Una Luz en la Oscuridad.

12.- Un encuentro del destino.

Finalmente estaba ahí, la torre de magos de Nuevo Tulum, un lugar que ambos viajeros ansiaban por ver tras un año completo de viajes por todo Olympia, la mochila de Kalan rebosaba de mercancías de todo tipo, lo que hubiese creado problemas con los permisos y licencias del gato.

Jaden por su parte únicamente cargaba con un morral de tela gris que le colgaba del hombro derecho y reposaba a su costado izquierdo, siempre con su báculo en mano, cuidando del Felino propenso a meterse en problemas.

Había sido una suerte que Kalan únicamente hubiese sobrepasado el límite de sus licencias en cincuenta gramos de peso, los guardias decidieron hacer la vista gorda a tan pequeña infracción, pero su día había sido largo y estaban ansiosos por marcharse a casa, por todo lo demás, Kalan tenía todo en orden y estaba ansioso por visitar el planeta de los siete desiertos.

Cuando la inspección de seguridad terminó, los tres enanos les permitieron el pasó a la sala de espera, donde se encontraban aún más viajeros que esperaban la apertura de algún portal, mucho de ellos Felinos.

-No puedo creerlo miau-, dijo emocionado-, finalmente conseguimos pase libre a Nueva Decertica, por fin podré ver la capital del comercio universal con mis propios ojos miau.

Jaden simplemente se recostó en donde pudo, revisando que no faltara nada de sus pertenencias, Kalan seguía hablando como loco mientras Jaden revisaba su papeleo, su dinero y alguna que otra posesión, entre libros, miel y ropa que ocultaba la daga de su maestro.

-¿Puedes creerlo Jaden miau? después de tanto tiempo, he alcanzado mi destino miau.

Jaden se rio un poco antes de contestarle al gato.

-Recuerda que solo pasaremos por aquella ciudad un par de días, que no se te ocurra estafar a nadie.

El gato lo tomó de los hombros, replicándole y recordándole que había prometido no hacerlo durante su estancia, si lo encontraban estafando en aquella ciudad, todos sus esfuerzos por llegar a ella serian nulos, al contrario quería aprovechar el tiempo al máximo, no únicamente en el comercio, también quería ver la ciudad, visitar los templos de todas las deidades antiguas. De ser posible Kalan deseaba conseguir su licencia para empezar su propia caravana y poco a poco convertirla en una ruta comercial, la primera entre su mundo natal y el mundo exterior.

La voz de los guardias se escuchó en la cámara, anunciando que aquellos que tomarían el portal a Andrómeda ya podían subir por la torre, empezando por aquellos que se dirigían a la capital, seguidos por los que visitarían el Árbol de la Esperanza que eran muchos, y finalizarían por los que viajaban a Acua y Decertica.

Kalan brincaba de un lado a otro, estaba completamente alocado por la emoción de cumplir su sueño, Jaden tuvo que tranquilizarlo para que el Felino no olvidara su gigantesca mochila verde. Kalan no lo notaba, pero los Felinos que lo observaban lo veían indiferente, murmuraban acerca del cobarde que era y les impresionaba la felicidad que ese gato era capaz de mostrar.

Al salir de la sala, Jaden solo les clavó una mirada siniestra, lo que basto para que los Gatos dejaran de hablar de Kalan, aunque era posible que los hubiese petrificado del terror. No se lo comento a su amigo, el año había pasado demasiado rápido, incluso para los humanos, la batalla fuera de los cuatro universos ahora era material de leyenda.

Muchos aun eran incapaces de razonar lo que había sucedido, otros no podían creerse que ya había pasado al menos once meses después de aquel suceso apocalíptico y que habían vivido para contarlo. Había quienes contaban los hechos como una batalla gloriosa, sobre todo los orcos, enanos, hombres rinoceronte y licántropos; pero había otros que la recordaban con pesar, entre ellos los elfos de todo tipo y las ninfas.

Jaden la recordaba claramente, aquella batalla, solo había sido su lección final en el camino de la oscuridad, si había aprobado o no nunca lo supo, su maestro no volvió a hablarle, sus últimas palabras eran claras en su mente y las recordaba cada noche oscura.

-Te he dado todo lo que necesitaras por el momento, si mi hermano no se equivoca, vienen tiempos luminosos y las sombras que te susurren serán menores, confió en que podrás ignorarlas con total facilidad.

Así era, Jaden podía escuchar los susurros en la oscuridad, pero sus palabras carecían de significado para él, aun en noches sin luna ni estrellas, entre sombras y tinieblas, sus susurros no eran más que ruido para Jaden, un ruido fácil de ignorar, como el aleteo de las mariposas.

El portal era pequeño, pero lo suficientemente grande para que el gran hombre rinoceronte frente de ambos pudiera pasar sin dificultades, ambos viajeros estaban ansiosos, tanto, que pudieron ignorar el repentino cambio de clima entre la torre de Nuevo Tulum y la gran ciudad de Durintar.

Una majestuosa ciudad amurallada, de altos edificios y hermosos templos, palacios y graneros, sus hogares eran de piedra y arcilla, rebosante de fuentes de piedra y largos canales de agua cristalina, su riqueza no se encontraba en el comercio o en la industria, si la ciudad era impresionante era por sus grandes campos de cebada, trigo y verduras que la rodeaba, campos verdes y dorados que daban hasta donde llegaba la vista, separados por caminos de piedra o canales de agua, que llevaban a magníficos establos y graneros que reposaban fuera de la ciudad, molinos de viento y torres de vigilancia.



#18652 en Fantasía
#25619 en Otros
#3443 en Aventura

En el texto hay: elfos, magia, magia fantasia

Editado: 27.09.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.