Una hibrida perdida: Hija de la luna.

Capitulo 82

Ada desde que Adam y yo planeamos todo no me ha dirigido la palabra, creo que está molesta porque decidí no participar en su estupido juego.

- Vamos - propuse mientras tomaba una pequeña mochila que había preparado Adam, según él, tiene todo lo necesario, ambas asintieron a bajar.

Después de bajar las dos plantas salimos a las afueras de la mansión donde nos esperaban los chicos ( Axel, Dorian, Dario, Benjamin, Adam).

< Seguramente ansían presenciar quién será el ganador > me dije a mi misma.

- Tal Vez, pero admito que tambien me gustaria ver algo de pelea - hablo Ada.

- ¿Porque tan molesta por mi decisión?, ¿acaso te gusta que te vean como un premio que hay que ganar? porque a mi no - dije por la conexión.

- Viéndolo desde tu punto de vista tienes razón prácticamente nos ven como un trofeo - comentó.

- Vez, no todo lo que hago es por maldad, sino para demostrar que tenemos sentimientos - dijo y escuché el suspiro de Ada en mi cabeza.

- Si ya están listos vámonos - dijo Adam y todos empezaron a caminar.

Divide a los presentes y tengo que admitir que todos están divinos vestidos de forma deportiva, aunque lo que mas me llamo la atencion es que Dorian y Dario si resaltan el ser gemelos, ya que prácticamente están casi vestidos iguales.

Nos adentramos al bosque, y luego de caminar 30 minutos llegamos a un camino rocoso donde el cepted era espeso y de las rocas ni hablar mucho más grandes que yo, todos pasaron sin problemas en mi excepción, ya que al no ser humana me mantengo en muy bajo nivel físico para este tipo de cosas.

- Pide ayuda, alguien debe venir a ayudarnos, solas no podremos - dijo Ada.

Por un momento pensé en esa opción, pero no quería llamar la atención de nadie, ya que practicamente me habia olvidado, y salir de esta sola sería un punto para restregarlo en la cara que son unos idiotas que dejaron a la chica que pretender y por la cual disputen sola en esto sabiendo que aun era humana.

Cuando pensé que ya no podría me senté en una roca, ya que el camino era empinado y me costaba mucho lograr subir, tome una botella de agua que tenía en la mochila, mientras me disponía a observar el paisaje y desde la altura en que me encuentro el bosque se ve muy lindo.

- ¿Descansando o admirando el paisaje? - pregunto Dario mientras se acercaba a mi y se sentaba a mi lado.

- Ambos - dije en un suspiro de decepción por un momento pensé en la posibilidad que fuera Dorian y no su hermano quien notara mi ausencia.

< Que piensas Shia, deja esos pensamientos > me dije a mi misma.

- ¿Porque tan desanimada? - preguntó simplemente.

- No estoy desanimada - dije con una sonrisa falta, y por su mirada me imagino que no me creyó ni la primera palabra.

- Oye soy una persona extrovertida, pero eso no significa que no me sepa actuar en los momentos serios - dijo cruzándose de brazos - ¿que te tiene así?.

- Te parece poco, por un momento me sentí importante porque dos hombres se pelearían por mi, pero al parecer no es como creí, mira, segun me pretenden pero se olvidaron que soy humana y que no puedo subir esto tan fácil como ellos - confesé y note el asombro en su cara.

- ¿Desde cuándo sabes que esa disputa es por ti? - preguntó con interés.

- Desde hace 4 horas más o menos - dije.

- Bueno, olvidando eso, ¿porque no los enfrentaste sino que preferiste dejarlos pelear? - pregunto nuevamente.

- Porque quería hacerles saber que no soy un trofeo que pueden ganar con una pelea, que soy un ser con vida que siente, ve, oye y habla - dije con decepción.

- Esta bien, antes que te responda, dime, ¿que más sabes sobre lo que está pasando y qué pretendías hacer para dejarle claro a ambos que no eres un objeto? - preguntó con sumo interés, lo que me extraño.

- Según tengo entendido el ganador no es quien gane la pelea, sino quien gane mi afecto y preocupación durante la pelea - insinue y Dario asintió - aun no se como empezó exactamente, pero pretendía mostrarse desinteresada de ambos y cuando tocase el momento donde ambos esperen mi afecto, no elegir a ninguno y dejarles muy en claro lo que pasa - dije y Dario me observaba atento.

- De acuerdo, entonces te apoyo con ese absurdo plan, y ahora levántate y vámonos - dijo alegre mientras se levantaba - ahora  permíteme ayudarte, de aquí el camino es más empinado y podrías caerte y lastimarte, y no quiero que mi niña se lastime un dia antes de su debut - dijo ofreciéndome su mano.

Sin decir nada tomé su mano y empezamos a caminar, el silencio nos rodeaba, pero no era uno incómodo, sino uno agradable, eso que solo consigues con personas de confianza que no necesitan palabra para demostrarte que están contigo.




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