Una historia de un Exorcismo

Capitulo 2.La ciudad enterrada

 

Agarramos nuestras Coronas:

 

- ¡Salud, por ella y por los que se fueron, para que nos reencontremos algún día! Gritó Lester

 

- ¡Salud, por una vida eterna llena de placeres, para que nunca nos falte nada, ni dinero, ni salud, ni nada! Grité, estaba inspirado

 

Después de un par de Coronas él se había emborrachado, mientras yo estaba perfecto, llamé a un taxi para que fuera a su casa, yo me salí de casa para aullarle a la luna, estaba desnudo y me transformé

 

- ¡Raaaaaaaaahrrrrrr! Estaba con mucha ira, no podía contener mis ganas de sangre humana

 

Ataqué a un pueblo de malnacidos, me bebí toda la sangre. Me carcajeaba que hubieran muerto, vagué por el desierto buscando presas, y encontré animales. En el firmamento volvía a nacer el sol, me daba tiempo para hacer otra cosa, visitar a Lester, para asesinarlo. Llegue a su casa, pero no contaba con que la cama donde dormía era de plata, abrí un poco la puerta de su cuarto para esperar y ver cuando se despertara y de esa forma asesinarlo, eran las 3 de la mañana, mi poder era mayor cuando era esa hora llegaba. No se despertaba, era momento de atacar, había creado una distracción para que nos quedáramos solos.

 

-Por fin hermano...disfruta de tu merecido descanso, descansa en paz. Las lágrimas me brotaban. Estaba a punto de clavar mis garras en su cuello, lloraba en silencio. Cada segundo yo sufría más, no quiero asesinarlo, pero algo me obligaba, grité:

 

- ¡Déjame en Paz! Con lágrimas brotándome de los ojos no lo podía creer, me aparte de él, lloraba sin cesar.

 

Apareció el espíritu de Itzel para consolarme, quería ver mi cara.

 

-Shh...Calma, muéstrame tu rostro. Me dijo

 

No podía parar de llorar porque casi asesine a mi mejor amigo y no podía tolerarlo, me mire al espejo y entonces me di cuenta que ya no parecía yo mismo. Parecía a la bestia que había visto esa mañana en el Drakhodd reflejada en el espejo, negra y con los ojos rojos. Me dijo:

 

-Te amo demasiado Marcus, yo estoy aquí PARA TODO, recuérdalo mi amor

 

- ¿Cómo puedes amarme a mi si yo soy una bestia, ya no soy humano? Le pregunte con un nudo en la garganta

 

-Aun eres humano, pero no lo ves. Mis lamentos habían despertado a Lester.

 

Mierda, casi mato a mi mejor amigo y pierdo mi lado humano. Esto no puede pasarme a mí.

 

Al día siguiente:

 

He perdido un poco la memoria, no sé lo que hice, no he bebido como para olvidar lo que paso, pero aún sigo sin recordar, cada hora que pasa más siento hambre, mi vida está un poco extraña, quiero dormir un rato, pero cada segundo que pasa escucho voces que me hablan, siento como si vinieran del artefacto. Mi visión ha cambiado, y puedo olfatear a personas en un radio largo. Los susurros se vuelven más intensos no puedo soportarlo. Me haría bien un poco de aire fresco. En la mañana hace frio y en la noche hace calor, saqué mi abrigo y me lo puse, salí a tomar un poco de aire fresco sin transformarme en hombre lobo, no tengo ni fuerza ni ánimos para seguir. Mi esposa se fue y me afecto. Esa mañana estaba muy oscura, había niebla y eso no era normal, la niebla como sabes me afecta y no puedo estar mucho tiempo en esas condiciones porque es horrible, siento como la niebla me quema por dentro.

 

- ¡rrrrrrraaaaaaaaaaaaahhhrr me quemo! ¡Alguien ayúdeme! ¡No soporto estar en estas condiciones malditas!

 

Nadie acudía en mi ayuda entonces corrí a la casa para refugiarme al menos estaba bien pero cuando me metí a casa encontré a mi esposa desnuda totalmente de espaldas.

 

- ¿Eres tú Itzel? Le hable con un poco de miedo

 

De pronto se dio la vuelta y estaba totalmente bella, no me lo podía creer

 

- ¿Quieres algo de beber?

 

- ¡Un Jack Daniels! Se me hacía raro que haya venido, lo único que la tapaba era una manta que era transparente

 

Tomo el trago y después nos besamos y no podía parar, tuvimos sexo por un par de horas. Tenía sed. Necesitaba sangre no puedo soportar esto es como si estuviera en un desierto sin agua ni comida

 

- ¡rrrraaaaaahhrr! ¡Aaahhhh!

 

Necesitaba esperar a la noche para cenar...pero bueno, podía mientras aguantar, faltaban pocas horas para el ocaso, pero se volvían eternas. Esperé pacientemente y me fui a dormir, escuchaba voces que me hablaban y no me podía concentrar porque sentía el frio y las lágrimas correr por mis mejillas, soñando el roce de su piel con la mía, sus labios pegados a los míos. Aún recuerdo aquella vez que nos conocimos diciéndome en secreto que el amor si existe, amo a Itzel y es lo mejor que un hombre puede pedir.

 

Llego el ocaso con una luna llena era hora, en Egipto yo era una especie de justiciero y medjay, pero asesinaba a mis víctimas para que no cometieran nunca más delitos, hasta ahora me pude recordar que yo viví en Egipto hace 60 años. Salí de la casa con el objetivo de sangre en la mente, había otro campamento cerca de donde vivo, con eso basta y sobra para saciar mi sed. Me decidí atacar ese campamento nadie quedo vivo, esos tipos habían asesinado y violado muchas personas inocentes (entre las víctimas había mujeres, niños y niñas) así que era un justo castigo para ellos, le aullé a la luna para que los habitantes supieran que ahora estaban a salvo (Esa es la señal que daba yo para que pudieran repoblar el lugar con seguridad):



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En el texto hay: exorcismo, hombreslobo, triller

Editado: 19.10.2018

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