Una Gota de Amor

VII. Una familia perfecta.

Estaba castigada. Encerrada. Pero había un pequeño problema, necesitaba terminar el proyecto para la clase de Anatomía con ese idiota sexy para la semana que viene y aún no habíamos empezando.

Bajo las escaleras, jugando con mis dedos, nerviosa. Voy a la cocina, donde está mi madre preparando pizzas, hoy vendrían a comer los padres de Chloé y Aye.

—Mamá, necesito terminar un proyecto para la clase de Anatomía—sabría que diría que sí, ya que no me iba muy bien en esa materia—. Tiene que venir un compañero.

—Claro—me dice sin importancia—. Pero que se vaya temprano.

Le envió un mensaje diciéndole que venga ahora y unos minutos después, el timbre suena. Abro la puerta y veo a Liam con la capucha, pero empapado, y es porque esta lloviendo.

Lo saludo con una sonrisa ya que esta mi madre y el me la devuelve. Subimos a mi habitación y cierro la puerta, enseguida siento sus manos alrededor de mi cintura. Me voltea para hacer que lo mire fijamente a sus ojos color café. Sonrió y lo atraigo más cerca de mi rostro, para poder besarlo. Tengo que hacer puntillas, ya que el es más alto que yo. Me separó de él.

—¿Que pasó, niña rica? —me pregunta poniendo mi mechón rebelde, tras la oreja.

—Nada—le digo sacando las cosas para la tarea.

Pero no era cierto, aun que no le iba a decir que esto no quería que acabará. El no parece convencido, pero no dice nada.

Nos sentamos en la cama y empezamos a hacer la tarea, hasta que recibo una llamada de Alex.

Joder, ¿Que coños quiere ahora? Miro a ese idiota sexy, que tiene una sonrisa en su rostro.

—¿No le atenderas a tu encantador novio?

Pongo los ojos en blanco y mala cara.

—Esta bien... —digo no muy convencida, pero atiendo la llamada.

Hola linda—me saluda Alex y enseguida me abruma una sensación de culpa.

—Hola—le digo sin muchas ganas de hablar con el.

—Oye, mi viaje se hace más corto, vuelvo la siguiente semana.

Mi cara expresa, miedo, terror, horror, pánico y tristeza. Liam me mira preocupado. No quiero que acabe lo que sea que sea esto y eso me hace sentir mala persona, ya que prefiero a Liam antes que a Alex.

No.

Yo quiero a mi novio, osea ¡Es mi novio! Yo...Lo... Quiero...

—¡Que emoción! -—trato de disimular la tristeza y subo mis piernas arriba de la cama.

Me despido de el y observo a ese idiota sexy.

—¿Te gusta mi habitación? —le pregunto al ver que la mira con mucha curiosidad. El se encoge de hombros.

—Como lo dije, eres rica—pongo los ojos en blanco y le resto importancia.

Ya me había acostumbrado a esos apodos y se que no lo hacía de malo y solo eran de cariño, lo cual estaba mal, porque no teníamos que encariñarnos tanto.

El se levanta de la cama y se acerca a el escritorio blanco y lo admira. Admira mis cosas escritas en la libreta, son tonterías, son poesías que me gusta escribir, pero nunca se las pide leer a Alex. Admira el cuadro que aún no colgué en la pared, lleno de fotos de nosotras tres y en lo bajo de ese cuadro dice: "Por siempre, negro, blanco y rojo". Y luego, admira los libros de Harry Potter. Tengo todos, tengo imágenes, stickers y todo lo que se relacione con ellos.

—No sabía que te gustaba Harry Potter, niña rica—me dice sosteniendo el libro de Harry Potter y el prisionero de Azkaban. Yo también me levanto de la cama y me acercó a el. Le saco en libro y lo vuelvo a dejar en su lugar.

—No dejó que nadie toque mis libros... —le digo y luego agrego: — Y no habló de ello, pensaran que soy una fan rara— digo levantando la cabeza para mirarlo, ya que el es muy alto—. Además, a nadie nunca le interesó.

El me agarra de la cintura y me pega a el.

—¿Sabes, niña rica? Eso me ofende.

Mi cara expresa confuncion.

—No entiendo—le respondo con una sonrisa pequeña.

—Que yo nunca ví las películas o leí los libros de Harry Potter—me responde no muy preocupado.

Me separó de el con la boca abierta y una mano en el pecho.

—¡¿Que coños acabas de decir?! —le pregunto asustada.

¿En que mundo vive? Prendo la televisión y empiezo a buscar las películas de Harry Potter. Luego, agarro el primer libro de Harry Potter y la piedra filosofal y se lo entrego.

El me mira extrañado pero con una sonrisa.

—¿Que haces? —me dice sosteniendo el libro con mucho cuidado.

—Bueno, te iba a decir para ver la película, pero primero tienes que leer el libro—le explico muy feliz.

—Pero, dijiste que no dejabas que tocases tus preciados libros.

—No puedo conocerte y saber que no has leído o visto algo de Harry Potter—le digo con los brazos cruzados—. Además, confío en que lo cuidarás.

El sonríe, me da un beso sueve en los labios y luego, lo acompaño hasta la puerta.

Se que es una locura que le haya prestado mi libro, pero no podría volver a verlo sabiendo que no sabe quién es Lord Voldemort.

No me había dado cuenta que ya que el sol se había escondido, así que bajo a cenar. Mientras bajo las escaleras, siento el olor a pizza y luego, escucho el timbre.

Mi hermana Charlotte esta ayudando a mi madre, mi padre esta viendo la televisión y Amelie esta haciendo pulseras de la amistad.

Abro la puerta y veo a la familia Rousseau, los dejó pasar y atrás suyo vienen los Rioux. Las madres de mis mejores amigas, hablan con mi madre, los padres con mi padre. Vincent, el hermano del medio en la familia de Aye, habla con mi hermana Charlotte y yo con mis amigas. Todos fingiendo ser una familia perfecta.

—¿Quieren ir a dormir a mi casa el viernes? —nos pregunta Aye—. Solo estará Vincent, pero no nos daremos cuenta.

Yo asiento con una sonrisa. En serio, nesecitaba la pijamada con mis amigas, ellas me harían entender que, yo quiero estar con Alex y Liam es solo una distracción, para eso, deberes empezar a llamar a Liam por su nombre, así que, adiós idiota sexy.

Nos sentamos a comer en la mesa todos y hablamos, reímos y nos divertimos, pero no dura mucho, ya que se tienen que ir. Mi hermana mayor se va a su habitación, mi madre y padre también y yo también, pero Amelie, me persigue. Antes de cerrar la puerta para irme a dormir, la miro.




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