Una huella en la oscuridad

Capítulo 2: Alek

Cuando entro en la habitación de Naja para despedirme de ella antes de irme me encuentro con que ni mi hermana ni Aliska están allí. Nico y yo buscamos por toda la casa pero no hay ni rastro de ellas. ¿Dónde pueden haberse metido tan temprano? Naja nunca me había causado este tipo de problemas y menos justo antes de irme a un viaje, no se qué se le ha pasado por la cabeza.

Salgo de la casa rápidamente para buscarla. Voy a los sitios a los que ella suele ir pero no está en ninguno de ellos. Creo que me voy a volver loco por los nervios que siento ahora mismo.

Encuentro a Claudine hablando con los demás. Siento que me falta el aire.

—¿Habéis visto a mi hermana? ¡No la encuentro por ninguna parte!

—Tranquilízate, Alek —me dice Claudine, colocando una mano sobre mi hombro—. Lucas cree saber dónde está...Tanto él como Ray.

Me percato entonces de que Ray tampoco está entre ellos a pesar de que suele ser muy puntual, tengo una ligera idea de lo que ha pasado. Le doy a entender a Lucas que me diga qué es lo que sabe.

Él me mira con diversión en sus ojos azules desde la piedra en la que está sentado. Se pasa una mano por su cabello rubio y se pone en pie.

—No te lo vas a creer, pero da la casualidad de que hoy me he levantado más temprano que de costumbre ya que a Leo se le ha ocurrido despertarme —me dice echándole una mirada a su lince. Empiezo a impacientarme. No es eso lo que quiero saber —. Cuando de repente veo una silueta dirigiéndose hacia las afueras de la aldea junto a una loba blanca. Creo que era tu hermana si no me equivoco.

—¡¿Y por qué no la detuviste?! —Le grito furioso, agarrándole del cuello de su casaca. Él me muestra las palmas de sus manos con una sonrisa inocente.

—No podía estar seguro de que era ella. Además tenía sueño, no estaba seguro de haberla visto realmente.

Claudine me obliga a soltarlo y yo me froto la sien. Todo este asunto me está dando dolor de cabeza.

—¿Y qué tiene que ver Ray en todo esto? —pregunto, intentando calmarme.

—Ayer por la tarde nos dijo que hoy se iría más temprano por un asunto personal —responde Alexa, quien había estado callada hasta ahora.

Se encuentra sentada en el suelo acariciando a su coyote Silver que tiene los ojos cerrados, relajada con sus caricias.

—¿Y por qué a mí no me dijo nada? —digo, a punto de perder la paciencia—. ¡Yo debería ser el primero en saberlo!

—Seguramente no quería que lo supieses ya que se iba a llevar con él a tu querida hermanita —dice Lucas, con tono burlón.

—Esto es increíble... Espero que ya lo tengáis todo listo, nos vamos ahora mismo —empiezo a caminar hacia mi casa a coger mis cosas pero hablo lo bastante fuerte para que me escuchen—. Os espero en la entrada de Shahar.

 

***

 

Me reúno con los demás al cabo de un rato y salimos de Shahar. Le pido a Claudine que nos adelante ya que ella irá más rápido con Luther, su caballo. Camino delante de Lucas y Alexa, haciéndoles ver que no tengo ganas de entrar en una conversación. Pero obviamente Lucas no puede quedarse callado por tanto tiempo

—¿Puedo decir algo? —pregunta, alcanzándome.

—No —le corto. Pero él me ignora completamente.

—¿Por qué no dejas que tu hermana venga con nosotros? ¿Qué problema hay?

Resoplo y acelero el paso para dejarlo atrás. Él no sabe cuánto sufrí cuando perdí a nuestros padres, no quiero que le pase lo mismo a Naja. Aún recuerdo el día en el que ese hechicero de túnica violeta mató a mis padres como si no fuesen nada. Desde ese momento tuve que cuidar de mi hermana que en ese entonces tenía solo cuatro años. A mis diez años me prometí a mi mismo que la protegería de cualquier peligro, sobre todo de los hechiceros. Ella es la única familia que me queda aparte de Nico y Aliska y no quiero perderla. No puedo ponerla en peligro.

 

Lucas vuelve a alcanzarme y se coloca frente a mí, caminando de espaldas.

—No le va a pasar nada, Alek. Yo la protegeré con mi arco —concluye, levantando su arco y apuntando a un blanco invisible entre los árboles—. Seguro que quedará encantada conmigo, ¿verdad, Leo?

Sonríe orgulloso y su lince le responde con algo parecido a un maullido ronco. Escucho el resoplido irritado de Alexa tras de mí. La mirada que le lanzo a mi amigo hace que se le borre la sonrisa de la cara.

—Te prohíbo acercarte a mi hermana más de lo necesario —le advierto.

—Está bien, cálmate.

Vuelve a colocarse detrás de mí y por una vez guarda silencio durante el rato que tardamos en visualizar a Claudine a lo lejos. A su lado dos figuras parecen querer esconderse detrás de su caballo, intentando hacerse invisibles. No van a poder esconderse por mucho tiempo. Cuando los alcanzamos me planto ante los dos y cruzo los brazos pidiendo explicaciones.

—¿Y bien? —pregunto, al ver que ninguno de los dos dice nada.

—¿No hace un día espléndido? —dice Ray, cambiando de tema. Lo fulmino con la mirada y el chico acaba bajando la vista al suelo.

—Quiero que me expliquéis ahora por qué habéis hecho esto.

Ambos se miran con nerviosismo sin saber qué decir. Empiezo a impacientarme por cada segundo de su silencio. Naja da un paso hacia mí, mostrándose orgullosa y segura de pronto y Aliska se coloca junto a ella, apoyándola.

—No pienso quedarme en la aldea esta vez, Alek. Voy a ir con vosotros y no vas a poder detenerme.

Lucas suelta una carcajada que hace que me irrite más de lo que ya estoy. Aprieto los puños en un intento de controlar la ira que está apunto de estallar en mi interior.

—Creo que vas a tener que rendirte, amigo mío —me dice, colocando el codo sobre mi hombro.

Paso frente a Naja, esquivándola y me dirijo hacia Claudine, que me me mira con preocupación.

—Por favor, lleva a mi hermana de vuelta a Shahar.



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En el texto hay: amor, amistad, fantasia magia

Editado: 08.12.2020

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