Capítulo 32: Naja

Camino detrás de mis nuevos compañeros mirando al suelo, incómoda. Sigo sin creerme que ahora sea una aprendiz de hechicera oscura y que vaya a estudiar aquí, en la Torre Oscura. Y que mis compañeros sean las personas que me atraparon en Okun y me hechizaron junto a mi nuevo maestro.

Creo que definitivamente me he vuelto loca. ¿En qué estaba pensando? Todo esto me parece una mala idea ahora. Echo de menos a mi hermano, a mis amigos… a Ray. Cómo me gustaría estar ahora con ellos. No sé como he podido dejarlos atrás. ¿Estarán preocupados por mí? Estoy segura de que Alek lo está. Espero que no le haya hecho nada a Ray, sé que le habrá echado la culpa por haberme dejado ir.

—¡Hey! —Kala chasque los dedos frente a mí y doy un respingo—. Chica, te estaba llamando. Estás en las nubes.

—Lo siento… ¿Qué pasa?

—Te estaba diciendo que no caminaras tras nosotros. No es como si te estuviéramos arrastrando a un calabozo.

Asiento demasiado rápido y me coloco junto a ellos. El hombre del lobo me pone una mano en el hombro y sonríe.

—No tienes que tenernos miedo.

—Si es por lo de la otra vez… Lo siento, pero es lo que nos dijo el maestro Eraxium que hiciéramos si te resistías —dice Kala.

—A mí me pareció bastante divertido —dice el chico del cuervo, lo que me hace sentir incómoda.

Kala le da un codazo con demasiada fuerza y él se queja, respondiéndole con un manotazo en el brazo. El hombre —creo que se llamaba Hedeom— los regaña diciéndoles que son como dos críos y yo no puedo evitar reírme. No parece que sean tan malos después de todo.

—Bueno, Naja —dice finalmente Hedeom cuando dejamos de caminar—. Ésta es tu habitación… Ah, si no te está bien la túnica la arreglará para ti.

—Sí, sí. Iros ya, yo me ocuparé de ella ahora. Esto es algo entre chicas, fuera —comenta Kala.

Hedeom se despide con la mano y ambos se van por uno de los pasillos de la Torre. En cuanto se van Kala tira de mí hacia el interior de la habitación, cerrando la puerta tras de sí. Coge la túnica que está sobre la cama y me ayuda a ponérmela. La túnica cae sobre el suelo y me oculta las manos bajo las mangas. Kala resopla con fuerza y pone los ojos en blanco.

—Hombres… No saben elegir ropa para una chica —dice—. Quédate aquí un momento, mi habitación está al lado. Iré a por algunas cosas.

Sale de la habitación rápidamente, dejándome sola con Aliska y con su pantera negra. Me siento sobre la cama y observo la habitación a pesar de que es oscura, como toda la Torre, parece que Kala la ha decorado con telas de colores y decoraciones brillantes. Incluso ha puesto unas cortinas en la ventana. ¿Ha hecho todo esto porque yo venía?

La pantera se acerca a mí y choca su cabeza contra mis piernas con cariño. Sonrío y la acaricio. Kala viene segundos después con una caja llena de hilos y alfileres que deja sobre la cama. Me obliga a levantarme y coloca los alfileres en las mangas y el bajo de la túnica para hacerla a mi medida. Dejo que trabaje sin quejarme a pesar de que me pincha varias veces sin querer.

Al cabo de unos minutos se para y me observa satisfecha.

—Listo. Mañana por la mañana la tendré terminada para que puedas ponértela.

—Muchas gracias, Kala —le agradezco con una sonrisa.

Ella me devuelve la sonrisa y me ayuda a sacarme la túnica para poder llevársela después. Hace un gesto para que me siente y ella se sienta junto a mí.

—Me alegra tener a otra chica con la que poder hablar. Espero que no me guardes rencor.

—No, tranquila —le digo, intentando no pensar demasiado en lo que pasó—. ¿No hay más chicas en la Torre?

—Sí las hay, pero o son muy pequeñas,o les caigo mal o están detrás del maestro Eraxium, lo cual me resulta repulsivo. Paso de que hablen conmigo sobre lo enamoradas que están de él. —No puedo evitar reírme por su comentario y ella sonríe—. Para mí es como un padre, ¿sabes? Me rescató de la calle cuando era un bebé.

—¿De verdad? No lo sabía… Siempre pensé que era una mala persona.

—¡No lo es!… Siempre se ha preocupado por nosotros, a pesar de que no le gustan demasiado las personas y a pesar de estar tan roto por dentro. Nos ha salvado a todos nosotros.

—Vaya…

—Si… Tengo la esperanza de que un día vuelva a ser feliz del todo… —acaricia a su pantera con aire ausente, pero vuelve a mirarme a los pocos segundos—. Pero bueno, dime. ¿Has dejado a algún chico atrás?

Me ruborizo casi inmediatamente y aparto la mirada incómoda. Pensar en Ray de nuevo hace que me sienta mal por haberle dejado atrás. A él y a todos los demás.

—Lo tomaré como un sí. ¡Vaya! Creía que eras una chica inocente, pero ¡mírate! ¡Dejando a un enamorado atrás.

—¡No le he dejado atrás! —digo tapándome la cara con las manos, avergonzada—. Estoy segura de que vendrá hasta aquí… él y mis amigos. No les haréis daño si vienen, ¿verdad?

—¡Oh, no! Dime que no vendrá ese hechicero, por favor.

—Supongo que sí…

Kala resopla y se tumba sobre la cama. Parece que no le cae bien Oshan… Aunque no me sorprende, ella fue una de las que lo atacó. No lo había recordado hasta ahora…

—¿Está...está bien? —me pregunta, como si me leyera los pensamientos.

—Sí… su maestro lo curó… ¿Por qué le atacaste?

Kala aparta la mirada incómoda.

—Me engañó y me puse furiosa...Verás, nuestra magia a veces nos hace hacer o sentir cosas malas si tenemos una emoción muy fuerte. Eraxium intenta que no nos dejemos llevar por esos pensamientos oscuros, pero a veces es difícil.

Me miro las manos algo asustada. No puedo evitar recordar cuando sin querer le hice daño a Shunaxx, todo por que me sentí muy frustrada de repente. Y todos los días anteriores cuando me sentía de muy mal humor. Todo ha sido por esta magia.

—¿No te gustaría tener una magia más... limpia?

—¿Y estudiar en una de esas Torres tan refinadas? Paso. No me arrepiento de estudiar aquí. Puede que nuestra magia sea oscura, pero somos más libres. Aquí nosotros creamos nuestros propios hechizos.