Capítulo 40: Naja

Todo ha pasado tan rápido que me cuesta asimilarlo. Hace unos segundos la vida se escapaba de Aliska, que está ahora a mi lado observando al hombre que ha dado la suya para salvarla. El llanto desconsolado de Kala hace que se me parta el alma y la Torre Oscura se ha sumido en un silencio cargado de pena. Veo a varios alumnos llorar ante la muerte de su maestro, otros se dan la vuelta para marcharse de la sala con un aire apenado. Yo misma me encuentro llorando mientras Ray, a mi lado, intenta calmarme.

Eraxium se ha ido para siempre. Se ha ido justo cuando estaba empezando a entenderle. Justo cuando le empezaba a ver como un maestro. Ahora ya no podrá volver a enseñarme.

Las lágrimas se siguen escapando de mis ojos al ver el cuerpo sin vida de Eraxium, entre los brazos de Hedeom que ha cerrado los ojos con fuerza y como todos los demás, llora.

Unos brazos me rodean obligándome a apartar la mirada. Mis ojos se cruzan con los de Ray e inmediatamente escondo el rostro en su pecho. Siento que me quiebro, no puedo detener las lágrimas y él me abraza con más fuerza, reconfortándome.

Cuando logro que mis lágrimas dejen de salir me separo de Ray y le explico a mi hermano qué es lo que ha pasado desde que llegué a la Torre. Les cuento lo que ha pasado hoy de hoy, las nuevas amistades que he hecho aquí estos últimos días y las cosas que me contó Eraxium sobre su compañera con tanto dolor.

—Lo siento mucho, Naja—dice Oshan mientras me abraza.

—Supongo que lo hemos juzgado mal —Asume entonces mi hermano.

—Es bastante triste… Lo que le pasó...—dice Claudine, mirando hacia donde hace unos segundos estaba Eraxium.

El Rey Maagilyn ha usado su magia para que el cuerpo de Eraxium se desvanezca en un millón de preciosas luces azules, a pesar de los gritos de Kala, que no quería separarse de él. Hedeom y Akuro han tenido que sujetarla para tranquilizarla. Se nota con solo verlos que los tres lo querían mucho.

El Rey Maagilyn y Launeex están junto a los tres ahora. Parecen estar manteniendo una conversación que no puedo escuchar. Debe de estar hablando telepáticamente solo con ellos. Entonces su voz llega hasta mí.

<<Acércate, pequeña>>.

Dudo unos segundos antes de avanzar pero acabo yendo junto a ellos.

Ahora que ha recuperado su gema tiene mucho mejor aspecto. Ya no hay rastro de las líneas negras que rodeaban su cuerpo y por fin puedo ver sus ojos de un azul brillante en lugar de los dos pozos sin fondo que vi antes.

El rey inclina la cabeza hacia mis nuevos amigos, con los ojos cerrados y entonces cada uno de ellos toca la gema que ahora está de vuelta en su frente. Me pregunto qué es lo que estarán haciendo. ¿Les estará transformando su magia?

El Rey levanta la vista hacia mí un rato después y parece sonreírme.

<<Vosotros sois los que habéis ayudado a mi hija, ¿verdad?>> me dice.

—Así es —le respondo mientras me agacho para ponerme a su altura.

<<Gracias por mantenerla a salvo. Y siento lo que le hicieron a tu amiga>>.

Miro al suelo y acaricio la cabeza de Aliska qye ha venido junto a mí, se que tampoco es culpa de ellos. El rey sigue hablando.

<<Noto magia oscura en tu interior. Yo puedo transformarla en magia pura si es lo que deseas>>

—¿Es cierto que puedes transformarla? ¿Cómo lo háceis?

<<Déjame contarte algo. Antiguamente las gemas que los maagilyns poseemos en nuestra frente eran objetos que contenían magia oscura en su interior, lo que causaba múltiples desastres en Kewan. Bosques enteros se quemaban si una de ellas tocaba una sola planta, los mares se volvían peligrosos si eran arrojadas a ellos, terremotos sacudían la tierra si ésta era rozada por ellas y el viento se transformaba en huracanes que destrozaban todo a su paso.

Fue entonces cuando Erena, diosa del viento; Addum, dios del océano; Rharbus, dios del sol y Moheia, diosa de la vida le pidieron al dios Dyarus, dios de la magia, que hiciera algo para evitar todos aquellos desastres que estaban destruyéndolo todo.

Por eso Dyarus nos creó a nosotros, los maagilyns. Unos seres capaces de controlar la magia oscura de las gemas y transformarla en una magia pura y limpia.

Cuando Eraxium me quitó la gema, su magia volvió a convertirse en magia oscura. Al tocar la gema se corrompió, tanto él como su magia. Él, a su vez, se lo pasó a sus alumnos, a quienes la oscuridad de esa magia les ha hecho hacer cosas crueles aunque muy en el fondo no quisieran>>.

Miro a mis amigos que apartan la mirada, incómodos. Los días que llevo aquí me han hecho ver que en el fondo no son malas personas. Ni siquiera Akuro.

<<¿Qué dices entonces, Naja?>>.

Me sorprendo cuando pronuncia mi nombre sin que yo se lo haya dicho. Bajo la vista hacia él.

Ni yo misma sé qué quiero hacer. Por una parte me gustaría tener magia, esta vez una magia pura… Pero por otro lado no sé sin es lo que realmente quiero. No creo que esté hecha para ser una hechicera.

Me quedo pensativa un rato, mientras él me observa pacientemente esperando mi respuesta. El tema de la magia es algo que siempre ha despertado mi curiosidad. Desde niña me quedaba hasta tarde soñando con historias llenas de magia de ensueño, hechizos que se rompían con la luna llena, héroes con formidables poderes…

He visto tantas cosas, tantos peligros que conllevan esa magia… Es algo hermoso, pero también peligroso. Un solo cambio que se saliese de control puede hacer daño. Yo misma he vivido esa sensación de impotencia al ver como, por error, he dañado a quienes quiero. Es algo que creo que me ha… marcado para el resto de mis días.

Además, tendría que abandonar a mis amigos, a Alek y a Ray. A todos. Me iría durante años a estudiar lejos de ellos, sin escuchar sus risas, las bromas de Lucas, los reproches de Alexa, las historias de Claudine… No quiero perder eso. No quiero perderme ni una aventura más ahora que he tenido la oportunidad de ir junto a ellos. Y por si fuera poco… Volvería a estar encerrada, como siempre lo he estado. Ésta vez en una Torre. Miro a mis amigos, que me sonríen con cierta pena. Sé que apoyarán la decisión que tome sea cual sea… Por eso sonrío. Espero que podamos seguir en contacto. Los echaré de menos.