Una huella en la oscuridad

Capítulo 11: Alek

—¿Dónde se ha metido ese hechicero?

Me he reunido con los demás en la plaza central de Òrain para organizar el viaje que haremos hasta la Torre Oscura. Pero el hechicero no aparece por ninguna parte y aunque no me guste la idea él también vendría con nosotros. Que haya desaparecido ahora de repente me da un mal presentimiento. ¿Dónde puede haberse metido ahora?

—No lo sabemos, no le hemos visto en toda la mañana —dice Lucas, poniendo las manos detrás de la cabeza—. Tampoco hemos visto a Launeex, quizás esté con él.

—¿Launeex tampoco está?

Siento que me enfado aún más por cada momento que pasa. ¿No es demasiada casualidad que justo cuando el hechicero desaparece también lo haga Launeex? Estoy empezando a sospechar que él tiene algo que ver con esto. ¿No era eso lo que dijo que estaba buscando cuando lo encontramos? Estoy seguro de que se la ha llevado. Sabía que no podíamos confiar en él.

—Puede que se hayan perdido de camino hacia aquí —dice Naja—. Anoche vi a Launeex entrando en la casa donde estaba durmiendo Oshan.

—¡¿Qué?! ¡¿Por qué no lo has dicho antes!? —grito, perdiendo los nervios—. ¿Y si se la ha llevado para hacerle algo?

—¿Por qué le haría algo? Parece tenerle mucho cariño a Launeex —me responde Naja, enfadada—, ¿por qué desconfías tanto de él? No te ha hecho nada, Alek.

—¿Por qué? ¿No ves que todo esto tiene sentido? Ese hechicero estaba buscando un maagilyn, y lo ha tenido delante de sus narices todo el tiempo. ¡Solo ha esperado al momento oportuno para llevársela!

—¡¿Por qué tienes que pensar tan mal de él?!

Ray se pone en medio de los dos separándonos a ambos. Miro a mi hermana irritado y ella cruza los brazos. Odio que confíe tan plenamente en ese estúpido hechicero, ni siquiera hemos podido llegar a conocerlo mejor.

—¡Parad ya de discutir! Ya aparecerán, solo se habrán perdido; tranquilízate, Alek.

Antes de que podamos seguir hablando del tema escuchamos unas voces enfadadas provenientes de unos elfos que hay más allá. Todos miramos hacia ellos, extrañados. Parecen estar gritándole a alguien, pero en esta aldea no suelen haber discusiones entre ellos. Nos acercamos a los elfos a ver que está ocurriendo allí.

—¿Qué es lo que pasa? —les pregunto.

—Hemos encontrado a este hechicero desconocido con vuestra maagilyn en brazos; no sabemos cómo ha conseguido entrar en la aldea. Seguro que lo ha hecho con su magia.

Clavo la vista en el hechicero que tienen sujeto por los brazos. Es un chico pelirrojo con ojos color miel y una túnica dorada. Me mira aterrado y puedo ver que tiembla ligeramente. En sus brazos está Launeex que mira alrededor sin comprender qué está pasando. Al lado del chico hay dos zorros que se interponen entre el hechicero y yo entre chillidos de advertencia para que no nos acerquemos demasiado. Miro a uno de ellos, un zorro plateado de ojos verdes que todos conocemos bien.

—¡Ese es Shadow, el zorro de Oshan! —nos dice Lucas, sorprendido.

Sabía que ese hechicero tramaba algo, ayer estaba muy raro cuando salimos de la casa de Zelphar. Aprieto los puños con fuerza hasta hacerme daño y llevado por la rabia agarro al hechicero de la túnica, que cierra los ojos con fuerza y empieza a temblar. El zorro rojo que está a su lado empieza a chillar y me muerde el tobillo pero yo no suelto al hechicero aunque me duelan sus colmillos. Nico consigue que me suelte con un gruñido amenazante.

—¿Quién eres y qué estabas haciendo con la maagilyn? ¿Dónde está Oshan? Estabais tramando secuestrarla los dos, ¿verdad?

—¡No! S-soy Shunaxx... Unos hechiceros extraños vinieron a nuestra torre y amenazaron a Oshan, él sólo se la llevó a nuestra torre para salvarme a mí...—dice, mientras se le llenan los ojos de lágrimas—. Él no quería entregarles a la maagilyn, y... y después me envió aquí para ponernos a salvo a todos.

—¿Cómo quieres que te crea, hechicero?

—Alek, tranquilízate ya —me dice Lucas, apartándome del chico—. Todo esto tiene que ser un malentendido.

—No, ya estoy harto. ¿Por qué siempre estáis intentando defender a ese hechicero? Seguro que lo ha estado planeando todo desde el principio y vosotros lo único que hacéis es confiar en él. No pienso seguir creyendo sus historias —digo, mirando con desprecio al hechicero pelirrojo. Él me mira entre molesto y dolido.

Pues deberías hacerlo”

Launeex me mira aún en los brazos del hechicero con las púas extendidas y una expresión seria. Lo único que me faltaba ahora es que hasta ella esté en mi contra. ¿Por qué siempre me hacen ver como el malo de la historia? Yo solo intento proteger a los míos.

—No lo entiendes, Launeex. Fue un hechicero el que le hizo eso a tu padre, ¿es que no les tienes rencor por eso?

El rencor es un sentimiento que sólo tenéis vosotros, los humanos… Y por lo que veo también los elfos” dice mirando a los dos elfos que sujetan al chico, que lo sueltan de inmediato con una mirada de culpabilidad ”Vi con mis propios cómo Oshan me colocaba en los brazos de este hechicero. Había dos hechiceros oscuros en ese lugar. Estoy segura de que solo me llevó allí para salvarle como él está diciendo. Y como ves yo he salido ilesa. Así que deberías creerles. Yo lo hago”.

—¿Hechiceros oscuros? —pregunta Naja, preocupada. Hasta ahora había estado callada.

—Por favor, tenéis que ayudarme; Oshan está en peligro —dice el pelirrojo, con una mirada de preocupación—. Esos dos son peligrosos, yo solo no puedo con ellos. No sé que podrían estar haciéndole ahora.

Yo le miro con los brazos cruzados. ¿Ir a una torre de hechicería donde ahora mismo hay dos hechiceros oscuros? Ni hablar, pondría a todos en peligro por algo que ni siquiera es asunto nuestro. Nosotros tenemos que ocuparnos de otros asuntos.

—No. Él fue el que se metió en eso, que lo solucione él solo —digo, cortante—. Así que, Shunaxx, ¿no?, ya puedes ir volviendo a tu Torre, tenemos cosas que hacer.



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En el texto hay: amor, amistad, fantasia magia

Editado: 08.12.2020

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