Una huella en la oscuridad

Capítulo 41: Oshan

El viaje de vuelta ha estado cargado de risas y buenos momentos junto a todos. Disfrutando cada paso que dábamos, aprovechando al máximo los últimos días que nos quedan juntos e intentando alargar el viaje todo lo que pudimos, parándonos en cualquier aldea para ver los mercados y las tiendas. Pero la realidad nos golpea en cuanto vemos a lo lejos la parte alta de la Torre del Sol y, detrás de ella, como una sombra, la Torre de la Luna.

Llegaremos allí tarde o temprano.

Ahora mismo noto un sentimiento agridulce, por una parte estoy deseando volver a mis estudios y convertirme en hechicero de la Luna… Pero por otro…

Observo a mis nuevos amigos. Se ha creado un pesado silencio a nuestro alrededor, todos parecen estar atrapados en sus pensamientos. Nadie quiere que llegue la hora de la despedida… Ni yo tampoco. Aprieto la mano de Shunaxx, que se encuentra a mi lado, con la vista clavada en el suelo.

Han cambiado tantas cosas desde que empezamos este viaje…

No soy el mismo que salió de la Torre de la Luna obligado a hacer una tarea que no quería hacer. Noto que algo ha cambiado en mí desde que los conocí a ellos. Sonrío, melancólico.

 

Nos quedamos parados en cuanto llegamos a la entrada de la Torre. Unos las miran y otros clavan la mirada al camino por el que acabamos de pasar, como si pudieran volver el tiempo hasta hace unas horas antes cuando aún faltaba mucho por llegar.

Ninguno quiere dar el primer paso.

Shunaxx es el que se atreve primero a hablar.

—Bueno… Aquí se acaba nuestro viaje —dice, intentando sonar alegre.

—Eso parece… —le sigue Naja.

Por el tono de su voz puedo saber que está conteniendo las ganas de llorar. Los dos se funden en un abrazo, al que nos acabamos uniendo Ray y yo. Nunca pensé que acabaría haciendo buenos amigos aparte de Shunaxx y Shadow.

—Os vamos a echar mucho de menos —digo, sin dejar de abrazarlos. No puedo evitar que me tiemble la voz.

—Y nosotros también —dice Claudine, con una sonrisa triste.

—¡Sí! Ya formáis parte de nuestra familia —declara Lucas, colocando un brazo sobre mis hombros y revolviendo mis cabellos.

Sonrío. Yo también he acabado considerándolos como mi familia, ya que nunca consideré a mis padres como una.

Alek se acerca entonces a Shunaxx y a mí siempre seguido por su lobo negro.

—Supongo que hay que despedirse. —Levanta el brazo para darnos la mano.

¿De verdad piensa tratarnos ahora como a dos desconocidos después de todo lo que hemos pasado? Shunaxx y yo nos echamos una mirada cómplice. Mi pareja tira de él y ambos lo abrazamos con fuerza, sobresaltándolo.

—Bueno ya está, ya está —dice unos segundos después, obligándonos a soltarlo. Acabamos dejándolo entre risas.

—No os olvidéis de nosotros —nos exige Alexa, a la vez que me da un fuerte golpe en el hombro que me arranca un quejido.

Los demás se ríen con el gesto de Alexa mientras yo me acaricio el hombro ligeramente dolorido.

—Entonces nos vamos ya —digo cuando terminan de reírse de mí

—Sí. —Shunaxx coge mi mano, entrelazando nuestros dedos—. Adiós, chicos.

Nos damos la vuelta para dirigirnos a nuestras torres. La voz de Naja nos llega cuando estamos por entrar por la puerta principal.

—¡Os escribiremos cartas siempre que podamos!

Ambos echamos una última mirada atrás. Él se despide con una mano hasta que entramos dentro.

Esto no es un adiós para siempre. Estoy seguro de que algún día volveremos a estar todos juntos.

Shunaxx apoya la cabeza en mi brazo mientras caminamos por los pasillos, ignorando la mirada de sorpresa de nuestros compañeros. Yo suelto su mano solo para rodear su cuerpo con mi brazo. No tengo nada que esconder, quiero que todos se den cuenta de lo nuestro.

—Oshan —me llama, tras unos segundos.

Lo miro esperando a que siga hablando. Se muerde el labio como si le costase seguir hablando. Puedo ver la duda que hay en su mirada.

—Creo… creo que voy a presentarme al examen para convertirme en Hechicero del Sol.

Abro mucho los ojos sin saber si he escuchado bien. Ambos dejamos de caminar, quedándonos en mitad del pasillo.

—¿Estás seguro? —le digo, cogiendo sus manos con cariño y mirándole a los ojos—. ¿Crees que estás preparado?

Asiente y me mira con una seguridad que nunca había visto en él. Sonrío. Estoy orgulloso de él. Estoy seguro de que podrá hacerlo, siempre lo ha estado. Y yo estaré a su lado.

Ahora más que nunca tengo que esforzarme en mis estudios para poder alcanzarle.



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En el texto hay: amor, amistad, fantasia magia

Editado: 08.12.2020

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