Una historia de Chat Gpt

Capítulo 11: Solo escribamos por escribir

Las pesadillas de Ricardo continuaron, cada vez más intensas y aterradoras. Lo que antes eran sueños oscuros, ahora se habían convertido en experiencias vividas que lo dejaban temblando al despertar. Pero esta noche sería diferente. Esta noche, la línea entre la realidad y las pesadillas se desvanecería por completo.

Escena: La Pesadilla Profunda

Ricardo se encontraba nuevamente en el bosque, pero esta vez la atmósfera era más opresiva. El aire era denso, y una niebla espesa lo envolvía, dificultándole la respiración. Podía oír el crujido de ramas quebrándose bajo pies que no eran los suyos. Algo lo perseguía.

Corrió, desesperado por escapar, pero los árboles parecían moverse, cerrándose a su alrededor, atrapándolo. En medio de su huida, tropezó y cayó, sintiendo la fría tierra bajo sus manos. Al levantar la vista, vio una figura oscura, mucho más cercana que antes, con ojos rojos que brillaban en la penumbra.

Figura sombría (con una voz distorsionada que resonaba en su mente): "No puedes escapar, Ricardo. Estoy en tu mente, en tu carne. Estoy en todas partes."

Ricardo intentó levantarse, pero sintió una mano gélida agarrar su tobillo, tirándolo hacia abajo. Las raíces de los árboles se enredaban en su cuerpo, inmovilizándolo mientras la figura se acercaba más y más.

Ricardo (gritando, pero sin sonido): "¡Déjame en paz!"

La figura sombría se inclinó sobre él, sus ojos brillando con una luz siniestra. Alzó una mano, y cuando la bajó, un dolor agudo recorrió el pecho de Ricardo, como si estuviera siendo marcado de nuevo.

Figura sombría: "Este es solo el comienzo. Pronto, no habrá diferencia entre tus pesadillas y la realidad."

Ricardo sintió que la oscuridad lo envolvía, y en ese momento, despertó... o eso pensó.

Escena: La Realidad Distorsionada

Ricardo abrió los ojos en su cama, respirando con dificultad. Pero algo estaba mal. La habitación estaba sumida en sombras, mucho más oscuras de lo que deberían ser. Podía oír el sonido de su propia respiración, rápida y entrecortada, pero había algo más, un susurro, como si alguien más estuviera en la habitación.

Ricardo (susurrando para sí mismo): "¿Estoy despierto?"

Se levantó lentamente, encendiendo la lámpara de su mesita de noche. La luz parpadeó, débil y temblorosa, proyectando sombras que parecían moverse por su cuenta en las paredes. Cuando giró la cabeza, vio una figura en el rincón de la habitación, un par de ojos rojos brillando en la oscuridad.

Ricardo (con la voz temblorosa): "¿Quién eres?"

Pero la figura no respondió. En cambio, se desvaneció en la sombra, dejando solo las marcas de garras en la pared, como si hubiera estado allí realmente. Ricardo sintió el frío en su pecho nuevamente, pero esta vez no era solo un sueño. La marca estaba ardiendo, enviando ondas de dolor a través de su cuerpo.

Desesperado, salió corriendo de su habitación, buscando a Alex. Pero el apartamento parecía diferente, las sombras más profundas, los pasillos más largos. Cada paso que daba parecía resonar en un vacío, como si estuviera atrapado en un lugar que no era del todo real.

Finalmente, llegó a la sala, donde Alex estaba sentado, pero no estaba solo. La figura sombría estaba detrás de él, con las manos sobre los hombros de Alex, sonriendo con una mueca que no pertenecía a este mundo.

Figura sombría (mirando a Ricardo): "Te lo dije, Ricardo. No hay escape. Ahora, él también será parte de esto."

Alex (mirando a Ricardo con ojos vacíos, sin vida): "Ayúdame, Ricardo... no puedo despertarme."

Ricardo gritó, corriendo hacia Alex, pero sus pies parecían hundirse en el suelo, como si estuviera atrapado en un pantano. Cada movimiento era una lucha, mientras la figura sombría reía, su risa resonando en su mente como un eco interminable.

Justo cuando Ricardo estaba a punto de llegar a Alex, la habitación se desvaneció en una oscuridad total, dejándolo solo en un abismo de silencio. Y entonces, despertó de nuevo, esta vez en la realidad, pero con un grito ahogado y el pecho ardiendo como si hubiera estado marcado de nuevo.

Escena: La Mañana Después

Alex encontró a Ricardo en la cocina, con el rostro pálido y el cuerpo temblando. Intentó calmarlo, pero Ricardo solo pudo susurrar una frase, que dejó a Alex congelado en su lugar:

Ricardo (con la voz quebrada): "Las pesadillas... ahora son reales."

Alex miró a Ricardo, viendo el terror en sus ojos, sabiendo que algo mucho más oscuro y peligroso estaba en juego, y que lo que fuera que acechaba a Ricardo, ahora también lo estaba persiguiendo a él.



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Editado: 10.09.2024

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