Una huella en la oscuridad

Capítulo 21: Eraxium

Pude ver claramente la imagen de los chicos desde un espejo creado con magia oscura. Esperando el momento oportuno para ir hacia esos chico. Para mi suerte una chica de pelo blanco se alejó del grupo para dar un paseo. Así que, junto mis alumnos, me transporté hacia el reino de Okun y al llegar allí comenzamos a seguirla y a observarla. No parecía estar muy acostumbrada a toda la gente que hay por las tiendas del reino así que se dirigió a un lugar más tranquilo, así que la seguí yo solo esta vez, para no levantar sospechas: la gente suele fijarse en nuestras túnicas. Mis alumnos se sienten orgullosos de que los demás las vean y les teman, pero yo prefiero no llamar la atención. Siempre llevo una capa de color azul marino para tapar mi túnica.

Le hablé amablemente para así ganarme su confianza y que así me sea más fácil llevar a cabo mi plan. Pero ella tenía que hacer esa pregunta que es tan dolorosa para mí.

—¿Y dónde está ahora?

El recuerdo del día en el que perdí a Haze vino repentinamente a mi mente, causándome un dolor en el pecho como cada vez que lo recuerdo.

Ella estaba tumbada sobre una cama improvisada en alguna habitación de la Torre de la Vida, la Torre nonde estudié tiempo atrás. Su respiración era cada vez más débil y tenía los ojos cerrados. Mis viejos compañeros y yo estuvimos toda la noche intentando curarla con nuestra magia, pero cuando estábamos ya demasiado cansados el corazón de mi amiga dejó de latir.

 

Intenté ignorar el nudo que se formó en mi garganta y respondí a su pregunta con la mirada fija en el mar que teníamos delante. Ella pareció haberse dado cuenta de quién era ya que me miró con una mueca de terror y preguntó por mi nombre intentando disimular su miedo, aunque ya debía de saber cuál era.

En cuanto escuchó mi respuesta dejó de disimular y se giró para echar a correr. Pero les hice una señal a Hedeom y Kala, que hasta ese momento estaban escondidos cerca de allí. La atraparon antes de que pudiera escapar. Odié ver como la loba que la acompañaba empezaba a desesperarse por no poder ayudar a su compañera, pero es lo que tenía que hacer. Los animales son más leales que muchas personas que he conocido, por eso en cierto modo, ver a la loba así me dolió.

Me coloqué frente a la chica para hacer el siguiente paso de mi plan. Ella se resistió entre los brazos de Kala y me miró fingiendo valentía, aunque su palidez y sus manos temblorosas la delataban. Saqué de mi bolsillo la gema y la acerqué a su frente para seguir con lo que había planeado.

Entonces la loba empezó a aullar con urgencia, seguramente para avisar a los suyos. No tardarón mucho en llegar así que tengo que me dí prisa en preparar el hechizo. Antes de que los demás llegaran, los ojos de la chica adquirieron un brillo violeta demostrando que el hechizo salió bien.

Las cosas se complicaron y el hechicero de la luna me lanzó una aguja de huelo arrancándome un quejido de dolor. Por suerte terminé el hechizo a tiempo. Si no lo hubiese hecho mi plan habría fracasado.

Kala les entregó a la chica y antes de que pudieran decir o hacer nada más volvimos a nuestra Torre.

 

***

 

En cuanto llegamos los demás habitantes de la Torre Oscura se acercan a mí, preocupados por la herida de mi brazo. Los aparto con un gesto pero ellos siguen mirándome con preocupación.

—Estoy bien, estoy bien. Es solo una herida —digo sonriendo.

—Nosotros le curaremos —les dice Kala a sus compañeros. Enseguida, ella y Hedeom crean un hechizo curación que les enseñé.

Sonrío levemente. Para mis alumnos yo soy como su familia, aquí muchos de ellos no tienen o tuvieron que huir de ella. Otros, en cambio, me ven como su salvador ya que los defendí de otras personas.

Cuando Hedeom y Kala terminan de curarme la herida, los tres me acompañan hasta mi despacho. Caminamos en silencio por los pasillos de la Torre, hasta que Kala comienza a hablar.

—Maestro Eraxium, ¿cuándo crees que hará efecto el hechizo?

—Pronto. Probablemente ahora habrá perdido la consciencia y en cuanto despierte podré controlar su mente —le respondo con una sonrisa.

El hechizo de Voluntad, un hechizo con el que puedo controlar la mente de las personas y que hagan lo que yo les ordene. Solía usarlo para salvar a las personas que ahora son mis alumnos. Como cuando salvé a Hedeom, controlando la mente de los guardias para colarme en el palacio de Talamh en el que le habían encarcelado injustamente. O para controlar a los alumnos que se dejan llevar por la magia oscura antes de que sea tarde.

 

Y ahora me servirá para traer aquí al príncipe maagilyn. Muy pronto estará en la Torre y tendrá que ayudarme a recuperar a Haze.



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En el texto hay: amor, amistad, fantasia magia

Editado: 08.12.2020

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