AZULES -04 | NNES

Al llegar al final del cruce de su calle, freno el coche y miro hacia su casa, medio sonriendo sintiéndome tonto por esta pequeña emoción que he sentido. Esa luz tenue con amarillo casi invisible con un subtono azul mostrándose en ella haciendo que se vea de modelo, al sacar la cabeza por la ventana y mirar hacia abajo.

Cuando entra miro unos segundos la calle sin rastro humano y voy a casa de mis tíos a devolverle el coche a Tuli.

— ¡Nene!

— ¡Neni!— nos abrazamos; le echaba tanto de menos.

— Gracias por dejarnos el coche.

— De nada ¿Qué tiene?

— Se ha esquinzado el tobillo izquierdo— ella hace un gesto de horror.

— Diles a tus padres que esta noche te quedas aquí— nos sorprende tía Mar.

Llamo a mi madre y lo comunico, aceptan no quedándoles otra tras hablar con los tres y me dan las buenas noches, luego cenamos y vuelve a mí un recuerdo de pequeño. Cenamos y voy a la habitación que me pertenece en está casa, que los tíos me adjudicaron desde pequeño. Dejando ahí, en el respaldo de una silla gamer de color verde, la chaqueta y miro el armario sorprendiéndome de ver ropa que aún me va, elijo un pijama que dejé de emergencias y me lo coloco antes de tirarme a la cama como si fuera una cama elástica de un parque infantil.

Tras tumbarme, cojo el teléfono y busco por Pinterest por si acaso por ahí, ella cuelga esas fotos tan increíbles. Pero nada, luego hablo con alguien y me duermo cerca de las doce y cincuenta. Un sueño me hace sentir tan real que dudo si creer que sea una re-vivencia en vez de un sueño.

Hasta que una rubia me coge una mano y la siento tan suya y me doy cuenta de que se siente real porque hay un sentimiento de por medio o más de uno, que en un solo día ha hecho florecer en mí.