Voy andando por la acera, a nada de llegar a casa. Al tiempo le da por ponerse a llover y provocar que me acuerde de ella, que se fue demasiado pronto de mi vida. Me doy prisa para llegar a casa y encerrarme en mi habitación a intentar despejarme dibujando, pero me distraigo con el mínimo pensamiento y lo aparto, yéndome a duchar.
Me cuesta creer que aceptó alejarse de mí por la felicidad de otro y que ahora su mundo no lleva mi nombre. Me desgarra el alma de paso y la rabia me consume por no haber luchado, por ella. Y al salir del baño, por mi mente se cruza un pensamiento.
Ojalá algún día en mi vida aparezca una chica que no se deje llevar por mentiras y me ame de verdad y nos ayudemos el uno al otro, por encima de todo.
Me presento, soy Cannes y tengo veinte años, logré ser diseñador gráfico, pero no trabajo de ello y estoy en la tienda de mis tíos, ayudándoles. Sé que necesito ayuda, pero no sé dejarme ayudar con mi cabezonería.