo creer! Liam clava su visita en mi y me sonríe, yo solo giro la cara.
Por favor tierra, trágame ahora mismo.
—¡Dios mío! —empieza Chloé—. Yo sabía que el era el chico perfecto, si no, no lo hubiera encontrado devuelta.
Yo hago una mueca y le empiezo a hablar a mi amiga.
—Chloé, si Alejandro fuera el chico perfecto, te hubiera escrito de nuevo, pero...
—Pero el solo se esfumó de la tierra, —termina Aye por mi, sin una pizca de emoción—al igual que los otros dos.
No volvemos a hablar de eso y cada una se va a su clase, a mi me toca Anatomía con el profesor Harrison, es el peor profesor, creo que en el Fondo me odia.
Me siento en un banco libre y saco mis cosas. El profesor empieza a tomar asistencia, pero es interrumpido por el idiota sexy... Digo... Liam, si, Liam. El se disculpa por llegar tarde y yo ruego que no se siente a mi lado, porque si n...
El sonido de la mochila al caer en el suelo, me hace salir de mis pensamientos, me volteo y lo miro con mala cara. El se sienta al lado mío con una sonrisa.
—¿Justo aquí?, ¿De enserio, Liam? —le pregunto en lo bajo para que el profesor no me regañe.
—No hay otro lugar vacio, niña rica—pongo los ojos en blanco y lo ignoro.
No estoy prestando atención, que no me doy cuenta que el profesor Harrison me esta hablando. Liam me toca el hombro.
—¿Que paso? —le pregunto en un susurro y no me doy cuenta que tengo al profesor Harrison al frente de nuestro banco.
—¡Señorita Bonnet! —me regaña el profesor.
—Perdón profesor Harrison, le prometo que esto no volverá a pasar—le digo rápidamente, y me volteo a a ver a Liam y este solo sonríe.
Idiota sexy...
—¡Pues claro que esto no volverá a pasar! —se va a su escritorio y se sienta—. Gracias a la señorita Bonnet, tendremos un proyecto en parejas, con el compañero de al lado, esta nota incluirá el 75℅.
Todos se quejan y para nuestra salvación, toca el timbre y todos se van corriendo. Yo me quedo guardando mis cosas y Liam esta dibujando en su cuaderno. Aye y Chloé vienen corriendo hacia mi y se para en frente mío y Liam.
—¿Como te fue en tu clase de Anatomía, linda? —pregunta Aye sin darse cuenta de la presencia del idiota sexy que tengo al lado, lo cual es raro porque es alto, grande y guapo.
Kevin y Alejandro entran y mis mejores amigas se tensan enseguida.