Una huella en la oscuridad

Capítulo 25: Naja

Me despierto con la suave brisa marina acariciándome el rostro. No recuerdo qué es lo que ha pasado y la cabeza me da vueltas. Siento que estoy tumbada sobre la cálida arena de la playa e inconscientemente cierro una de mis manos para sentir los granos de ésta.

Entonces es cuando me doy cuenta de que vuelvo a tener control sobre mi cuerpo. Me incorporo rápidamente y observo mis brazos y mis piernas. Por fin puedo volver a controlarlos. Suspiro aliviada.

Dos personas se giran hacia mí al percatarse de mis movimientos. De pronto uno de los dos me abraza con tanta fuerza que por poco me deja sin aire.

—¡Naja! —Ray parece bastante preocupado, nunca lo había visto así. Correspondo a su abrazo con una sonrisa.

Aliska también se da cuenta de que estoy despierta y no tarda ni un segundo en acercarse a mí para darme lengüetazos por toda la cara, haciéndome reír.

—Al fin te despiertas, parece que les has hecho pasar un mal rato a tu hermano y a Ray —dice Lucas con una sonrisa.

—¡Yo no he tenido la culpa! Eraxium...—Recuerdo algo en ese momento—, ¡Launeex! ¿Dónde está? ¿Le he hecho algo malo? Si le he llegado a hacer algo juro por la diosa Moheia que no me lo perdonaré…

La carcajada de Lucas hace que me calle y asumo que ella está bien. Aún así no puedo evitar sentirme tonta por la risa de Lucas.

—¿Siempre tienes esa energía al despertar? Normal que tu hermano siempre esté de los nervios, sin ofender.

—Launeex está bien, no tienes por qué preocuparte —me tranquiliza Ray—. Alek se la llevó con él.

Qué alivio, me sentiría fatal si le hubiese llegado a hacer daño, aunque no fuese yo misma en ese momento. No sé como a Eraxium se le puede pasar por la cabeza hacerle algo a una criatura tan inocente como Launeex. No dejaré que vuelva a intentarlo, tengo que conseguir hacerme más fuerte para que no vuelva a controlarme. Quiero dejar de ser tan débil frente a los demás.

—¿Y donde está Alek? —pregunto, cambiando de tema.

—Se ha ido con los demás para “pensar en un plan” para entrar en la Torre Oscura o algo así —dice Lucas —. Yo he preferido quedarme aquí vigilándote mientras me relajo en esta maravillosa playa.

Entonces se tumba en la arena con las manos detrás de la cabeza junto a Leo, Ray pone los ojos en blanco y se gira hacia mí con una sonrisa. Le devuelvo la sonrisa y le acaricio la cabeza a Colt, que se ha tumbado boca arriba junto a nosotros.

Lucas se coloca de lado, hacia nosotros, y se queda un rato observando a Ray en silencio con una sonrisa en el rostro. Él se remueve, incómodo y baja la mirada. Creo que hay algo que se están diciendo con la mirada que yo no sé.

—¿Cuándo piensas decírselo, Ray? —le dice. Ray parece sobresaltarse y desvía la mirada—. Será mejor que se lo digas pronto antes de que sea tarde.

—¿Decirme el qué? —pregunto girándome hacia Ray.

—Yo… —empieza a decir pero se calla.

—Os dejo solos —dice Lucas poniéndose en pie—. Vamos Leo.

Lucas se aleja junto a su lince, dejándonos a solas. Vuelvo la vista hacia Ray, que tiene la mirada fija en sus manos. Observo que tiembla levemente, parece estar nervioso por alguna razón que desconozco. ¿Tendrá algo que ver con lo que acaba de pasarme?

 

Ray se levanta entonces y me indica a que yo haga lo mismo. Está actuando de forma muy extraña, me preocupa. Creo que nunca lo había visto así.

—¿Quieres dar un paseo?

Asiento con la cabeza y empezamos a caminar por el lado contrario por el que se ha ido Lucas, cerca de la orilla.

Caminamos en silencio por la playa durante un rato. Ray continua mirando al suelo, incómodo y yo me quedo mirando hacia el mar. Noto una tensión en el ambiente a pesar de que estamos en un lugar tan tranquilo y reconfortante. Cuando ya estamos bastante lejos del lugar donde estábamos antes, Ray se para frente a mí sin dejar de mirar hacia abajo. Parece dispuesto al fin va a contarme lo que sea que vaya a contarme. Espero pacientemente a que hable.

—Naja… Hay algo que llevo mucho tiempo queriendo decirte, pero que nunca me he atrevido a hacer —empieza a decir lentamente.

Entonces, tomándome por sorpresa, coge mis manos con algo de torpeza. Puedo sentir como le tiemblan las manos, pero aún así siguen siendo tan cálidas como siempre. Levanto la vista para mirarle, su rostro está ruborizado pero aún así me devuelve la mirada con seguridad. Yo lo observo sin comprender.

—Verás...Yo...—Parece costarle mucho el continuar hablando y yo empiezo a sentirme algo nerviosa—. Te quiero, Naja.

Me quedo algo confusa por sus palabras. ¿Solo era eso? ¿Eso era lo que quería decirme? No puedo entender por qué actúa tan extraño, yo también le quiero. Se lo he dicho muchas veces. Creía que me diría algo peor, creía que le había hecho algo malo cuando Eraxium tomó el control sobre mí. Se me escapa una risa y Ray me mira con confusión.

—Yo también te quiero, Ray. Eres mi mejor amigo.

Entonces el rostro de Ray se ensombrece y vuelve a bajar la mirada al suelo. No entiendo nada. ¿Qué es lo que le pasa? ¿He dicho algo malo? Me suelta las manos con rapidez y me da la espalda. Su voz suena triste y apagada.

—No lo entiendes…

¿Qué quiere decir con eso ahora? ¿Por qué está diciendo cosas tan confusas? No parece el mismo de siempre... Empiezo a andar con paso firme y me planto delante de él para que vuelva a mirarme. No tiene por qué darme la espalda, tiene que explicarme mejor las cosas.

—¿Qué es lo que no entiendo, Ray? ¡Explícamelo!

Él levanta la vista y de pronto me arrepiento enseguida de haberle gritado. Tiene una mirada triste y parece estar al borde de las lágrimas. Nunca le había visto así. Suspira y empieza a hablar con voz tranquila.

—Yo… No te quiero solo como una amiga… Te quiero como algo como algo más.

Siento que estoy aún más confusa que antes y noto como el mundo se para alrededor. Como si el tiempo se hubiera detenido de repente.



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En el texto hay: amor, amistad, fantasia magia

Editado: 08.12.2020

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