- Eres igual a mi madre - dijo Dario llamando mi atención - ella también adoraba observar paisajes hermosos - dijo y una estúpida sonrisa se posó en mis labios.
- A quién no le gustaría observar algo así - dije refiriéndome a la hermosa vista que teníamos a nuestro alrededor.
- ¿Puede hacerte una pregunta? - pregunto y asentí con la cabeza -¿Que pensaste la primera vez que lo viste?, pero no como un zumbado y execrable demonio en tu ventana - aclaro antes de que respondiera de mala manera, ya que la primera vez que lo vi casi me da un paro cardiaco.
- ¿A qué viene esa pregunta? - pregunte con el ceño fruncido.
- Solo responde - dijo y al ver que no diría nada quedó en silencio fabulado distintos pensamientos (deducidos por sus muecas).
- la primera vez que vi su rostro fue en esa ventana - me quedé pensativa mientras rebobinaba hasta aquel suceso - esa noche hubo un apagón en todo el pueblo, mi hermano Andres entró con una lámpara a mi habitación y por un escasos segundos examine su rostro, detallando principalmente lo frío que era cada fracción de él, además de esa cicatriz que le daba un toque escalofriante pero a la vez divina, y esos ojos vino que hacen juego con el, y que en un principio pensé que eran rojo fuego, pero al detallarlos mejor me di cuanta que daban ese color tan fuerte porque siempre aparecía en la oscuridad, en pocas palabras tiene un rostro fríamente hermoso - dije para después ver a mi oyente arrepintiéndome internamente al ver la cara de estupido que Dario tenía.
< Deja de ser tan confianzuda > me reproche a mi misma.
- Al parecer si causo una buena primera impresión - dijo - y gracias por describirnos de esa manera tan genuina - dijo con una complacida sonrisa.
Admito que no entendí la indirecta hasta que recordé que ambos eran completamente idénticos, bueno aunque para mi distinguirlos no era problema. Me sonroje instantáneamente causando la estruendosa risa de Dario.
- Para que sepas, que tu rostro aunque sea idéntico al de Dorian no se expresa igual - dije en defensa y este me miró de forma pícara.
- A Ver ¿y cómo describirías mi rostro? - dijo y lo visualice por unos segundos notando gran diferencia en la expresión.
- Tu rostro y tu mirada expresan principalmente calidez y transparencia, mientras que Dorian expresa frialdad y enigma - quedé pensativa unos segundos - tal vez esa sea la razón del porqué los distingo sin problema - dije y Dario se encontraba absorto en mis palabras.
- ¿Y qué dices de su complexión física? - pregunto pícaro, arquee una ceja a su pregunta.
- Ni siquiera me he fijado en eso - mentí.
- No te creo - dijo simplemente - ninguna mujer puede pasar por alto detallar el cuerpo de un hombre - dijo.
- ¿Y acaso los hombre pasan por alto detallar el cuerpo de las mujeres? - contraataque.
- Los sobrenaturales si, cuando un hombre inmortal encuentra a su alma gemela sus ojos se centran en ella y son incapaces de fijarse en otra mujer por muy hermosa y deseable que este - defendio y me costaba creer que eso fuera cierto.
- Hay que ver para creer - dije.
- En este caso vivirlo para creerlo - dijo - a las mujeres lastimosamente no les ocurre lo mismo, pero un hombre no puede ser infiel de ninguna manera cuando encuentra a su luna y si lo hace ten por seguro que la culpa lo calcomera y lo hará hacer miles de estupideces para enmendar los daños - dijo con seguridad y empezaba a dudar en si era o no falso.
- ¿Como un ser sobrenatural sabe que ya encontró a su luna? - pregunté con interés.
- Eso dependiendo el género, a los hombres se nos hace más fácil saberlo porque instantáneamente su olor retumba en nuestras narices, algo así como una droga, ahi varias formas pero esa es la más común, aunque en ciertas ocasiones se es rechazada o se rehúsan inmediatamente a la aceptación por equis motivo por lo que el olor se disuelve y ahí se presentan las diversas formas - dijo.
- ¿Y las mujeres? - pregunte.
- Para ustedes es mas dificil saberlo ya que su aceptación no es instantánea, pero existen distintas formas de averiguarlo - dijo y la curiosidad se apodero de mi.
- ¿Cuales? - pregunte y Dario me dio una fugaz mirada mientras que una sonrisa de lado se esbozaba en su rostro.
- Antes que te las digas, te informo que no te serviran de nada si las intentas, ya que las almas gemelas se reconocen después de los 18 años, por lo que aun te faltan dos años para ello - termino de decir.
