Una luz de colores

Capítulo 15: Jennifer

—¿Está muerta, mamá? —dice la voz que me parecía lejana y ahora no tanto.

—No, Luke, está dormida. Ve a buscar unas aspirinas y un vaso de agua.

Algo pesado está sentado sobre mi espalda y siento que usan mi trasero de tambor.

Abro un ojo y visualizo a Sophie.

—¿Estás despierta?

—Más o menos. ¿Qué tengo en mi espalda?

—A mi hija y es tu culpa por malcriarla.

—Boo. —exclama la pequeña asomando su cara.

Es tan hermosa que me la quiero comer a besos.

Volteo procurando agarrarla y empiezo a hacerle cosquillas. Me dice que pare, pero sé que le gusta.

Una puntada fuerte cruza un extremo de mi cabeza al otro y me detengo lamentando haberme embriagado la noche anterior. La resaca es lo peor y el cuerpo de treinta ya no la soporta como el de veinte.

—¿Qué pasó anoche? —pregunta Sophie sentándose en la cama y sosteniendo a su hija para que pueda acomodarme en la cama.

—Dios sabrá, yo no estoy segura.

—¿Sabes cómo regresaste a casa?

—¿En taxi?

Ella ríe.

—No, te trajo tu jefe.

—Estás de broma—niega con la cabeza—. No me jodas.

—Jodas, jodas. —repite Mady y mi amiga me regaña.

Procuro no decir palabrotas o insultos delante de la pequeña porque repite todo, pero a veces es imposible.

Luke entra en la habitación, me da una aspirina, un vaso de agua y me pregunta como estoy.

—Está viva. —responde Sophie.

—Me preocupé—dice mi ahijado—. Vine a buscarte, te toqué y no te moviste. Me dio miedo comprobar la respiración y corrí a buscar a mamá.

Termino el agua, agradecida con el líquido en mi sistema y sostengo a Mady para que no salte encima de mi vientre.

Sophie la quita de encima de mí y le pide a Luke que se la lleve.

—¿La tía Jennifer vendrá con nosotros al día de campo?

—Claro—respondo al mismo tiempo que Sophie dice que no—. ¿Por qué no voy? Ahora me doy una ducha y estoy casi como nueva.

—Iré a ver que papá y el abuelo empaquen todo esta vez—dice Luke y agarra la mano de su hermana—. Ven, Mady, alimentemos a Moxie y a Pelusa.

Mady dibuja una sonrisa idéntica a la de su madre. Adora alimentar a los gatos y hacer lo que sea con Luke. Adora a su hermano.

Los dos niños salen de la habitación y cada día me enamoro más de ellos. Hasta me dan ganas de tener mis propios hijos y ese pensamiento es muy nuevo y asusta mucho, así que lo evito. Ni puedo conseguir un novio decente.

—Al menos el segundo gato no tiene nombre de juguete sexual.

Mi amiga ríe y se acomoda a mi lado.

—De ahora en adelante, buscaré los nombres en Internet y leeré sus significados. Entonces, ¿no recuerdas que pasó anoche?

—No, lo último que recuerdo es estar bebiendo con el asistente de tu esposo y la novia en esa guardería llamada club nocturno. Recuerdo que hablé con un hombre, me recuerdo dentro de un vehículo en movimiento. Dime tú, al parecer sabes más que yo.

—Tu jefe me dijo que te encontró en el club insultando a una pareja que te robó el taxi justo antes de vomitar sus zapatos y te trajo hasta la casa para asegurarse de que llegaras bien. Tuvo que tocar el timbre porque tú no encontrabas tus llaves.

Me tapo el rostro con las manos.

—Y sigo metiendo la pata y arruinando todo. ¿Cuándo voy a madurar?

—Oye, era sábado por la noche y estabas en tu derecho de salir, embriagarte y hacer lo que quisieras. Si tu jefe te trajo a casa fue decisión de él.

—Andá a saber que cosas le dije. Suelto la lengua estando ebria.

—La sueltas sobria también.

Asiento.

—Sobria la controlo un poco mejor.  ¿Llamo a Tucker para disculparme de lo que sea que debo disculparme y darle las gracias por traerme o lo dejo pasar?

—Llámalo y dale las gracias. No te disculpes por algo que no sabes.

—¡Mamaaaá! —grita Luke.

—Y esa es mi señal. Dúchate, vístete y bajas. Iremos a un picnic a campo de Marte. Todavía hay tiempo.

—Ya voy.

Me tiro de nuevo en la cama tratando de recuperar mi memoria de ebria perdida y lo único que obtengo es dolor de cabeza.

Bueno, haya hecho lo que hice o haya dicho algo inapropiado a mi jefe, puedo culpar al alcohol y él no necesitaba rescatarme.

¿Qué podría haberle dicho? Lo que opino sobre su relación con su hija o que me parece muy guapo y la otra noche tuve una fantasía sexual con él… Okay, espero no haberle dicho lo de la fantasía, eso sería incómodo para ambos.

Lo primero que hago es salir de la cama, me doy una ducha con agua helada para despejar la mente, salgo, me pongo crema corporal y mientras espero que se penetre en mi piel para poder vestirme, agarro mi celular y llamo a Tucker.




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