—¡¿Cómo que se ha ido?!
Ray me mira con miedo y nerviosismo en cuanto le grito de repente. No puedo —ni quiero— creerme lo que me está diciendo. ¿Mi hermana se ha ido a la Torre Oscura con ese hechicero? No puede ser verdad. No puede haberse puesto así en peligro y menos después de lo que le hizo. Esa magia maligna le está cambiando. Estoy seguro de ello.
—Ella… Ella dijo que ese era el camino más fácil para que el rey recupere su gema —Ray sigue hablando pero no puedo entender lo que dice—. Eraxium le dijo que quería que fuera su alumna…
—¡Claro! ¡Y por eso se ha llevado también a Launeex! —le interrumpo, irritado—. ¿No habéis podido pensar, ni tu ni Naja, que lo único que quiere ese maldito es tener a Launeex cerca para también robarle su gema? ¡¿Cómo has podido dejar que se vaya?!
—Yo… —empieza a decir—. Quiero confiar en ella.
—Confíes o no en ella, Ray, no sabemos qué es lo que pueden hacerle allí —dice Lucas dándome la razón.
—¡Ella cree en lo que le dijo Eraxium! ¡No le van a hacer daño! ¡¿Por qué no podéis confiar en ella…?!
Sin pensar he levantado el brazo ante él, llevado por la ira. El rostro de Ray se gira hacia un lado tras mi bofetada, que ha resonado en todo el bosque. Me miro la mano, que empieza a hormiguearme por el golpe. Me siento confuso y culpable de pronto. No puedo creer que le haya pegado.
—¡Alek! —Claudine me obliga a mirarla pero rehuyo su mirada—. ¿Por qué has hecho eso? ¡No tenías por qué pegarle! ¡Él solo intentaba hacer lo mejor para todos, y Naja también!
—Yo no quería… —empiezo a decir pero acabo rindiéndome—. Lo siento...
No quería hacerle daño, me he dejado llevar por el enfado. Siempre lo hago. Pero el pensar que mi hermana está en esa estúpida Torre con un montón de hechiceros oscuros me aterra. Si la pierdo no sé qué sería de mí. Si pierdo a la única familia que me queda me romperé por dentro, puedo saberlo.
Noto el hocico de Nico contra la palma de mi mano, intentando darme ánimos.
—No importa… —dice Ray llevándose una mano a la mejilla—. Pero si queremos asegurarnos de que nadie le hará daño tenemos que ir hacia la Torre Oscura. Si ella está allí no les permitirá hacernos nada, eso es lo que me dijo.
Asiento y todos preparamos nuestras cosas para marcharnos. Todavía nos falta mucho camino hasta llegar a Sikar. Y nos faltan aún más para llegar a la Torre Oscura. Tenemos que darnos prisa si queremos reunirnos con mi hermana antes de que pase cualquier desastre. Espero que no sea demasiado tarde cuando lleguemos. Quiero creer que mi hermana estará a salvo de esos hechiceros.
Sin perder ni un segundo más, partimos hacia Sikar.