Era una noche tranquila, las estrellas brillaban, la luna completaba su trayectoria satisfactoriamente, la gente dormía plácidamente en todo el colegio, los únicos sonidos que se escuchaban eran grillos por los jardines del colegio. Hasta cierto punto de la noche, en donde dos fuertes y estremecedores sonidos en el dormitorio de Liam y compañía, los 5 muchachos se despertaron rápido
-ahhhh!, que pasa – decía Ethan algo irritado
-callen eso, tratamos de dormir – Sebastián miro a todos lados tratando de encontrar la causa, Liam que al escuchar unos segundos el sonido lo reconoció al instante actuó y en el cajón de su mesita de noche se encontraba su teléfono reproduciendo su alarma, Liam pensó que podía usarla para levantarse temprano como usualmente lo hacía en su anterior ciclo escolar, claro que él no sabía que los teléfonos serian inútiles en Hogwarts, fuera como fuera, Liam difícilmente pudo apagar su alarma, aun seguía sonando el otro sonido, que no tardaron en descubrir de donde venia, el cajón de la mesita de noche de Oliver seguía sonando
-Oliver… tu cajón – dijo Jack con cara seria
-eh… ah, claro, claro – Oliver se espabilo y abrió rápidamente el cajón, él como Liam venían de el mundo muggle y naturalmente también tenía un teléfono, un minuto después el silencio regreso y los chicos regresaron a la cama, Liam intento dormir de nuevo, pero después de algunos minutos le resulto imposible, al parecer no era el único, ya que dos minutos después Jack y Oliver tiraron la toalla y se levantaron de la cama
-bueno… ahora qué? – dijo Jack frotándose la cara con las manos
-normalmente prepararía las cosas para el día de hoy – contesto Liam con un suspiro
-claro, déjame ver la hora… 6 de la mañana, tenemos un laaaargo día por delante – Jack se estiro y los 3 se pusieron en acción.
Primero organizaron los libros para las materias del día, después dejaron sus mochilas a lado de sus camas y se juntaron para hablar sobre lo que esperaban de su primer día, poco a poco la luz del cuarto iba aumentando y los 3 miraron juntos el amanecer, desde la torre de Gryffindor se veía espectacular, una sensación de tranquilidad y emoción creció en Liam y después de tanto por fin Sebastián e Ethan despertaban de nuevo, extrañamente Liam, Jack y Oliver se sentían llenos de energía, se pusieron el uniforme con las nuevas corbatas y escudos en la túnica que aparecieron, la corbata era de un color rojo con rayas doradas y el escudo en sus túnicas tenía un león rugiendo, después de que todos estuvieran listos bajaron a la sala común en donde algunos alumnos ya se encontraban empezando el día, a Liam y Jack no se les necesito decir dos veces para que supieran lo que tenían que hacer, salieron de la sala común y con algo de dificultad llegaron a el gran comedor que estaba ya con alumnos de todos los grados sentados desayunando, los 2 chicos se dirigieron a la mesa de Gryffindor y se sentaron, enfrente de ellos habían unos ricos hotcakes y demás delicias del desayuno, Liam se sirvió una porción generosa y Jack hizo más de lo mismo, el sol brillaba por todo el gran comedor haciendo el desayuno aun más agradable. Paso un largo rato y una campana sonó por todo el colegio, era la hora de empezar las clases, Liam y Jack con toda la energía del mundo salieron de el gran comedor y… dieron vueltas por ahí, el castillo era demasiado grande como para intuir por dónde ir, hasta que encontraron a su prefecto y les dio las indicaciones para llegar a las mazmorras, torpemente pudieron llegar a las frías escaleras que se dirigían hacia las mazmorras y al bajar pudieron ver un poco lejos el salón de pociones, había algunos alumnos de Slytherin afuera del salón, Liam y Jack supusieron que entrarían también a la clase, al entrar al salón observaron un cuarto grande, con unas pequeñas ventanas que apenas proyectaban luz del sol, miraban también grandes estantes con ingredientes raros en frascos, esto le provoco algo de escalofríos a Liam, finalmente vieron una mesa vacía y se sentaron en ella, el profesor aun no había llegado y había bastantes voces en el salón, mientras Liam acomodaba su libro al lado de su caldero vio a alguien entrar, era Emma con su característica cabellera pelirroja
-oh, Ey!, ¡Emma! – le grito Liam haciéndole señas con los brazos, ella se dio cuenta y con una sonrisa corrió a la mesa en donde estaban, se sentó al lado de Liam, pero… no venia sola
-hola chicos! – digo Emma alegremente tumbándose en la silla alado de Liam
-hola Emma y… - otra chica se sentó al lado de Jack
-Roxy! – dijo Jack casi gritando y con una sonrisa enorme en la cara
-ah, hola, ustedes son…
-los del tren, nos recuerdas? – dijo Jack muy rápido
-ah… creo que si… Emma estos son los posers de los que me hablaste?
-eh… si, no sé que es poser pero si- dijo un poco apenada – en fin, felicidades por quedar en Gryffindor chicos!
-gracias!, felicidades a ti también por… entrar a Slytherin – dijo Liam
-buena sorpresa nos diste amiga, no nos dijiste en el tren que querías ser una maga oscura uuu – Jack hizo un movimiento con los dedos como fingiendo ser un fantasma
-jajaja, nada de eso! – dijo Emma con una sonrisa – yo tampoco me esperaba entrar a Slytherin, y creo que mis compañeros tampoco… - la sonrisa se le borro de la cara y se dibujo una cara triste
-no te pongas triste Emma! ¡Si algún poser te vuelve a mirar mal cuenta conmigo para darle una paliza! – dijo Roxy con una sonrisa de oreja a oreja
-gracias gracias, no es necesario jaja – Liam noto que la sonrisa de Emma volvía a hacer aparición, poco rato después el profesor irrumpió en la sala finalmente, era un hombre mayor que vestía un saco muy elegante, camino hacia el escritorio como si la edad no le pesara.
-buenos días jóvenes, empocianados por su primer día? Jajaja – el profesor se rio y los alumnos soltaron la tensión y rieron un poco también – muy bien, muy bien, yo soy su maestro de pociones, Horace Slughorn, como bien escucharon ayer este es mi último año enseñando, pero no se desanimen, tratare de enseñarles lo mejor posible el arte de las pociones, tal vez aprendamos a embotellar la fama, neutralizar a nuestros enemigos o gastar una broma divertida, o tal vez, aprendamos a vencer la muerte – el profesor guiño un ojo y los alumnos soltaron un "ohhhh" de asombro – pero no lo logaremos si no empezamos, así que empecemos con algo sencillo, poción curadora de forúnculos, preparen… - el profesor empezó a mencionar los ingredientes, algunos de ellos se encontraba ya en la mesa y otros en los estantes.