Durante gran parte del día anterior, Claudine y yo estuvimos buscando cualquier libro que tuviese alguna información sobre la Torre Oscura, sin resultado. Esta biblioteca es enorme y aunque no hemos encontrado información sobre ella, hemos encontrado sobre otras torres de hechicería, como la Torre de la Tormenta donde los alumnos aprenden hechizos con la fuerza del viento o los rayos; o la Torre de la Vida, donde aprenden todo tipo de hechizos gracias al poder de la tierra o incluso pueden hacer crecer las plantas. También pueden curar enfermedades y heridas graves que ningún otro hechicero puede curar.
No tenía ni idea de que había tantos tipos de Torres diferentes, para mí todas eran iguales.
Aunque a Claudine le divirtió estar todo el día metida entre libros, y tengo que admitir que yo también, finalmente nos fuimos a descansar sin haber encontrado nada que nos sirviera para encontrar la Torre Oscura.
Al día siguiente volvemos para continuar nuestra búsqueda, ya que de todas formas tendremos que esperar a que Oshan se recupere. Pero aún así no parece que estemos avanzando en nada. Seguimos sin encontrar nada que nos sirva.
—Es inútil, parece que no hay nada en esta biblioteca sobre esa Torre —se queja Claudine, cansada de buscar.
Cierro el libro que estoy ojeando ya que tampoco encuentro nada en él y lo pongo sobre la mesa con un pesado suspiro.
—Tenemos que seguir intentándolo, tiene que haber algo aquí, estoy seguro.
Varios alumnos se han fijado en nosotros, pero ninguno parece dispuesto a ayudarnos. Yo tampoco es que los quiera tener cerca, aún sigo desconfiando un poco de ellos. Nos levantamos de nuestros asientos para seguir buscando libros, pero una voz a nuestras espaldas nos detiene.
—¿Estáis buscando algo?
Oshan ha entrado en la biblioteca junto a Shunaxx que nos saluda con un gesto. Parecen ser tan distintos el uno del otro... Mientras Oshan nos observa con una ceja alzada y esa expresión seria de siempre, su amigo nos muestra una radiante sonrisa. Estaría bien que se le pegase algo de él.
—¡Oshan! ¿Qué haces aquí? ¿Ya te encuentras mejor? —dice Claudine acercándose a él.
Cruzo los brazos sobre mi pecho, molesto. No entiendo por qué a todos les cae tan bien. Siempre se mantiene serio y apenas dice nada, pero a ellos parece encantarles su presencia. A mí, por mucho que lo intente, sigue sin caerme bien. Y no creo que eso vaya a cambiar en mucho tiempo.
—Sí, ya estoy mejor —dice él con una pequeña sonrisa—. He venido para pediros disculpas por haberos metido en esto. Yo... de verdad me gustaría viajar con vosotros. Quiero ayudaros a buscar la gema.
—No te preocupes por eso. Y por supuesto que puedes viajar con nosotros, nos vendrá muy bien tu ayuda —dice Claudine amablemente.
El hechicero sonríe y mira a su amigo, que parece alegrarse mucho por él. Pongo los ojos en blanco y me giro hacia el montón de libros que hay sobre la mesa. Esta situación me resulta muy fastidiosa.
—Parecéis estar ocupados, ¿necesitáis ayuda? —dice Shunaxx acercándose a mí y mirando por encima de mi hombro.
—Sí, estábamos buscando alguna información sobre la Torre Oscura, podría ayudarnos en nuestro viaje.
Oshan parece quedarse pensativo un rato y se dirige a una de las estanterías que están más alejadas de la biblioteca. Parece que conoce bastante bien este lugar, probablemente suela venir aquí a menudo. Luego de un tiempo regresa con un libro negro en las manos. Por su apariencia debe de ser un libro antiguo ya que sus páginas están desgastadas y polvorientas. Deja el libro sobre la mesa y lo abre con cuidado, los demás nos acercamos para ver su contenido.
En las páginas hablan sobre un tipo de hechiceros que usan un especie de magia oscura y siniestra muy peligrosa, usándola para conjurar unos hechizos prohibidos e invocar seres oscuros y demonios que pueden destruir cualquier cosa a su paso. En una de las páginas aparece dibujada una gema muy parecida a la de Launeex, pero de un color violeta muy oscuro, que es la que les ha dado su magia. Parece que al fin hemos encontrado el libro que buscábamos.
Oshan sigue pasando las páginas hasta una donde aparece una imagen de una torre negra de aspecto siniestro y perturbador, bastante diferente a la Torre de la Luna. Entre una de las páginas de aquel libro, encontramos una especie de mapa que indica cómo llegar hasta ella.
Los cuatro nos miramos triunfantes. Al fin hemos encontrado justo lo que buscábamos.
—Con esto ya podemos empezar nuestro viaje —les anuncio cogiendo el mapa y guardándolo en mi zurrón—. Si os parece bien, podemos descansar hoy y salir mañana.
El hechicero asiente y él y Shunaxx se miran con una expresión que solo ellos entenderán. Shunaxx se limita a agachar la cabeza, como si estuviese triste por alguna razón.
—¿Pasa algo? —le pregunta Claudine preocupada.
—No es nada. Es solo que, bueno... echaré de menos a Oshan —dice Shunaxx fingiendo una sonrisa.
Los observo un minuto con una ceja alzada. Parecen estar bastante decaídos por tener que separarse. También me fijo en que Oshan le toma de la mano con cierto cariño. Creo que hay algo que me estoy perdiendo. Algo me dice que tal vez lo que tienen esos dos es algo más que una simple amistad.
—Bueno, si me disculpáis, iré a avisar a los demás —digo dirigiéndome hacia la puerta.
No quiero meterme en sus asuntos, lo que sea que les pase tendrán que solucionarlo ellos. Además es cierto que tengo que avisar a los demás si quiero que estén listos para mañana, seguro que Lucas se está tomando esto como unas vacaciones. No quiero que se ponga demasiado cómodo aquí.
***
El día siguiente llega. Me levanto temprano como de costumbre y me preparo mientras Nico me observa sentado en el suelo, con la expresión serena que suele tener. La misma que solía poner su padre, el gran lobo blanco que nos encontró. En su pecho tiene una pequeña mancha blanca que habrá heredado de él.