Salí a caminar en la fría noche y llegó el momento en que corrí para descargar la rabia que siento; ya son casi las dos de la fría, larga y triste madrugada. Tomo un baño de agua helada, pero aún no pasa nada, pues sigues ahí, en mi mente sin dejarme dormir.
No creí que fueras tan falsa después que me juraste no ser como las demás, que coño, ya debería tener claro que en nadie puedo confiar y menos en una mujer más.
¿Cuándo acabará la noche? solo quiero dormir pero los estúpidos pensamientos que tengo no me dejan, saldré a la calle una vez más y cansaré a mi cuerpo hasta que ya no pueda más, pues seguro el cansancio me hará dormir un poco. Qué coño, me estoy volviendo loco.
Pasan de las dos y aún sigo aquí: pensando y pensando como si eso ayudará, como si con eso todo fuera mentira.
Llegan las tres, ya logro cerrar los ojos, sólo para tener pesadillas de que te pierdo y ya estas con el otro. Ya no sé qué es peor: si dormir o estar despierto.
Siento a mi corazón lento y de repente late furiosamente como si fuera a estallar.