Veo como el chico me ayuda a sentarme en el coche de la chica que se lo ha prestado, luego de habérselo pedido en esa tienda donde la dueña me ha hablado, pero su voz y la mía, quedan a bajo volumen siendo superadas por el dolor que siento en este momento, por el camino casi no hemos hablado, pero, recuerdo llegar al hospital y al tomar nota en urgencias tener que desvelarle mi nombre.
Catleya Montes Núñez.
— Gracias— le agradezco a Cannes, al bajarme del coche de la chica que se lo ha prestado.
— Por nada Catleya— me sonríe y se despide.
Empiezo a ir sola hacia casa, pero de golpe, vuelve a estar a mi lado y me acaba de ayudar a llegar. Así es como mis padres y él, se encuentran la primera vez. Mi madre se alarma, mi padre pregunta y el busca mis patines.
Viéndolo coger la mochila de mis patines antes de entrar con mis padres en casa, pienso en las ganas de volverlo a ver y lo agradecida que estoy con él por haberme socorrido hoy. Papá vuelve a salir para coger la mochila y agradecer al chico y tarda un rato en volver.
—Qué majo era el chaval, ¿Lo conocías?— niego y me reprochan con la mirada y yo con la mía les señalo la razón y lo dejan estar.
— Está bien, pero no lo hagas más Cat— asiento y me suben la cena.
— No hacía falta mamá— ella me da una mirada de las que solo mirarte, se entiende y suspiro.
Luego de cenar y de que ella salga de mi habitación, busco mi móvil y abro la red social que más uso, para intentar buscar al chico de hoy. Fallando en la misión.
Me quedo viendo lo que han subido un rato y luego paso a ver vídeos por YouTube hasta tarde, aunque como por suerte mañana es sábado, no hay problema.
Dolor e insomnio, dos palabras que son pesadas y que se llevan de la mano en mi ser ahora mismo. Busco que hacer para distraerme, pero acabo desesperándome igualmente al no conseguir dormirme. El tobillo esquinzado me tortura, pero me recuerda el momento en el que pude conocerlo y quedar maravillada. Yo también supe su nombre completo.
CANNES ORDÓÑEZ SANTIAGO.
Y aunque podría haberlo encontrado, no supe ver, cuál de los seis era. Y me he rendido bastante rápido, aunque confío en poder volver a verlo pronto. Dejo el móvil cerca, por si no pudiera y me doy media vuelta para volver a intentar dormir.
No puedo tras una hora y tres cuartos y de golpe me da un ataque de ansiedad que se junta con dolor intenso y estallo a llorar desconsolada, pero busco no despertar a mis padres, así que mientras ahogo el sonido de mis llantos, salgo a la terraza para dejar descansar a mis padres.