Ver a Lexy con una sonrisa radiante me hace feliz. Se ve preciosa a pesar de haber elegido un vestido simple, perfecto para una ceremonia en la playa.
Skyler la ayuda a colocarse el collar de zafiro que simboliza lo viejo, lo prestado y lo azul. Portia comenta que perteneció a su suegra y se lo prestó el día de su boda. Ahora lo lleva Lexy y algún día será para la futura esposa de Dogan.
Lexy y yo compartimos una mirada en el espejo que dice mucho.
Ella me contó que Charlotte no dejó de hablar de la casa, de los autos y del dinero de Fox. Incluso le insinuó a Dogan comprarse un auto deportivo o una casa de diseño, algo que él rechazó porque no es su estilo.
A Fox no le cayó bien y evitó contarles a sus padres, porque Portia ya de por sí no soporta a Charlotte y sus comentarios lo dejan en claro.
—Si Charlotte fuera a casarse con Dogan, no hay forma de que le permita usar este collar —dice con una sonrisa—. Mi suegra me lo dejó en el testamento junto con una carta, dejando claro que solo podía entregarlo a mis futuras nueras si eran las correctas para mis hijos. Charlotte no lo es, aunque Dogan piense lo contrario.
Al parecer todos se dan cuenta de cómo es la rubia inglesa, menos Dogan. Incluso mi amigo Héctor lo notó con solo una mirada.
No hay dudas de que hay hombres que se vuelven tontos cuando se trata de algunas mujeres. Charlotte lo debe tener embobado con sus encantos. Seguramente tendrá otros talentos que desconocemos. Hasta ahora, lo único que proyecta no es nada bueno.
—Será mejor ponernos en marcha —interrumpe Sky—. ¿Estás lista para casarte con el amor de tu vida?
—No, Sky, no lo está. Solo se puso el vestido y organizó todo esto para probar suerte. —musito.
Lexy enarca una ceja y Sky suspira.
—Alguien está irritante hoy. —señala Sky, sin ofenderse.
Me enderezo.
—Lo siento. Anoche no dormí mucho y ya saben cómo me pone la falta de sueño.
Mis amigas se miran y ríen.
—No debiste desvelarte con Héctor, aunque seguro fue una buena desvelada. —ríen.
Si supieran que no lo hice. Es decir, me desvelé, pero no como pensaba. Hector y yo solo hablamos hasta tarde y después me fui a mi casa. Él no presionó y aun así accedió a venir hoy. Dijo que me considera su amiga y que puedo contar con él, aunque no pase nada íntimo. Descubrí que sí es posible tener amigos hombres, algo que antes no creía a menos que fueran homosexuales o pareja de mis amigas, porque así nunca los vería con otros ojos.
Me quedé vestida y alborotada. Ni siquiera entiendo como fue posible.
—Lo sabré para la próxima.
Portia ríe.
—Tenía la esperanza de que alguna de ustedes llamara la atención de Dogan —suelta de repente, dejándonos mudas—. En especial tú, Viper, por ser abogada.
—¿Querías que saliera con tu hijo por ser abogada?
—Además de eso, me gusta tu sentido del humor y tu personalidad. Estoy segura de que no lo harías por interés.
Asiento sin saber qué responder. Si supiera que sigo casada con él, haría una fiesta con fuegos artificiales. Después de lo que hizo con Fox y Lexy para convertirlos en padres, me da un poco de miedo pensar hasta dónde llegaría para mantenernos unidos a Dogan y a mí. Mejor no decir nada.
—Viper es alérgica al compromiso. Su gran amor es su escritorio. —musita Sky con tono de broma.
Por un instante me asalta una imagen absurda de Dogan esperándome en un altar, mirándome como si yo fuera su todo. El pensamiento me sacude con fuerza, como si me hubieran arrojado agua helada. No, ese no es mi lugar. No lo ha sido nunca, y tampoco quiero que lo sea. Mejor apartar esas tonterías antes de que me hagan perder la cabeza.
—Así es —me aliso el vestido—. Iré a buscar a Jacob para asegurarme de que esté listo para llevar a Lexy al altar.
—Yo puedo ir. Archer se quedará conmigo.
—No, Portia. Has estado de aquí para allá todo el día. Relájate unos minutos. Iré por Jacob y Archer.
Salgo de la habitación, agradecida de poner algo de distancia con Portia y sus intentos de verme con su hijo.
Él quiere a otra, le convenga o no, y yo no estoy hecha para eso del compromiso. No sé si lo estaré algún día. El matrimonio y los hijos no son grilletes, claro que no; sin embargo, siempre hay que ceder en algo para encajar con otra persona. ¿Yo podría hacerlo? Quizás, si me enamorara locamente. Lo cual, siendo honesta, dudo mucho. Estoy demasiado acostumbrada a estar sola y hacer las cosas a mi manera.
Dejo de pensar en eso cuando me encuentro con Jacob y Archer. El pequeño, al verme, estira los brazos y su abuelo lo deja venir conmigo.
—¿Ya debo estar en mi lugar?
Río.
—Sí. ¿Fox ya está ubicado?
—Sí, acaba de pasar con Dogan —acomodo al niño en mi cadera—. Bien, esperaré en la puerta a Lexy junto al amigo de Fox cuyo nombre olvidé.
—Yo iré a buscar a la novia y a dejar a Archer con Portia.
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Editado: 20.10.2025