Una Gota de Amor

XXII. Un poco de felicidad.

Después del verano.

Reviso por quinta vez de no olvidarme nada y luego, cierro la maleta y mi mochila. Era el día. El día en el que saldría de esta horrible ciudad, de mi casa y podría hacer lo que más me gusta y estar con quien amaba.

Mi habitación nunca había lucido tan vacía como ahora y tenía una extraña sensación, porque si, mi familia era tóxica y no tenía los mejores recuerdos aquí,pero era mi habitación y este era mi único refugió. Me llevaba, literalmente, todo, también me quería llevar mi cama pero lamentablemente no entraba en una maleta.

—¿Ya estas lista, rubia? —me pregunta Liam apoyado desde el marco de la puerta.

No iría sola a Bordeaux, el también iría. El quería estudiar arte, y cerca, había una escuela de Artes, creo que el universo nos quería juntos.

Antes de irme de aquí, para volver dentro de un año en las fiestas navideñas, observo mi habitación, los estantes vacíos donde antes estaban mis libros de Harry Potter o las paredes vacías donde antes había un montón de fotos y por último, observo la ventana que da a la habitación de mi mejor amiga, en la que varias noches hablamos por ahí. Todo aqui, son recuerdos, no todos los recuerdos son lindos, pero siempre quedan en nuestra memoria, igual que los lindos recuerdos. Inhalo aire y luego, suspiro, recordando cada momento vivido ahí.

—Si, ya estoy lista.

Salgo de la habitación y bajo al comedor, donde estan mis mejores amigas, Kevin, Alejandro, mis padres y mi hermana menor. Liam se empieza a despedir de sus amigos. Lo primero que hago es despedirme de mis padres y luego ellos se van a la cocina respetando mi privacidad. Luego, voy con mi hermanita.

Me duele dejarla sola aquí, pero ella necesita entender que necesito salir de esta casa. En serio me duele dejarla sola en esta familia tan tóxica, pero es necesario que me valla de esta casa.

Espero que en algún momento, mis padres se den cuenta de todo el daño que nos hicieron y nos pidan perdón, o por lo menos que cambien. Nadie merece tener padres haci, que te exijan un diez, que te prohíban la Navidad.

—¿Me extrañaras, Daph? —me pregunta y yo la abrazo.

—Claro que si, pequeña—le doy un beso en la sien y antes de ir con mis mejores amigas le digo:—. Te llamaré cada miércoles.

Las abrazo tan fuerte que casi se quedan sin costillas.

—Si te pasa algo, solo llamame e iré tan rápido como pueda, después de todo, son solo seis horas—dice Aye como si fuera lo más simple y eso me hace reír—. Pero, hablando en serio, Daph, te quiero y te juro que viajaría seis horas solo por tí.

La abrazo más fuerte.

—Cuidate, Aye y no dejes que el mundo te arruine o te apague.

Ayellen Rousseau era mi mejor amiga, porque era la mejor, ella nunca contaba sus problemas, pero nosotras como amigas sabíamos todo, como cuando llegaba al jardín de infantes con moretones y ella mentía con que se cayó, pero en realidad fue su padre o como cuando queremos dormir sin la televisión prendida pero ella tiene miedo, porque siempre en la noche, su madre traía a un hombre nuevo. Como mejor amiga, mi deber es cuidarla y saber de sus problemas para poder ayudarla.

Me separó de Aye y abrazo a Chloé.

—No puedo creer que ya te irás... —comenta con lágrimas en los ojos—. Extrañare mirarte por la ventana y hablar por horas o ir juntas a la escuela caminando todos los días... Estoy orgullosa de ti, Daph, si pasa algo solo llamame, son solo seis horas o si extrañas volver, ven y ve con Aye o ve a Londres, que ahí estaré yo, lo que intentó decir es que, no estarás sola, te quiero.

—Yo también te quiero, Chloé, me encanta tu personalidad y quiero que siempre sea así.

Chloé Rioux era mi otra mejor amiga, porque también era la mejor, era una amiga con muchos sueños y fantasías, eso me encantaba de ella o también que pasará horas y horas leyendo. Según ella, leía porque le gustaba leer, pero como mejor amiga, se sus problemas y miedos, ella leé para poder olvidar la realidad en la que su hermano esta muerto o su madre es depresiva. Ella encuentra la solución en los libros, películas o series y la peor elección, el alcohol. Como mejor amiga, se sus miedos, su miedo de estar sola porque cuando su hermano murió, ella se sintio así, sola, aunque no estaba sola, Aye y yo estábamos a su lado en todo momento, pero cuando alguien esta tan mal, solo esa persona se puede levantar. Como mejor amiga, mi deber es cuidarla y saber sus miedos para poder ayudarla a enfrentarlos.

Por último, hacemos un abrazo grupal las tres.

—Siempre hoy y en el futuro juntas—empiezo yo.

—Siempre hoy y en el futuro juntas—sigue Aye.

—Siempre hoy y en el futuro juntas—y termina Chloé.

—Siempre blanco, rojo y negro—decimos las tres a la vez.

Me separó de ellas y voy con los chicos.

—Ten, es un papel con los horarios de medicina y toda esa mierda—dice Kev con una pequeña sonrisa.

—Cuida a Liam, Daph, tiene diecinueve años, pero se comporta como uno de diez.

Me hacen reír, pero es una risa triste porque esto es una despedida.

—Ustedes cuiden de ellas.

Los abrazo y después, salimos de la casa y miro a Liam.

—¿Lista para el futuro perfecto?

A decir verdad, tengo miedo, pero eso no me tenia que frenar. El miedo no nos debe frenar.

—Contigo siempre estoy lista.

—Entonces vamos, rubia—me sujeta la mano.

—Vamos, idiota sexy.

Empezamos a caminar de la mano y hacia el aeropuerto, para tener un futuro juntos.




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