- ¿Porque a los 18?, según tengo entendido, para el amor no hay edad - dije.
-Si, pero eso si tu alma gemela es un sobrenatural y te encuentra antes de que los cumplas - dijo para continuar relatando - Talves tu alma gemela ya te haya encontrado, pero no se atreva a aceptarte contra tu voluntad, ya que eso conlleva que tu vida se una instantaneamente a la de el - dijo mientras paraba sus pasos- ya llegamos
- Yo no veo a ninguno de los chicos y no creo que aquí sea un buen lugar para entrenar - le digo al ver el terreno rocoso a nuestro alrededor.
- No es aquí, es allá - dijo mientras señalaba hacia arriba.
- Yo no puedo subir hasta allá - dije al ver que todos se encontraban en un terreno plano de nivel más alto que el terreno donde nos encontrábamos.
- ¿Quien dijo que subirás sola? - dijo mientras me tomaba desprevenidamente por mi cintura y me subía a sus hombros.
< Me sorprende la fuerza de los inmortales > pensé al notar que me levanto sin dificultad alguna.
Me sujeté fuerte de su cabeza y cerré los ojos al notar que saltaría, cuando creí que habíamos tocado tierra abrí los ojos divisando a los chicos a más o menos 20 metros de distancia a donde nos encontrábamos.
- ¡Oye no me dejas ver! - exclamó Dario mientras intentaba quitar mis manos de su rostro.
- Lo siento - dije al separar mis manos de su cabeza.
Dario realizó el mismo procedimiento de manera adversa para bajarme de sus hombros y dejarme en el suelo.
- ¡Creimos que se habían perdido! - el grito de Adara llamó nuestra atención.
- ¡Tuve que echarle una mano a la niña, ya que cierta persona se olvidó de ella y que aún es humana! - gritó mientras caminaba hasta donde se encontraban los chicos.
Sin decir nada divise a los presentes encontrándome a un Dorian muy apagado y a un Benjamin algo avergonzado.
< Al diablo sus caritas de arrepentimiento > me dije.
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Flashforward:
- ¿Que estás haciendo Brian? - preguntaba Shia alterada al observar como Brian se acercaba a ella de manera amenazante con un arma blanca en sus manos.
- Desacerme de la bastarda que arruinó mi futuro - respondió Brian con bronca voz.
- ¿Bastarda? - pregunto incrédula mientras su mente analizaba cada palabras que se le fue dicha anteriormente - así que eres tu, tu eres mi hermano - concluyó y el chico rio sádicamente mientras se acercaba a ella.
- Que tarde te das cuenta de las cosas - dijo Brian sonriente.
- ¡Yo no tengo la culpa que nuestro padre le haya sido infiel a tu madre!- gritó encarando - la culpa es de tu madre que no supo mantenerlo a su lado - dijo y Brian se enfado por lo dicho y se abalanzó contra ella con intenciones de lastimarla.
Fin del flashforward:
- ¡Demonios! - exclamó Karen después de haber vuelto en sí.
- ¿Que viste? - preguntó un chico de cabellos oscuros que se encontraba apoyado al marco de la puerta.
- ¿¡James!? - Pregunto sorprendida al ver al chico en el umbral de la puerta - Fue horrible - dijo mientras se abalanzaba hacia James quien la envolvió en sus brazos....
*En otro lugar:
- ¡Quien eres! - preguntó Octavio exaltado que se encontraba encarcelado en una celda oscura.
- Eso no es importante, vengo a arreglar cuentas contigo- dijo con tono gélido haciendo que el Duque se levantara bruscamente de la banca.
- ¿De qué hablas? - pregunto exaltado - te estas equivocando de persona - dijo alterado mientras veía que el hombre se acercaba a la celda donde él se mantenía.
- Conoces la historia de la manada maldita - dijo el hombre mientras se transformaba en un lycans y arrancaba la reja que lo separaba del hombre - los que presenciaron la escena rumoran que el cuerpo de su Alpha nunca fue encontrado, y si bien tengo entendido el tuvo una hija, con la que pretendías propasarte - dijo mientras lanzaba la reja lejos del lugar.
- ¡Frederick!, creí que estabas muerto - dijo Octavio con la respiración agitada al ver el licántropo tan conocido que hace años no veía - somos viejos amigos, además no sabía que era tu hija - dijo aterrado.
- ¡Con mi hija nadie se mete! - exclamó mientras azotaba a Octavio con sus garras desgarrando el rostro.