Camino junto a Shunaxx por el pasillo de la Torre del Sol. Ambos estamos algo avergonzados por lo que acabamos de hacer frente a todos, pero aún así estamos muy felices. En cuanto Alek le preguntó eso a Shunaxx no pude contener mi emoción, no creí que él haría algo así. Pero estoy agradecido con él por ello... Aunque sea un poco.
Cojo la mano de Shunaxx con fuerza y él entrelaza nuestros dedos. Varios alumnos que pasan por ahí nos observan con sorpresa, pero apartan la mirada en cuanto les lanzo una mirada desafiante. Algunas personas son demasiado descaradas y molestas. Shunaxx consigue tranquilizarme con un suave beso en mi mejilla que hace que me cosquillee el estómago.
Llegamos a su habitación tras un rato. Creo que es la primera vez que entro aquí. Siempre es él el que suele venir a buscarme a mi habitación. La observo con curiosidad: al contrario que la mía tiene las paredes blancas y luminosas, como son típicas en la Torre del Sol. En su escritorrio está el Libro del Sol y varios papeles esparcidos de cualquier manera. Sonrío. Siempre ha sido bastante desordenado con sus cosas. Cojo el libro y ojeo sus páginas con curiosidad.
—¿Te llevarás el Libro del…? —callo de pronto al ver que se ha quitado su túnica, probablemente para ponerse una más ligera para el viaje.
Siento como el color llega a mis mejillas y aparto la mirada azorado. Le tiendo el libro rápidamente y me giro hacia la ventana. Me siento estúpido por mi reacción. Cuando Shadow me mira parece estar riéndose de mí. Oigo su resoplido detrás de mí.
—Me obligarás a llevarlo, ¿verdad? —me dice con un tono divertido una vez que se ha puesto la otra túnica.
—Tendrás que practicar si no quieres ser derrotado por los hechiceros oscuros.
Me mira con algo de miedo en sus ojos y me siento culpable por haberlo asustado así. Lo abrazo con cariño y beso sus cabellos.
—Tranquilo, no dejaré que te pase nada —le digo para tranquilizarlo—. Si ya has acabado volvamos con los demás antes de que Alek se arrepienta y nos deje a los dos aquí.
El asiente cogiendo su capa marrón y salimos de su habitación para volver con los demás.
Cuando llegamos Lucas nos observa con una sonrisa pícara que hace que me sienta incómodo. Parece a punto de decir algo pero Alek carraspea para que captar nuestra atención.
—¿Podemos irnos de una vez? —dice con impaciencia.
Shunaxx le mira con una sonrisa de disculpa. Volvemos a despedirnos del maestro Elibeus. Él, además de alegrarse por nosotros, también nos mira con algo de preocupación. Se que teme que nos pueda pasar algo pero le digo que esté tranquilo. Esta vez me voy sin tener que seguir las órdenes de nadie ni tener que esconderles nada a los demás. Y esta vez con Shunaxx a mi lado. Sonrío inconscientemente cuando él vuelve a tomar mi mano.
Tras eso, nos ponemos en marcha.
***
Después de estar caminando por un bosque que hay cerca de la Torre empiezo a creer que Alek está algo perdido, ya que se para sin saber por donde seguir. Parece buscar algo en su zurrón pero parece estresarse a cada segundo que pasa. Suspiro y voy junto a él, a regañadientes.
—¿Te has perdido?
Él me observa con la habitual mirada molesta que parece tener siempre que le hablo.
—Cállate hechicero —me dice volviendo a rebuscar en su zurrón—. Creo que he perdido mi mapa y no se orientarme desde la Torre.
Le lanzo una mirada seria, ¿está hablando en serio? ¿Cómo ha podido perder el mapa? Yo nunca he hecho un viaje, tampoco sé orientarme. No puedo creerme que él sea el líder del grupo. Debería tener más cuidado con sus cosas.
—¿Qué clase de viajero eres tú? —le digo molesto.
Puedo ver el momento justo en el que sus ojos empiezan a lanzar chispas cuando se gira hacia mí, furioso. Creo que no ha sido buena idea decirle eso en este momento. Parece que está apunto de perderla paciencia y yo solo lo he empeorado.
—¿Perdona? En primer lugar no estaríamos aquí si no nos hubiéramos desviado de nuestro camino para ir a salvarte.
¿Ahora es mi culpa? Estuve a punto de morir a manos de esos dos antes de que ellos viniesen a la Torre. Además gracias a mí encontró ese libro sobre la Torre Oscura. No me parece justo que me eche la culpa a mí. No sé de donde saco la voluntad de enfrentarme a él.
—No es mi culpa que se te pierdan las cosas. Creo que será mejor que yo lleve el mapa de la Torre Oscura, estará mas seguro conmigo.
Me arrepiento demasiado tarde de haberle dicho aquello. Alek me agarra de la túnica en ese momento a pesar de ser más bajo que yo y me mira más furioso que antes. Intento no perder la calma y solo me dedico a mirarle con tranquilidad.
Naja se acerca enseguida y tira de su hermano, haciendo que me suelte. Pero aún así él sigue mirándome enfadado. Shunaxx se coloca delante de mí y le devuelve la mirada. Me arreglo la túnica y tranquilizo a Shadow, que está tenso a mi lado dispuesto a protegerme si hace falta.
—¡Parad ya! — nos dice Naja, molesta—. Ya encontraremos algún modo de orientarnos, puede que haya una aldea...
Se calla de repente y su atención se va hacia otro lado. Giramos la mirada hacia donde ella está mirando y nos encontramos con los ojos de un mapache de pie sobre sus patas traseras que nos está observando fijamente.
Me resulta bastante extraño ver a un mapache solo en mitad del camino, no suele haber animales en ellos a no ser que tengan un compañero humano . Miro alrededor para saber si viene junto a alguien, pero no parece haber nadie más aparte de nosotros. Me giro hacia a Alek justo a tiempo para ver cómo un lémur alarga su brazo hacia el zurrón de Alek.
—¡Alek! ¡Tú zurrón! —le advierto.
Él se gira rápidamente hacia el animal que corre asustado en dirección contraria. El lobo negro de Alek empieza a perseguirlo. Cuando está apunto de atraparlo alguien sale de detrás de un árbol haciendo que Nico se pare en seco, sorprendido.