Una Luz En La Oscuridad

LA VERDAD ME HIZO LIBRE

Rubén y Bernardo salen de la sala, y el juez no sabe cómo aguantar la ira de no haber podido perjudicar a Bernardo, y golpea la mesa con su mano derecha.

En ese instante, Rubén le dice a Bernardo:

— Y bien, ¿qué me iba a decir?

— Estos son tiempos difíciles para la humanidad, necesitas de ser salvo.

— ¿Qué quiere decir con eso? ¿Acaso yo estoy en peligro?

— Si lo estas.

De inmediato, Rubén mira para todos lados, y no ve a nadie sospechoso o que le quiera hacer algo, y le expresa a Bernardo:

— No entiendo nada de lo que me dice, que yo sepa, yo no tengo enemigos, y en lo que a mi respeta, nadie me quiere hacer daño.

— Te equivocas muchacho, si estas en peligro.

— Explíquese.

— Necesitas atender el llamado del Señor Jesucristo, el dador de vida, muchos están en peligro en este mundo, porque este mundo lo está gobernando el maligno, pero mucha gente no se da de cuenta de lo que está pasando espiritualmente.

— Ah, ¿el enemigo no es físico, sino que es espiritual?

— Presta atención que esto es serio, yo soy pastor y sé de qué te estoy hablando, nuestro encuentro no fue por casualidad.

— Ah, no.

— No. Yo vi en ti algo especial.

— ¿Algo especial como qué?

— Necesitas buscar de Dios, y yo te puedo ayudar.

Rubén mira su reloj. Cuando Bernardo le expresa:

— ¿Crees en dios?

Rubén se queda callado por unos segundos, y luego le responde a Bernardo:

— ­­­­Si, yo creo que hay un Dios, y desde pequeño escuche a mis padres en una conversación hablando de Dios, así que, si, yo creo que hay un Dios.

— Te invito mañana a la Iglesia.

— No sé, yo creo que no voy a poder ir, porque voy a invitar a mi esposa a un viaje fuera del país, por celebración.

— ¿Qué es más importante? ¿El viaje o tu salvación?

— Eh...

— Que prefieres, ¿vida o muerte?

— Si lo pones así, es lógico que yo voy a decir que vida.

— Y Jesús es la vida, la vida eterna. Te espero mañana en la Iglesia, en la dirección que te voy a mandar a tu teléfono.

— Bueno.

De inmediato, Bernardo le da la mano a Rubén, diciéndole:

— Y gracias nuevamente.

— De nada, este es mi trabajo.

Bernardo se sonríe, y se despide de Rubén, y quedan para encontrarse al día siguiente. Cuando Rubén saca su teléfono y ve algunos mensajes de su novia, y luego mira desde lejos a Bernardo, y dice:

— Toco posponer el viaje para otro día...

En ese momento, Rubén se va caminando hacia su vehículo, y se sube a su carro, y se va muy pensativo de ese lugar...

Minutos después. Barrio Amador, Rubén llega a su casa, y cuando se baja del vehículo, su esposa lo ve desde el balcón, y le manda un beso, diciéndole:

— ­Amor. ¿Cómo te fue en el juicio?

— Muy bien, amor.

— Pero no te veo tan contento que digamos.

De inmediato, Rubén entra a la casa, y sube al segundo piso donde está su esposa, y le da un beso, diciéndole:

— Estoy tan contento que te voy a llevar a pasear nuevamente fuera del país.

Jhoana se pone muy feliz, y vuelve a besar a su esposo, y le expresa:

— ¿Visitaremos México esta vez?

— Yo sé que quieres conocer México, pero esta vez vamos a visitar un lugar más familiar.

— ¿Cómo así?

— Cartagena – Colombia, que te parece.

— Buenísimo.

— La idea era viajar mañana mismo, pero tengo un compromiso, y no puedo faltar.

— Yo entiendo, tú sabes que yo no te molesto en tu trabajo.

— Tu nunca molestas.

Jhoana se sonríe, y luego le pregunta a Rubén:

— ¿Y para cuando el viaje?

— Para pasado mañana.

— Que bien, pero antes de todo eso, quiero que pruebes una lasaña que hice.

— Oh, estoy ansioso por comer esa lasaña.

En seguida, Jhoana y Rubén se entran del balcón, y Rubén se sienta en el comedor, mientras va a la cocina a servirle a su esposo...

En ese momento, Rubén recibe la información que le iba a mandar Bernardo por el teléfono, y este se queda mirando la dirección. Cuando Jhoana lo ve desde lejos con cara seria, le pregunta:

— ¿Qué te paso?

— No, nada, es una dirección que estaba esperando... bueno, ¿y la lasaña?

— Ya va.

Jhoana le sirve una gran parte de la lasaña a su esposo, y este la prueba, y se queda saboreando. Cuando Jhoana le pregunta:

— ¿Y bien? ¿Te gusto?

— Me encanto, es la mejor lasaña que he probado en toda mi vida.

— No exageres Rubén, solo di que esta buena.

— No exagero esposa mía, ahora sí, que me deslumbraste...

El día siguiente, Rubén llega al barrio El Casco Antiguo, y mira una y otra vez la dirección que Bernardo le envió, y se baja de su carro. Cuando ve el nombre de la Iglesia...

Rubén se acerca a la Iglesia. Cuando ve salir un joven, y se acerca a este, y le pregunta:

— Perdón, buenas tardes.

— Buenas tardes señor, en que le puedo ayudar.

— ¿Esta es la iglesia del pastor Bernardo?, es que el me dio esta dirección y el nombre de la Iglesia con este mismo título, "En Busca De La Salvación"

— Si, aquí es.

— Pero no veo a Bernardo.

— Estamos pronto a realizar un culto, mire, ya llego.

Rubén mira hacia atrás, y ve a Bernardo trayendo a varias personas consigo...

Bernardo hace entrar a las personas que trae a la Iglesia, y saluda a Rubén con abrazo, diciéndole:

— Bienvenido, abogado Rubén.

— Gracias a usted por esta invitación.

— Comienza a decir, gracias a Dios, el todopoderoso, porque hoy vas hacer un hombre libre.

Rubén se asusta un poco y no dice nada. Cuando Bernardo lo hace entrar a la Iglesia, y lo hace sentar en una de las sillas de adelante...

Después de varios minutos de escuchar alabanzas, el cual una de estas alabanzas, toco el alma de Rubén y lloro, el pastor Bernardo se prepara para predicar.

En seguía, Rubén se pregunta una y otra vez, del porque lloro así, con ese sentimiento y alegría, diciendo:



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En el texto hay: persecucion, dios, salvación y esperanza

Editado: 21.05.2025

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