Me voy a la cama, me acuesto, estiro mis piernas.
Comienzo.
Me encuentro flotando sobre mi propio cuerpo ...
Esa sensación de relajación y libertad que me causa es fascinante ...
Vuelo por la ciudad, atravieso los edificios, veo a la gente apresurándose a su trabajo.
La misión de hoy es reclutar a una muchacha que sospecha es alguien especial como yo.
Su nombre es Ana, me he puesto a investigar, tiene 18 años, vive con sus padres y trabaja en el café de la esquina de la avenida americana, que es donde me dirijo.
No me demoro en llegar, después de todo mi espíritu es muy ligero, gracias a eso puedo volar como supermán.
Veo a Ana, esta de cajera atendiendo.
Enseguida me acerco al señor que sigue de ser atendido y meto a su cuerpo.
Tomare el timón unos minutos.
Por fin puedo conocerte digo.
Ana soltó una sonrisa
nerviosa
-¿Que dices?
Me alegra conocer a alguien más con habilidades especiales, me emociona.
Ana volteó a su alrededor nerviosa, el miedo era real, al fin de cuentas no sabemos qué haríamos como reaccionaria la gente al saber que existen personas con poderes especiales.
- No te preocupes, nadie se enterará.Tampoco quiero exponerte en tu trabajo. Asi que me voy, pero antes guarda este numero.
En un pedazo de hoja le déje mi número, a su tiempo la curiosidad de saber quién soy la invadiría, me llamara. Eso lo sé.
Salgo del local, camino unas cuadras. Ahí veo una banca sola, me siento y abandono el cuerpo del señor negocios, pasaran unos minutos para que el señor recobre el sentido, no recordara nada.
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Editado: 29.10.2018